Bhagavad-gītā 15.8
La palabra “esclavitud” a menudo evoca la imagen de alguien atado a un lugar determinado, por ejemplo, un rehén atado a una silla.
Nuestra atadura a la existencia material no es tan grave. Podemos desplazarnos a través de ciudades, países y continentes. De hecho, mediante la transmigración, incluso podemos trasladarnos de un universo a otro: un viaje cuya velocidad y alcance escapan a las leyes de la naturaleza tal como las conoce la ciencia convencional actual.
Sin embargo, por muy extensos que sean nuestros viajes, a lo largo de todos ellos permanecemos atados a nuestras concepciones de la vida: nos concebimos como seres materiales y creemos que las cosas materiales nos harán felices. El Bhagavad-gītā ( 15.8 ) afirma que llevamos nuestra concepción básica de la vida de un cuerpo a otro.
En cierto sentido, nuestras concepciones varían según la especie. Un alma en un cuerpo de perro se concibe como un perro y ve a una perra como su fuente de placer. Un alma en un cuerpo de pavo real se concibe como un pavo real y ve a una pava real como su fuente de placer. Sin embargo, a pesar de estas variaciones, la idea errónea materialista tiene un denominador común, como indica el siguiente verso del Bhagavad-gītā ( 15.9 ) - la noción de que el contacto de los sentidos con los objetos de los sentidos produce placer. Esta concepción vincula nuestra conciencia a la materia y, debido a su naturaleza temporal, al ciclo del saṁsāra (ciclo de nacimiento y muerte repetidos).
Solo en la forma humana la conciencia del alma evoluciona lo suficiente como para cuestionar esta idea errónea del materialismo. Para quienes somos lo suficientemente emprendedores como para desarrollar nuestro potencial humano, el Bhagavad-gītā nos proporciona el ojo del conocimiento ( 15.10 : jñāna-cakṣuṣaḥ ) para inferir nuestra verdadera identidad como almas, partes de Kṛṣṇa.
Y el bhakti-yoga nos ayuda a comprender gradualmente nuestra identidad. Cuando nuestra concepción se libera así de las ataduras de la materia, alcanzamos la liberación de la existencia material.
La entidad viviente que se halla en el mundo material lleva de un cuerpo a otro sus diferentes concepciones de la vida, tal como el aire transporta los aromas. Así pues, ella adopta un tipo de cuerpo, y de nuevo lo deja para adoptar otro. – Bhagavad-gītā 15.8
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