Según los valores de la sociedad materialista, nacer en una familia de abolengo
es un privilegio, pero para el devoto de Kṛṣṇa esas designaciones materiales
son insubstanciales.
Las personas orgullosas de su abolengo desprecian el proceso de servicio
devocional, y de esa manera crean el camino que los conduce al infierno. No
respetan al devoto del Señor ni pueden distinguir la religión verdadera de la
falsa. Confundidos por su propia mentalidad egocéntrica se entregan a
actividades ilícitas y pecaminosas.
Si un humilde zapatero —a pesar de su trabajo con cuero— adora al Supremo
Señor Kṛṣṇa, recibirá toda la misericordia del Señor; pero si un brāhmaṇa —a pesar de su noble
nacimiento— no adora al Señor Supremo, pierde todas sus virtudes junto con la
misericordia del Señor. Puede ser que un brāhmaṇa
de gran cultura posea las doce cualidades brahmínicas que se mencionan en las
Escrituras, pero si no sirve al Señor Supremo (Kṛṣṇa), entonces estará
preparando su camino hacia el infierno.
El devoto que se ocupa en servicio devocional al Señor Kṛṣṇa es de
inmediato enriquecido con todas las virtudes, las cuales se manifiestan en él
automáticamente como parte inherente de su naturaleza. Los arreglos que se le
hacen a un cadáver son macabros y grotescos; de modo similar, las prácticas
devocionales —como el canto y las austeridades— cuando las realiza un no devoto
son superficiales, una farsa.
Mis queridos hermanos, cultiven una devoción firme por el Señor Caitanya,
el hijo de la madre Śacī, y así podrán olvidar fácilmente la identificación
falsa con el cuerpo. La casta, la raza, etc., no tendrán más importancia para
ustedes.
El que puede deshacerse del ego falso y el orgullo, puede fácilmente
abandonar el apego por la vida material. Cuando se tiene desapego, el corazón
se vuelve puro. Retraigan los sentidos y subyuguen la pasión por la vida
material, y simultáneamente cultiven el apego y la atracción por los pies de
loto del Señor.
Puede que pertenezcas a una familia de brāhmaṇas,
pero debes eliminar el orgullo de haber nacido en una clase alta de la sociedad
y volverte manso y humilde.
El Señor Supremo está siempre misericordiosamente dispuesto hacia las
personas que poseen humildad. La humildad y la arrogancia no pueden acomodarse
armoniosamente en el corazón de una misma persona.
El orgullo lo arrastra a uno al infierno, por lo tanto evítalo
escrupulosamente. Sé humilde, entrégate a los pies de loto de Śrī Rādhā-Govinda
y disfruta del mayor de los goces.
¡Oh, Señor Nityānanda!, ¿cuándo recibiré Tu misericordia para poder
refugiarme a Tus pies de loto y abandonar mi insolencia y falso orgullo?