Śrīla Prabhupāda Uvāca 30
7
de octubre de 1972, Berkeley, California
Esta
noche, Śrīla Prabhupāda habló en la Universidad de California, en Berkeley,
penetrando en el corazón de la capital hippie neo-intelectual, San Francisco.
Los
devotos lo recibieron con entusiasmo y saborearon su clase. Habían preparado
barriles de pochoclo y lo distribuían atendiendo la clase de Prabhupāda.
Śrīla Prabhupāda
preguntó, “¿Qué es eso?”. Jayananda, quien tenía alguna experiencia en cocinar
y distribuir prasādam de pochoclo en
el sankīrtana en las calles en
Berkeley por algún tiempo, dijo, “Pochoclo, Śrīla Prabhupāda, ¿quiere un poco? Śrīla
Prabhupāda dijo inquisitivamente, “Sí, dame un poco”.
Los
devotos distribuyeron el pochoclo en bolsitas con el mantra “Hare Kṛṣṇa” impreso. Śrīla Prabhupāda comió los dulcecitos
acaramelados inflados con gran deleite y dijo, “Oh, esto es bueno”. Todos los
devotos, especialmente los que habían cocinado y distribuido el prasādam, se sintieron muy contentos.
Ahora estaban seguros que sus ofrendas habían sido aceptadas y sus vidas eran
exitosas. Cuando Śrīla Prabhupāda terminó de comer el pochoclo, se hizo más
querido a todos los Vaiṣṇavas presentes por dejar intencionalmente su mano en
la bolsita de pochoclo. Fué dulce. La atención de todos los devotos se centró
en los movimientos de Śrīla Prabhupāda. La acción cuasi-infantil de Su Divina
Gracia continuó cautivando el corazón de los devotos.
Sumamente
alegres, los devotos celebraron extáticos el Hare Nama Sankīrtana en la Av. Telégrafo , un
lugar famoso por sus habitantes hippies. Camino de regreso a casa, Śrīla Prabhupāda
continuó encantando a los devotos por reducir la marcha al pasar por el grupo
de sankīrtana. Todos los devotos
cantaron benditamente y bailaron con energía, siendo animados por la
supervisión personal de Śrīla Prabhupāda.
La
siguiente noche, Śrīla Prabhupāda tuvo otro compromiso de prédica. Esta vez,
los devotos le trajeron pochoclo y se lo ofrecieron. Śrīla Prabhupāda dijo, “No,
estoy viejo. No puedo hacer este tipo de cosas muy a menudo. Es bueno, pero me
resulta muy difícil digerirlo”. Se rehusó diciendo, “Es muy bueno, me gusta”.
¡Jaya Śrīla
Prabhupāda!
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