Bhagavad-gītā 14.3
Los materialistas excesivamente entusiastas explotan la tecnología para perseguir su egoísta objetivo de conquistar la naturaleza. Definen el progreso tecnológico en función de cuánto controla una naturaleza supuestamente testaruda. Sin embargo, la explotación indiscriminada de la naturaleza ha llevado a nuestro planeta al borde del ecocidio. En consecuencia, nos hemos vuelto más conscientes de los muchos y delicados equilibrios de la naturaleza: equilibrios difíciles de comprender, y mucho menos de corregir tras una alteración involuntaria. Esta conciencia ecológica ha florecido gradualmente en el importante movimiento verde.
La obsesión exclusiva por la naturaleza reproduce el páramo ambiental externo como un páramo espiritual interno.
Como era de esperar, algunos materialistas excesivamente entusiastas intentan apropiarse indebidamente de dicha conciencia ecológica, tal como intentaron apropiarse indebidamente del progreso tecnológico. Al aprovechar la preocupación generalizada por la naturaleza, adoctrinan a las personas para que no busquen más allá de ella ningún objeto de adoración. Llevando el péndulo de la concepción humana de la naturaleza al otro extremo, la deifican, presentándola como un sustituto secular de Dios. Esta obsesión exclusiva con la naturaleza termina replicando el páramo ambiental externamente como un páramo espiritual internamente. ¿Cómo? Despojando la vida de cualquier significado duradero. La naturaleza, por su propia naturaleza de estar hecha de materia temporal, es temporal. Entonces, si no existe nada más allá de la naturaleza, entonces nuestra existencia no puede tener un propósito duradero. Entre estos extremismos gemelos de desafiar o deificar la naturaleza, la sabiduría del Bhagavad-gītā muestra el equilibrio iluminado. El Bhagavad-gītā ( 14.3 ) delinea una visión holística de la naturaleza y nuestro lugar en ella. Somos hijos amados en una familia cósmica con la naturaleza como nuestra madre y Dios, Kṛṣṇa, como nuestro padre. Cuando desempeñamos nuestro rol natural en esta familia practicando bhakti-yoga, nos armonizamos no solo con Kṛṣṇa, sino también con la naturaleza. El bhakti nos enriquece con plenitud interior, erradicando así el ansia de control externo que nos impulsa a la conquista del medio ambiente. Cuanto más disfrutamos de la abundancia devocional internamente, más fácil se vuelve la vida ecológica, fomentando así la abundancia natural externa.
La sustancia material total, llamada Brahman, es la fuente del nacimiento, y es ese Brahman lo que Yo fecundo, haciendo posible el nacimiento de todos los seres vivientes, ¡oh, hijo de Bharata! – Bhagavad-gītā 14.3
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