En 1971, cuando el proyecto de ISKCON en Māyāpura atravesaba sus fases iniciales, Prabhupāda se reunió con un grupo de devotos arquitectos para concretar los planos de los primeros edificios. En estos planos se incluía un edificio residencial para Śrīla Prabhupāda, que a los devotos les proporcionaba placer especial el comentar: sería un hogar maravilloso para su maestro espiritual. Śrīla Prabhupāda había estado también de acuerdo en que la residencia del maestro espiritual debía construirse incluso antes de la construcción del magnífico templo de Rādhā-Kṛṣṇa. Pero, una vez que fueron ante Prabhupāda para hablar de su residencia, se quedaron sorprendidos al descubrir que a él no le interesaba.
—No necesito una casa —dijo Prabhupāda. Los devotos estaban
desconcertados.
—Pero... en todo momento ha formado parte de los planos.
Él repitió: —Yo no quiero una casa.
—Pero usted tendrá que vivir en alguna parte.
—Viviré en una simple choza.
Los arquitectos salieron de esta conversación confundidos. ¿Cómo
construir la ciudad de Māyāpura sin un lugar para Śrīla Prabhupāda? Pero tras
deliberar entre ellos, se dieron cuenta de que el defecto estaba en cómo habían
presentado la idea a Śrīla Prabhupāda. De modo que regresaron y lo intentaron
de nuevo.
—Śrīla Prabhupāda, Māyāpura es el lugar más importante de nuestro
movimiento, y aquí la gente debe aprender a adorar al guru. Nos gustaría mostrarle los planes para el edificio que será
su residencia. De esta manera, construyéndole un buen lugar, será honrada la sampradāya vaiṣṇava en su totalidad.
—Sí, es verdad —accedió Prabhupāda, y las conversaciones sobre su
residencia siguieron de modo positivo. Mientras las discusiones trataban acerca
de si a Prabhupāda le gustaría una gran casa, él no había mostrado entusiasmo.
Pero cuando se le presentó el plan como un servicio a Kṛṣṇa, el interés de
Prabhupāda fue intenso.
Entrevista con Nara-Nārāyaṇa dāsa
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