Prabhupāda y
las Deidades
Él fue tan bueno en traer la accesible kṛṣṇa-mūrti. ¿Qué sabíamos nosotros? ¿Qué éxito hubiéramos podido
tener? Pero él lo hizo, empezando con Śrī Jagannātha, y después los pequeños Rādhā-Kṛṣṇa
de Nueva York. Prabhupāda se agachaba ante Ellos, ordenaba un servicio
sencillo, Los guardaba en su habitación, y nos explicaba que no eran ídolos. La Deidad era Kṛṣṇa mismo.
Nos aconsejó: —Si piensan en Swamiji y en el Señor Jagannātha durante
todo el día, por la noche soñarán con Ellos—. Bailando ante las Deidades, él
nos enseñó a nosotros. De otra manera, nadie hubiera podido introducir entre
los occidentales la adoración de las Deidades. Ahora que Ellos están aquí en
tantos templos, los futuros historiadores de la religión quizá piensen que
vinieron por otros medios, o que cualquier devoto pudo haberlos llamado, pero Prabhupāda era el único apoderado para
llamar a la Deidad.
Al principio Le pidió por favor que —si los devotos ex-mlecchas cometían ofensas— se cuidase Él
solo. Pero el mismo Śrīla Prabhupāda después vio que la adoración estaba yendo
bien, y aprobó que Kṛṣṇa estaba siendo adorado con gran magnificencia. Así como
el brāhmaṇa que llamó a la Deidad como testigo,
Prabhupāda llamó al Señor, y el Señor accedió a venir. Atendiendo a la
invitación de Prabhupāda y al sonido del kīrtana,
Kṛṣṇa fue recibido en escenarios sencillos: en habitaciones reformadas, en
casas alquiladas (Boston, St. Louis, Buffalo), y luego en grandiosos templos.
Los ācāryas del pasado instalaban una
sola Deidad en su vida, sus queridos Rādhā-Kṛṣṇa, pero Prabhupāda instaló y
adoró docenas de Rādhā-Kṛṣṇa, y viajó para verlos. Él fue el campeón de Rādhā-Kṛṣṇa,
instalando y distribuyendo Rādhā-Kṛṣṇa en cada continente, más y más, una y
otra vez, bañando, cantando, vistiendo, llevando a cabo la instalación.
Śrīla Prabhupāda se agachaba ante el Señor, y a veces lloraba lágrimas
de alegría en el darśana de las
resplandecientes Rādhā-Kṛṣṇa. Se fijaba en cómo estaban siendo servidos y
vestidos, y dio una norma estricta: nunca deberíamos cambiar las cosas
caprichosamente después de que él se hubiera ido. Para Śrīla Prabhupāda, que
nosotros adorásemos la Deidad
de Kṛṣṇa era un asunto práctico trascendental. Por supuesto que tenemos que
hacerlo, sino ¿cómo vamos a permanecer puros? Y por supuesto, la Deidad es Kṛṣṇa, con Su
flauta y Su forma curvada en tres partes, con Rādhā a Su lado. Y por supuesto,
¡tenemos que darles nuestra devoción! Era una cuestión devocional práctica: Él
iba a venir cuando hubiera devotos, y cuando estos Le adoraran. Pero, ¿no es
esto un gran milagro? Prabhupāda invitó a Kṛṣṇa; Kṛṣṇa accedió y los ex-mlecchas estuvieron de acuerdo en
aceptarlo, y oran: «¡Oh Señor del universo, por la gracia de Prabhupāda, por
favor hazte visible ante mí».
Satsvarūpa dāsa Goswami
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