Luchar contra los vicios es como luchar contra las malas hierbas: siempre estamos un poco atrás


Bhagavad-gītā 18.57

En jardinería, cada vez que arrancamos las malas hierbas, éstas vuelven a crecer; cuando luchamos contra ellas, siempre vamos un poco por detrás.

Lo mismo ocurre con el jardín del corazón. Todos deseamos ser buenas personas. La sabiduría del Bhagavad-gītā nos ofrece una grata sorpresa: somos realmente buenas personas. ¿Cómo? La verdadera persona dentro del cuerpo es el alma. Y el alma, al ser parte de Dios, posee todas las cualidades divinas. Sin embargo, en la mayoría de nosotros, esas cualidades están actualmente sofocadas y cubiertas por la maleza de los vicios, de los deseos materiales impuros e inmorales. Así pues, todo el proyecto de llegar a ser bueno es como un proyecto de jardinería: cultivar los retoños de las virtudes y eliminar la maleza de los vicios.

Constantemente se siembran malas hierbas en nuestro corazón debido a las provocaciones del materialismo desenfrenado de nuestra cultura y al estímulo de los recuerdos de nuestras indulgencias pasadas. Por eso, aunque seamos puros en esencia, aunque hayamos llevado vidas en gran medida puras, aunque hayamos practicado disciplinas purificatorias durante mucho tiempo, es peligroso asumir que ya lo somos. Dado que constantemente se siembran nuevas malas hierbas, es más seguro asumir que siempre vamos atrasados ​​en la labor de purificación. Esta suposición nos inspirará a ser siempre diligentes en el cultivo de las virtudes. 

Tal diligencia puede parecer pesada. Pero no lo será si adoptamos el proceso purificador del bhakti-yoga. En este proceso, la misma actividad que elimina las malas hierbas del vicio también riega las plantas de la virtud. Esa actividad es recordar a Kṛṣṇa, quien es completamente puro y purificador. Recordar a Kṛṣṇa, lejos de ser agotador, es gratificante. Y se vuelve cada vez más gratificante a medida que aumenta nuestra devoción por Él. Por eso, el Bhagavad-gītā18.57 ) nos insta a recordar constantemente a Krsna.

En todas las actividades, tan sólo depende de Mí y trabaja siempre bajo Mi protección. En medio de ese servicio devocional, permanece plenamente consciente de Mí. - Bhagavad-gītā 18.56 

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