Si no podemos expulsar el pecado del corazón, aún podemos desterrarlo


Bhagavad-gītā 18.42

“¿Cómo pude siquiera pensar en algo así?”. Podemos reaccionar de esta manera, consternados, al darnos cuenta de que albergamos deseos gravemente pecaminosos.

¿Cómo podemos evitar pensar en esas cosas?

Basándonos en las características de los brāhmaṇas descritas en el Bhagavad-gītā18.42 ), podemos adoptar un enfoque de dos vertientes: prohibir el pecado (śamaḥ – paz) o desterrarlo (dama – autocontrol).

Analicemos mejor estos dos pasos:

1. Rechazar el pecado: La paz interior surge cuando evitamos con esmero los deseos lascivos que nos perturban. Una vez que nos hemos propuesto vivir con integridad moral, simplemente malgastamos nuestro tiempo y energía mental alimentando deseos que no vamos a satisfacer. Reflexionar sobre la inutilidad de albergar tales deseos nos impulsa a rechazarlos definitivamente de nuestro corazón.

2. Desterrar el pecado: A pesar de nuestra prohibición, algunos deseos pecaminosos persisten. Entonces debemos desterrarlos. Esto significa ejercer dama (autocontrol o, más precisamente, control de los sentidos) al negarnos a actuar físicamente según esos deseos. Nuestra firme negativa los debilita, pues son parásitos que absorben la energía de nuestras fantasías sobre ellos. Y a medida que su poder disminuye, resulta más fácil expulsarlos. Cuando los rechazamos con determinación y reiteradamente, poco a poco se dan cuenta de que son personas non gratas y dejan de visitarnos. Es decir, aceptan la prohibición.

Prohibir se refiere a impedir la entrada de deseos pecaminosos, y desterrar a rechazar aquellos que se abren paso a la fuerza. Al cultivar un recuerdo interno constante de Kṛṣṇa y deleitarnos en la felicidad suprema, llenamos nuestra mente con pensamientos de Kṛṣṇa, facilitando así la prohibición del pecado. Y al mantenernos ocupados en el servicio externo a Kṛṣṇa, no nos dejamos tiempo para actuar según los deseos pecaminosos, debilitándolos y facilitando su destierro.

De esta manera, el bhakti-yoga nos capacita para prohibir y desterrar el pecado.

La serenidad, el dominio de sí mismo, la austeridad, la pureza, la tolerancia, la honestidad, el conocimiento, la sabiduría y la religiosidad; ésas son las cualidades naturales con las que trabajan los brāhmaṇas. - Bhagavad-gītā 18.42

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