Capítulo Seis - La meta final de las entidades vivientes

Las entidades vivientes son partes infinitesimales de la Verdad Absoluta, y el Señor Kṛṣṇa es la Suprema Personalidad absoluta, trascendental y refulgente. Cuando las entidades vivientes comprenden que el Señor Kṛṣṇa es el controlador absoluto y eterno, se ocupan en Su amoroso servicio devocional.
Cuando el ser viviente desea disfrutar separado de Kṛṣṇa, de inmediato la potencia ilusoria del Señor (māyā) lo atrapa en sus garras. Cautiva de māyā, el alma se confunde y actúa como si estuviera poseída por una bruja.
El alma, o jīva, al olvidar su posición constitucional perfecta y pura como sirvienta eterna de Kṛṣṇa, se vuelve esclava de māyā. En esta condición vaga eternamente en el mundo material, de un cuerpo a otro.
El alma pasa por muchos nacimientos. A veces es un rey; a veces un ciudadano común. A veces es un brāhmaṇa; a veces, un śūdra, un humilde obrero. A veces estará sufriendo y a veces estará gozando. A veces nace como insecto y a veces está en el cielo. Otras veces vuelve a esta Tierra y otras veces va al infierno. A veces nace como semidiós, a veces como demonio; a veces es el amo y a veces es el siervo.
Si en su vagar vida tras vida por el mundo material, la entidad viviente se encuentra por casualidad con una persona santa, recibe entonces el conocimiento de su verdadera identidad como alma espiritual pura, eterno sirviente de Kṛṣṇa. Iluminada con este conocimiento, la persona no desea continuar en el enredo material y se lamenta: “¡Cómo puede haber servido a la ilusión de esta energía material por tanto tiempo!”.
Se arrepiente amargamente y clama: “¡Kṛṣṇa!, mi Señor, yo soy Tu siervo eterno. Desde que dejé el refugio de Tus pies de loto mi vida ha sido una total tragedia”.
El Señor Kṛṣṇa es tan misericordioso que si alguien lo importuna insistentemente de inmediato lo libera del enredo material. Cuando la jīva se deshace del hechizo opresor de māyā y se esfuerza por prestarle servicio devocional al Señor Kṛṣṇa, obtiene de nuevo el refugio supremo de los pies de loto del Señor, quien a su vez la fortalece con Su potencia interna trascendental, y esta sobredosis de la potencia espiritual del Señor reduce la influencia de māyā sobre la entidad viviente.
Lo único que se debe desear es poder cantar el santo nombre del Señor en compañía de los santos y puros devotos. Este es el mejor y único medio para superar la nesciencia.
Yo, Jagadānanda, el sirviente eterno del Señor Gaurasundara, he abandonado todo otro refugio y me quedo con una sola esperanza: recibir el refugio de los pies de loto de Śrī Gaurasundara.