Nityānanda llegó
a la casa de Rāghava Paṇḍita en Pānihāṭi, a la orilla del Ganges. La alegría de
Rāghava Paṇḍita no tenía límites. Él organizó un gran festival para celebrar la
ocasión. El punto culminante del festival fue un gran kīrtana para el cual fueron invitados Mādhava Gosh, Govinda Gosh y Vasu
Gosh —los tres hermanos que eran considerados los mejores cantores de Bengala.
Los hermanos Gosh cantaron en el kīrtana y Nityānanda danzó. Después de danzar por algún tiempo, Él fue a
sentarse en el altar de Viṣṇu y dijo a los devotos: “Hagan Mi abhiseka (ceremonia de baño)”.
Los devotos Lo
bañaron con incontables baldes de agua del Ganges, aplicaron candana en Su cuerpo y Lo decoraron con diferentes tipos de flores.
Entonces, Él Se sentó en el altar. Rāghava Paṇḍita estaba detrás de Él con una
sombrilla. Exclamaciones extáticas de “¡Jay! ¡Jay!” resonaban en el cielo.
Entonces, Nityānanda dijo a Rāghava Paṇḍita en tono jocoso: “¡Paṇḍita! Estoy
muy apegado a las guirnaldas de flores kadamba. Arregla una para Mi”. Rāghava Paṇḍita se vio en un dilema. Él
preguntó con las manos juntas: “¡Prabhu! ¿Dónde voy a encontrar flores kadamba en esta época del año?”.
Nityānanda
sonriendo dijo: “¡Ve a tomar aquellas que están floreciendo en un árbol de tu
jardín!”. Rāghava Paṇḍita fue hasta el jardín. Él quedó extremadamente
sorprendido al ver flores kadamba floreciendo en
un limonero. Hizo una guirnalda con aquellas flores y la ofreció a Nityānanda.
Los devotos quedaron asombrados.
Los devotos
estaban comentando sobre el milagro cuando Nityānanda les dio otra sorpresa al
revelarles un gran secreto. En aquel momento, todos estaban percibiendo un
aroma irresistible a flores damanak y buscaron de
donde provenía aquel aroma, cuando Nityānanda dijo: “¿Qué están buscando? Este
aroma es de las flores damanak de la guirnalda que Mahāprabhu
está usando. Él vino de Nīlācala para apreciar su kīrtana”.
En ese momento
hubo marea alta en el mar de prema, creada por Nityānanda.
Todo el mundo que estaba presente en Pānihāṭi aquel día fue barrido por esa
marea. Todos los que recibían una mirada de Nityānanda eran bendecidos con kṛṣṇa-prema. Sin saber por qué, incluso aquellos que no lo merecían,
experimentaban señales de sāttvika-bhāvas (lágrimas, erizamiento, sudores, etc.) en sus cuerpos.
De Pānihāṭi, Nityānanda
fue para la casa de Gadādhara Dāsa, en Ediyadah, y luego para la casa de
Purandara Paṇḍita, en Khadadah. Después de hacer kīrtana y bendecir a las personas con kṛṣṇa-prema, siguió para Saptagrām, donde vivía Uddhāraṇa Datta, el líder de
los banikas. Los hindúes los
trataban como sin-casta, pero Nityānanda los trató como a familiares. Por lo
tanto, los banikas se sintieron felices por
haber sido bendecidos por Él.
De Saptagrām, Nityānanda
fue a la casa de Advaita Ācārya en Śāntipura. La felicidad de Advaita al verlo
no tenía límites. Los dos Se abrazaron y rugieron por la ola de bhāva que los invadió. Sus rugidos invadieron el cielo de Śāntipura.
Después de pasar algunos días discutiendo gaura-kathā y de hacer kīrtana, Nityānanda fue
para Navadvīpa a encontrarse con Śacī Mata. Ella cayó inconsciente al ver a Nityānanda
sin Nimāi. Nityānanda reanimó a Śacī Mata y la dejó muy contenta al contarle
sobre el bienestar y la felicidad que Mahāprabhu estaba viviendo.
Nityānanda
acostumbraba ir para Navadvīpa. Su asociación aliviaba a las personas de allí
de su agonía por la separación de Gaura. Ellos recibían un nuevo aliento. Una
ola de prema-bhakti barría Navadvīpa
nuevamente.
En una ocasión, Nityānanda
estaba hospedado en la casa de Su devoto Hiraṇya Paṇḍita. Algunos malhechores
vieron los ornamentos de oro que Él usaba y los diversos presentes que él
acostumbraba recibir de las personas. Ellos resolvieron robar todo y matarlo.
El jefe de la
cuadrilla era un joven que no dudaba ni un momento en cometer crímenes como
asesinar o provocar incendios. Una noche, él y sus cómplices, se escondieron
detrás de la casa de Hiraṇya Paṇḍita con el propósito de asaltar la casa a la
medianoche. Sin embargo, algún poder espiritual los hizo dormirse antes de la
medianoche. Así, durmieron profundamente hasta la mañana. Al ver el sol, ellos
huyeron culpándose unos a otros por haber dormido la noche entera. Al día
siguiente, fueron a atacar la casa de Hiraṇya Paṇḍita, desarmados, al final de
la noche. Ellos se sorprendieron al ver un vigía fuerte y alto, muy bien
armado, cuidando la casa. De ese modo, huyeron tan pronto como lo vieron.
Aún así, ellos no
perdieron el ánimo. El líder de los malhechores imaginó que Nityānanda podría
estar sospechando del asalto y que por eso había llamado a los soldados de
algún rāja para proteger la casa. Él pensó que eso ocurría porque ellos no
habían adorado debidamente a la diosa Caṇḍī, antes de cometer el atraco. De ese
modo, ellos resolvieron dejar a la diosa satisfecha con carne y vino antes de
llevar a cabo el asalto.
Luego de diez
días hicieron otro intento y vieron que no había ningún guardia en la casa. El
silencio tomaba cuenta de todo. Ellos empezaron a actuar. En ese momento, algún
poder espiritual hizo que perdieran completamente la visión. Se afanaron por
encontrar el camino tropezando unos con otros, pero de alguna manera terminaron
alejándose. Al alejarse se encontraron con una terrible tempestad. Ellos
quedaron atemorizados y sospecharon que algún poder sobrenatural de Nityānanda
impedía el logro de su emprendimiento. Mentalmente se rindieron a Él y Le
pidieron perdón. Cuando así lo hicieron recuperaron la visión.
Al día siguiente,
el líder del grupo, llorando, fue a refugiarse en los pies de loto de Nityānanda,
diciendo; “¡Prabhu! Soy el peor de los pecadores. Quería robar Tus ornamentos.
Hice varios intentos, pero debido a Tu śakti, no tuve éxito. Ahora, si Tú no me perdonas estaré condenado. Tú
eres misericordioso, por favor, concédeme Tu misericordia y el abrigo de Tus
pies de loto. Si Tú no haces eso, sólo me resta el suicidio ahogándome en el
Ganges”. Nityānanda lo abrazó cariñosamente y dijo: “Si Yo no Te perdono, ¿quién
lo hará? Has sido bendecido por Kṛṣṇa. En estos tres días, Él te ha mostrado Su
aiśvarya. Sólo personas muy
afortunadas como tú son bendecidas así por Él. Voy a asumir todos tus pecados.
No cometas más pecados y además intenta llevar a tus compañeros por el buen
camino”. Nityānanda colocó Su guirnalda alrededor de su cuello y lo abrazó.
Debido a estas bendiciones, él se volvió un gran devoto. Sus compañeros también
se volvieron devotos. Ellos cantaban miles de hari-nāmas, todos los días, glorificando a Nityānanda.
Algunas personas
criticaban a Nityānanda por Sus ornamentos y vestuario. Inclusive Sus devotos
quedaban sorprendidos a causa de los mismos. Ellos comentaban: “No comprendemos
esta līlā del Prabhu. No sabemos
qué tipo de sannyāsī es. Él va por ahí,
usando joyas y ornamentos. Navadvīpa no está libre de malhechores y ladrones.
En cualquier momento ellos van a ocasionarle algún maleficio”.
Pero después del
episodio descrito, ellos comenzaron a decir: “Nuestra preocupación es
infundada. Prabhu usa estos ornamentos y joyas para poder atraer incluso a los
malhechores para ser liberados. Así como Mahāprabhu adoptó el atuendo de sannyāsī para atraer a los sannyāsīs y liberarlos de la ilusión māyāvada, Prabhu adoptó estos trajes para atraer a los maleantes y
analfabetos para librarlos de las garras de māyā. Además, Gaura-Nitāi vinieron para la liberación de la humanidad.
Por lo tanto, todas Sus actividades apuntan a ese objetivo”.
Un brāhmaṇa de Navadvīpa, que había sido
compañero de clase de Mahāprabhu, también tenía sospechas acerca de los trajes
de Nityānanda. Una vez él fue para Nīlācala y dijo a Mahāprabhu: “¡Prabhu! Nityānanda
es un sannyāsī pero vive muy
lujosamente como los jefes de familia. Él usa vestimentas de seda y ornamentos
de joyas, guirnaldas perfumadas, candana, etc., y además, mastica nueces de betel. ¿Por qué hace eso? ¿No
es esto contrario al sannyāsa-dharma?”.
Mahāprabhu
contestó: “Oye, el comportamiento de un mahā-puruṣa
está por encima de la comprensión y más allá de las reglas y regulaciones de
los śāstras. Śrī Kṛṣṇa dice: «Mis
devotos, que están completamente desapegados del mundo y que Me realizan, no
tienen que coger los frutos de las buenas y de las malas acciones realizadas
acorde o en desacorde con las injuciones de los śāstras». (Bhāg. 11.20.36) Los méritos o deméritos no afectan a Nityānanda,
así como el agua no toca las hojas del loto. Todas Sus actividades están
relacionadas con Kṛṣṇa, pues Su cuerpo es el propio refugio de Kṛṣṇa. Pero si
una persona común imita Sus actividades tendrá que sufrir las consecuencias.
Sólo Śiva puede beber veneno, quien quiera que lo haga acaba muriendo”. Mahāprabhu
continuó explicando: “Aunque Nityānanda beba vino y conviva con una mujer
no-hindú, Él es adorado por Brahmā”. Mahāprabhu ordenó al brāhmaṇa que informara a todos que quien quiera que difamase a Nityānanda
iría al infierno, aunque hubiese alcanzado viṣṇu-bhakti.
La encarnación de
Nityānanda está por encima de la capacidad de comprensión. Podemos tener una
idea de Su personalidad a través de la forma en la que Mahāprabhu Se comportaba
con Él. Nityānanda acostumbraba ir todos los años para Nīlācala con otros
devotos para obtener un darśan de Mahāprabhu.
Una vez, cuando estaba yendo hacia Nīlācala, Él vio la cima del templo de Jagannātha
al llegar a Kamalpur. Quedó tan tomado de bhāva que perdió el sentido. Al recuperar la conciencia, corrió
rugiendo: “¡Śrī Kṛṣṇa Caitanya! ¡Śrī Kṛṣṇa Caitanya!”, y fue a sentarse en un
jardín, absorto en meditación. Mahāprabhu supo de Su llegada y fue solo hasta
el jardín. Cuando vio a Nityānanda meditando, comenzó a circundarlo recitando
el siguiente verso:
“Nityānanda puede inclusive casarse con una musulmana o entrar en
la casa de un vendedor de vino, aun así Él es adorable para los brāhmaṇas”. (C. Bhāg. Antya 1.24-5)
El verso
interrumpió la meditación de Nityānanda, que abrió los ojos. Al ver a Mahāprabhu
quedó tan emocionado y lleno de felicidad que no pudo controlarse. Él sólo
grito: “¡Hari! ¡Hari!”, y cayó al suelo. Mahāprabhu Lo levantó. Los dos
intentaron prestarse reverencias el Uno al Otro y circundarse. A veces, Ellos
Se abrazaban, a veces ponían Sus brazos alrededor del cuello el Uno al Otro y
lloraban de alegría, otras veces rugían en bhāva y cantaban versos en honor el Uno al Otro. Al hacer esto,
emergían en un océano de bhāva y todas las
señales de sāttvika-bhāvas provocados por prema-bhakti aparecían en Sus cuerpos. Después que Se calmaron, Mahāprabhu
cantó un verso en alabanza a Nityānanda. En esta oración, llegó al punto de
decir: “Kṛṣṇa es libre tal como lo declaran los Vedas, pero Tú tienes el poder de vender inclusive a Kṛṣṇa. Tú eres
la encarnación del kṛṣṇa-rasa. En verdad, nadie puede
saber Lo que Tú eres”.
Nityānanda dijo
suplicando: “¡Prabhu! Elógiame, ofréceme reverencias y circúndame, mátame o
protégeme, haz Lo que desees. ¿Qué puedo decirte? Hago Lo que deseas, bailo
según Me haces bailar, porque Tú eres Mi amo y el controlador de Mi mente y de
Mi corazón. Tú Me has hecho un sannyāsī y luego Me has retirado de la sannyāsa y Me has dado estas ropas con ornamentos y flauta. Tú haces que
Tus queridos devotos como Advaita, Gadādhara, y otros, practiquen el vaiṣṇava-dharma y vivan como verdaderos bhaktas, pero Tú Me haces ir en contra del sannyāsa-dharma y volverme el motivo de risas de todos”.
Mahāprabhu dijo; “¡Śrīpāda!
Dices que Te has vuelto el motivo de risas debido a Tus ropas. Eso quiere decir
que Tus ornamentos son muy vistosos. Ellos son la propia imagen de śravaṇa, kīrtana, smaraṇa, etc., de los nueve procesos de bhakti”.
Conversando de
esta manera, los dos Prabhus fueron a un lugar aislado en el interior del jardín.
Vṛndāvana Dāsa Ṭhākura dice que Ellos solían tener conversaciones secretas. En
esas ocasiones nadie podía permanecer con Ellos. Se presume que en una de estas
conversaciones Mahāprabhu Le habría pedido que Se case, tal como fue dicho
anteriormente.
El propósito del
pedido de Mahāprabhu para que Nityānanda Se case era el de establecer el gurukula, además de establecer el ideal del gṛhastha-dharma. El gurukula debía ser establecido de
dos maneras: a través de los discípulos del guru y a través de la familia del guru. Mahāprabhu consideraba que las dos tradiciones eran útiles y
deseaba preservarlas.
Después de esta
conversación secreta, Mahāprabhu fue para Gambhīra y Nityānanda fue a obtener
un darśan de Jagannātha. Él danzó
e hizo el kīrtana de Jagannātha durante
algún tiempo y luego fue a encontrarse con Gadādhara Paṇḍita en el Ṭoṭa Gopīnātha. Los dos quedaron extremadamente felices al
encontrarse. Se abrazaron y Se bañaron en lágrimas.
Nityānanda había
traído arroz de primera calidad para la Deidad Ṭoṭa Gopīnātha, la cual era servida por Gadādhara Paṇḍita. Al
día siguiente Gadādhara cocinó el arroz. En el quintal del templo crecía una
planta llamada “Ṭoṭa”. Él preparó un vegetal con las
hojas de Ṭoṭa y salsa de un árbol de tamarindo
que crecía en el jardín, y ofreció la bhoga a Ṭoṭa Gopīnātha. Cuando estaba por servir la prasāda a Nityānanda, él oyó la voz de Mahāprabhu, quien entró en
el jardín diciendo: “¡Gadādhara! ¡Gadādhara! ¿Puedo comer un poco de este arroz
que Nityānanda trajo de lejos, y que has cocinado y ofrecido a Gopīnātha?”. Gadādhara
quedó inmensamente feliz al ver a Mahāprabhu concediéndole Su misericordia
inmotivada. Él sirvió la prasāda a Mahāprabhu y a Nityānanda. Mahāprabhu
saboreó la prasāda, principalmente la salsa hecha de
hojas de tamarindo, la cual apreció mucho.
Después de algún
tiempo Nityānanda Se despidió de Mahāprabhu para ir a Bengala. Al despedirse, Mahāprabhu
Le pidió nuevamente que Se case. Él además Le pidió que no viniese más a Nīlācala
por el resto del año, pues esto provocaba una interrupción en el proceso de
liberación de las jīvas de Gauḍa.