Bhagavad-gītā 18.1
Cuando viajamos, necesitamos conocer tanto las rutas por las que debemos transitar como el combustible con el que debemos hacerlo. Si solo conocemos la ruta con todos sus puntos de referencia, pero no tenemos el combustible para avanzar, nos quedamos atascados.
Una dinámica similar se aplica a nuestro viaje espiritual. Las rutas por las que viajamos son la restricción y la renuncia. Así como los hitos en el camino indican cuánto hemos avanzado, nuestras capacidades de restringirnos y renunciar reflejan nuestro progreso espiritual.
La restricción implica regular nuestra interacción con los objetos de los sentidos que nos atan. La renuncia va más allá: implica abandonar completamente dicha interacción.
La restricción y la renuncia son acciones físicas que crean y mantienen una distancia entre los objetos de los sentidos y nosotros. El desapego, en cambio, implica la ausencia de inversión emocional en esos objetos; es decir, los desapegados no ven los objetos de los sentidos como fuentes de placer. Dado que estos términos pueden prestarse a confusión, el capítulo final del Bhagavad-gītā comienza (18.1) con una pregunta que busca aclararlos.
La devoción actúa como el combustible de nuestro viaje espiritual. Decir "no" a ciertas cosas —especialmente a cosas que parecen placenteras— puede ser muy agotador. Es decir, avanzar por las rutas de la restricción y la renuncia puede resultar agotador. Entonces, ¿de dónde obtenemos la energía para seguir avanzando?
De la devoción (bhakti).
La práctica del bhakti-yoga ayuda a que nuestra mente se sienta atraída por Kṛṣṇa (12.9), e incluso a desarrollar apego por Él (7.1). Cuanto más nos sentimos atraídos por Él, más deseamos mantener nuestros pensamientos en Él y más naturalmente nos alejamos de aquello que nos distrae de Él
Esa atracción por Kṛṣṇa, y el deseo de concentrarnos en Él que la acompaña, es nuestro combustible en el viaje espiritual: nos impulsa hacia la suprema felicidad espiritual, haciendo que el camino sea menos pesado y más gratificante
Arjuna dijo: ¡Oh, Tú, el de los poderosos brazos!, deseo entender el propósito de la renunciación [tyāga] y de la orden de vida de renuncia [sannyāsa], ¡oh, destructor del demonio Keśī, amo de los sentidos!. - Bhagavad-gītā 18.1
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