Era costumbre de Prabhupāda, cuando visitaba el templo de ISKCON en la
calle Henry, en Brooklyn, recibir a los artistas de ISKCON y revisar las
últimas pinturas que habían hecho para sus libros. Pero cuando una de las
pintoras veteranas, Jadurāṇī-devī dāsī, enseñó a Prabhupāda una nueva pintura
de Kṛṣṇa en Vṛndāvana, Prabhupāda le dio una respuesta infrecuente. La pintura
representaba al joven Śrī Kṛṣṇa, sentado en los arbustos de Vṛndāvana. Tenía la
cabeza inclinada, y, Su mano en la frente, parecía abatido. Por detrás de los
arbustos, algunas gopīs Lo buscaban.
—¿Qué es esto? —preguntó Prabhupāda. Era como si no supiera qué hacer
con aquello.
—¿Hay algo mal? —preguntó inquieta Jadurāṇī—. Es Kṛṣṇa lamentándose
porque Rādhārāṇī Lo ha dejado.
—No —afirmó Prabhupāda.
—Sí —repitió Jadurāṇī—. Está hecha según Las Enseñanzas de Śrī Caitanya. Kṛṣṇa se lamenta porque Rādhārāṇī
se marchó, y Él se metió entre los arbustos y se lamenta.
—No —dijo Prabhupāda— Kṛṣṇa no es así.
Jadurāṇī insistió en que así estaba en el libro, pero Prabhupāda puso reparos:
—Kṛṣṇa no se lamenta de esta manera
—explicó. Prabhupāda no dijo en concreto qué era lo que estaba mal, pero
los devotos se angustiaron, especialmente la artista. Todos se sintieron
incómodos, hasta que Śrīla Prabhupāda halló una solución: —Puedes usar esta
pintura para ilustrar otro motivo —dijo—. Este cuadro puede ser el que
representa a Kṛṣṇa cuando tiene dolor de cabeza. Prabhupāda se echó hacia atrás
satisfecho y repitió: —Sí, Kṛṣṇa con dolor de cabeza.
Todos rieron aliviados cuando Prabhupāda encontró otra manera de
apreciar el servicio de su devota.
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