Rāmānanda entonces sugirió el
comienzo del servicio devocional puro exento de conocimiento empírico y de
actividad fruitiva. Para apoyar esa sugerencia, Rāmānanda citó unas palabras de
Brahmā de las oraciones de lamentación que ofreció a Śrī Kṛṣṇa, la Personalidad de Dios:
jñāne prayāsam udapāsya namanta
eva
jīvanti san-mukharitāṁ bhavadīya-vārtām
sthāne sthitāḥ śruti-gatāṁ tanu-vāṅ-manobhir
ye prāyaśo ’jita jito ’py asi tais tri-lokyām
jīvanti san-mukharitāṁ bhavadīya-vārtām
sthāne sthitāḥ śruti-gatāṁ tanu-vāṅ-manobhir
ye prāyaśo ’jita jito ’py asi tais tri-lokyām
«!Oh, mi Señor!, los devotos
que abandonan por completo el intento de volverse uno contigo por medio del
cultivo de conocimiento empírico y simplemente tratan de escuchar Tus glorias
de boca de las almas autorrealizadas, y que viven una vida virtuosa, fácilmente
pueden obtener Tu gracia, aunque Tú no puedes ser conquistado por nadie en los
tres mundos» (Bhāg. 10.14.3).
El Señor Caitanya aceptó
directamente este estado de cultivo de servicio devocional. Todos los estados
de cultivo de iluminación espiritual descritos previamente los rechazó el Señor
Caitanya de una forma muy lógica. No obstante, el Señor aceptó el método
universal de oír las glorias de la Personalidad de Dios en todas las
circunstancias de labios de las almas autorrealizadas y abandonar el intento de
volverse uno con Dios.
El veneno del intentar
volverse uno con Dios destruye el núcleo del servicio devocional. Todo aquel
que de verdad desee ocuparse en el amoroso servicio trascendental de Dios tiene
que despojarse definitivamente de esta idea por su propio bien. En el Caitanya-caritāmṛta se dice que la idea
de volverse uno con Dios es el tipo más elevado de farsa, e incluso el más
mínimo desarrollo de esta idea eliminará por completo la perspectiva del
servicio devocional. Éste es el concepto erróneo más peligroso de la vida
espiritual y debe abandonarse de inmediato.