La soledad majestuosa sigue siendo soledad


Bhagavad-gītā 16.14

Las personas a menudo desean llegar a la cima en sus campos y disfrutar de estar muy por encima de los demás. Incluso si alcanzan una posición elevada, como la de un rey en su trono, esa majestuosidad suele hacer que se sientan solas. Empiezan a sospechar de todos, viéndolos como posibles usurpadores o explotadores de su gloria. Con el tiempo, la emoción de la grandeza se desvanece; lo que queda es el tormento de la soledad.

El Bhagavad-gītā (16.14) reprende la mentalidad impía que hace que las personas se imaginen inigualables, que las lleva a destruir a sus competidores y a desear solo admiradores, no amigos. El Gītā considera esta mentalidad como ignorante y engañosa (16.15).

Entonces, ¿significa esto que no debemos aspirar a destacar en nuestros campos? No se trata de eso. Después de todo, el discípulo del Gītā, Arjuna, se esforzó y sobresalió en su área, convirtiéndose en el mejor arquero de su tiempo. El mensaje de la Gītā es que no permitamos que nuestras posiciones eclipsen nuestras relaciones. Y entre todas nuestras relaciones, la más importante —la única que puede ofrecernos un alivio duradero contra la soledad— es nuestra relación con Kṛṣṇa.

La sabiduría de la Gītā revela que Kṛṣṇa reina eternamente en la cima, sin ser desafiado ni desafiable, como la fuente y el culmen de todos los talentos. Esta visión nos permite ver nuestros talentos como regalos que vienen de Él y que están destinados a acercarnos más a Él. Con esta perspectiva, nos sentimos inspirados a esforzarnos tanto por desarrollar nuestra relación con Kṛṣṇa a través de la práctica del bhakti-yoga, como por usar nuestros talentos para contribuir de forma positiva como parte de nuestro servicio devocional. Cuando trabajamos con devoción, incluso si no alcanzamos la cima, nuestro esfuerzo —y el resultado que surja de él— nos acerca a Kṛṣṇa.

Así, el trabajo hecho con una actitud de devoción, tenga o no éxito material, nos enriquece con la dulce cercanía de nuestro Señor eternamente majestuoso.

La persona demoníaca piensa: “Aquél era mi enemigo y lo he matado, y mis otros enemigos también serán matados. Yo soy el señor de todo. Yo soy el disfrutador. Yo soy perfecto, poderoso y feliz”. - Bhagavad-gītā 16.14

No hay comentarios:

Publicar un comentario