En una conferencia, Śrīla Prabhupāda observó que la gente necia critica
muy a menudo a los devotos como personas débiles e inútiles, pero ellos no comprenden
su inteligencia. Por lo tanto, los devotos no deben prestar atención a esas
personas. Para ilustrar el punto, Śrīla Prabhupāda contó una historia.
Algunos trabajadores estaban criticando al ministro del rey, reclamando
que él sólo la pasaba sentado y no hacía nada. El rey les recordó que se
necesitaba inteligencia para volverse ministro. Dijo que iba a dar una prueba
para todos, incluyendo al ministro. Quienquiera que pudiese pasar la prueba se
volvería el próximo ministro. El rey dijo: —Tomen este gran elefante, pésenlo,
y háganme saber el peso exacto.
Los hombres ordinarios estaban desconcertados. ¿Dónde habría una
balanza tan grande como para pesar un elefante? No pudieron hacer nada.
Regresaron con el rey sin información alguna. Entonces el rey se volvió hacia
su ministro y le preguntó: —¿Serías tan amable de pesar este elefante?
En seis minutos el ministro regresó e informó: —El elefante pesa veinte
quintales (900 kg )—.
Los demás hombres estaban boquiabiertos por la sorpresa.
—¿Cómo fue que hizo eso? —preguntaron—. ¡En seis minutos regresó y dio
el peso exacto!
El rey preguntó: —¿Cómo lo pesaste? ¿Conseguiste alguna balanza gigante?
—No, Su Majestad —repuso el ministro—. No es posible pesar al elefante
en una balanza. Eso es muy difícil.
—¿Entonces cómo lo pesaste?
—Lo llevé a un barco —respondió el ministro—. Cuando ya lo había subido
al barco, entonces vi hasta dónde llegaba el nivel del agua y lo marqué. Luego
bajé el elefante del barco, añadí peso al barco, y cuando volvió a hundirse
hasta llegar a la misma marca del agua, entonces obtuve el peso del elefante.
Así que el rey se dirigió a los trabajadores y les advirtió:
—¿Ahora ven la diferencia?
—Sí —asintieron.
Después de contar esta historia, Prabhupāda citó de las Escrituras: —Buddhir yasya balaṁ tasya nirbuddhes tu kuto
balam: Aquel que tiene inteligencia tiene fuerza, y el que no tiene
inteligencia, el sinvergūenza, no tiene fuerza.
Prabhupāda concluyó: —Los científicos, los ateos y los que critican a
los devotos son así, sinvergüenzas y necios. No tomamos consejo de ellos. A
nosotros nos aconseja Kṛṣṇa o Sus representantes.
Clase de Śrīla Prabhupāda
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