Bhagavad-gītā 15.5
Todos tenemos apegos ilusorios que nos hacen caer en indulgencias contraproducentes. Cuando comprendemos las consecuencias de esas indulgencias, cómo causan sufrimiento tras prometer placer, decidimos renunciar a ellas, y lo hacemos, por un tiempo.
Desafortunadamente, tras un breve periodo de abstinencia, volvemos a caer en ella. Renunciamos a la ilusión, pero luego volvemos a conectar con ella, como quienes pierden el tiempo navegando por Internet en cosas sin sentido y finalmente la abandonan por frustración. Pero después de un tiempo, vuelven a conectar con ella; vuelven a navegar.
Para salir de este aprieto, necesitamos conectar con algo mejor: dedicarnos a una actividad más plena. El Bhagavad-gītā (15.5) señala esta doble dinámica de abstinencia de lo inferior y dedicación a lo superior al instarnos a retirarnos por completo del deseo egoísta y cultivar la conciencia espiritual.
El bhakti-yoga nos ofrece el mejor proceso para cultivar dicha conciencia espiritual, pues nos conecta con la realidad espiritual más elevada, el supremo y atractivo Kṛṣṇa. La sabiduría del bhakti explica que, en esencia, somos almas y que todo el amor y la alegría que anhelamos se encuentran en su plenitud en Kṛṣṇa. Todo lo que nos atrae en este mundo refleja el atractivo de Kṛṣṇa de forma fragmentada y, a menudo, distorsionada.
Con la práctica constante del bhakti, aprendemos a enfocarnos en la fuente completa de ese atractivo, en lugar de distraernos con una manifestación fragmentada de Él. Durante esta práctica, nuestra mente puede hacernos desconectar repetidamente del bhakti. Sin embargo, si nos conectamos constantemente con Él, volviendo nuestra mente a Kṛṣṇa y perseverando en nuestras prácticas del bhakti, gradualmente la mente comprenderá la suprema dulzura de Kṛṣṇa y se absorberá en ella. Cuando nos conectamos firmemente con Kṛṣṇa, automáticamente nos desconectamos de la ilusión.
Aquellos que están libres del prestigio falso, de la ilusión y de la falsa compañía, que entienden lo eterno, que han terminado con la lujuria material, que están libres de las dualidades de la felicidad y la tristeza, y que, sin ninguna confusión, saben cómo entregarse a la Persona Suprema, llegan a ese reino eterno. – Bhagavad-gītā 15.5
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