Bhagavad-gītā 18.25
Por lo general, si alguien se vuelve adicto, la adicción genera desaprobación. Si bien beber en fiestas se considera algo genial en algunos círculos, emborracharse no lo es. Y emborracharse de forma habitual y compulsiva sin duda está mal visto.
Sin embargo, existe una adicción que a menudo se considera respetable. Esa adicción es la adicción al trabajo. Cuando las personas trabajan en exceso, convierten su trabajo en el centro y la esencia de su identidad. Este enfoque unidimensional en el trabajo con frecuencia consume no solo su tiempo, energía, salud y vitalidad, sino también su estabilidad mental y su equilibrio general. No solo no tienen tiempo para Dios ni para su espiritualidad, sino que ni siquiera dedican tiempo a sus familiares.
El Bhagavad-gītā considera que el trabajo que causa estrés y miseria se encuentra en la modalidad de la ignorancia.
Desafortunadamente, existe un círculo social que idealiza esta adicción al trabajo, donde las personas reciben premios y reconocimientos. El gusto por tal reconocimiento, o incluso la esperanza de obtenerlo, motiva a las personas con tanta fuerza que se vuelven cada vez más adictas a él.
La clave para liberarse de esta adicción es integrarnos en un círculo social que considere exitosa una vida equilibrada, no una vida unidimensional. Y la mejor manera de lograr una vida equilibrada no es solo un equilibrio entre el trabajo y el hogar, sino también entre el trabajo, el hogar y el templo. Si no prestamos la debida atención a nuestro lado espiritual, cualquier equilibrio que logremos, si es que lo logramos, será desequilibrado. Así como un adicto al trabajo se emociona inicialmente, sin darse cuenta de los peligros de su vida adictiva, quienes son adictos a lo material no se dan cuenta del peligro de una vida no espiritual. Pero a medida que la vejez, la enfermedad y, finalmente, la muerte lo arrasan todo, uno queda con la sensación de desolación y devastación a la que condena la adicción al trabajo.
Al hacer de Kṛṣṇa el centro de nuestras vidas y ver todos los aspectos de nuestra vida como ofrendas integradas a Él, podemos lograr un equilibrio que no nos separe sino que nos una.
Al usar nuestra inteligencia entrenada en las Escrituras para redirigir nuestro corazón del mundo hacia Kṛṣṇa, podemos saborear una mayor satisfacción y obtener una mayor iluminación, evitando así que la persistencia de la visión desencadene la persistencia de la ilusión.
La acción que se ejecuta en medio de la ilusión, haciendo caso omiso de las disposiciones de las Escrituras y sin preocuparse por cosas futuras tales como el cautiverio, la violencia o la aflicción que se les cause a otros, se dice que está en el plano de la modalidad de la ignorancia. - Bhagavad-gītā 18.25
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