Raghunātha Dās Gosvāmī



Raghunātha Dās Gosvāmī

Raghunātha Dās Gosvāmī (1495-1571) (1) es conocido como uno de los Seis Gosvāmīs de Vṛndāvana, los principales discípulos de Śrī Caitanya Mahāprabhu.
Aunque existen profesores que hoy en día ostentan el título de “Gosvāmī” o su derivado “svāmī” (literalmente, “aquel que ha dominado sus sentidos”), ellos, por lo general, no alcanzan el nivel establecido por los Seis Gosvāmīs en discusión, quienes, de acuerdo con la tradición, son considerados como más que meros teólogos o solamente grandes santos. Ellos son asociados eternos del Señor, que descienden para asistirlo en Su misión de salvar a las almas caídas condicionadas.
En este contexto, los Gosvāmīs son aceptados como mañjarīs, las doncellas y asistentas íntimas de Rādhārāṇī en el mundo espiritual. (2) Allí, ellas se ocupan en el servicio más elevado al Señor, haciendo diversos arreglos para Su placer y, al mismo tiempo, en el reino terrenal, (3) ellas asisten a Śrī Caitanya Mahāprabhu en hacer Su misión asequible al mundo entero.
Recordando en todo momento que los Seis Gosvāmīs son nitya-siddhas, o “almas eternamente liberadas”, se hace más fácil entender sus līlās (o “pasatiempos”) a medida que cada uno de ellos adopta externamente el aspecto de un ser humano ordinario.
Su meditación interna está siempre fija en los pies de loto del Señor. Ya determinada esta perspectiva reverencial, algo de información biográfica puede ser útil y no desviará a nuestros lectores de tradicional entendimiento de la posición trascendental de los Gosvāmīs.
Raghunātha Dās, el primero de los Seis Gosvāmīs en encontrarse con Śrī Caitanya, nació en una pequeña aldea llamada Candpura (actual Śrī Kṛṣṇapura), situada a dos millas del distrito de Hugli en Saptagram, Bengala Occidental. Heredero de una gran opulencia, Raghunātha Dās era el hijo afortunado de Govardhana Majumdar, a quien se consideraba, en aquel tiempo, multimillonario. Govardhana era el hermano menor de Hiraṇya, un poderoso terrateniente que, aunque era un kāyastha śūdra (de casta inferior), gozaba de gran respeto entre sus iguales.
De hecho, Hussein Shah, el emperador musulmán de Bengala, llegó al extremo de arrendar Saptagram y sus aldeas vecinas a los dos acaudalados hermanos, Govardhana e Hiraṇya, aun cuando no pertenecían a la fe islámica. A cambio, los dos hermanos tenían que pagar anualmente una gran suma, que era igual a su propia renta anual (aproximadamente 1. 200. 000 rupias) y encargarse de la adecuada administración de su dominio.
¿Por qué querrían Govardhana e Hiraṇya dar su renta anual íntegra a cambio de la molestia de encargarse de los bienes raíces, impuestos y finanzas? La primera razón era apaciguar al gobierno de ocupación islámica, de modo que ellos y sus seres queridos pudieran adorar sin ningún impedimento al Señor Kṛṣṇa. Saṭisfecho con su enorme contribución financiera, el Nawab Hussein Shah dejó la administración interna de todo el distrito en sus capaces manos, sin interferencia alguna, ni siquiera nominal. En segundo lugar, con este nuevo arreglo, Govardhana e Hiraṇya habían aumentado su propia renta anual a 2. 000. 000 de rupias, y aun más con los impuestos acumulados de las importaciones y exportaciones.
Los hermanos eran reputados en toda Bengala no sólo a causa de su poder y riqueza sino, también, por su piedad y caridad. El propio Śrī Caitanya solía referirse a ellos como Sus tíos, tal vez a causa de la íntima amistad de ellos con Su abuelo materno, Nilambhar Cakravartī. Sin embargo, no es probable una relación consanguínea verdadera, ya que ellos eran kāyasthas y Śrī Caitanya era un brāhmaṇa.
No obstante, Raghunātha Dās, único entre los Seis Gosvāmīs por su nacimiento en una familia no brahmínica, era hijo único en la casa de los Majumdar.
En su niñez, fue instruido en los principios del vaiṣṇavismo por Balarāma Ācārya, uno de los devotos más avanzados de Saptagram. Habiendo recibido la asociación del devoto íntimo de Śrī Caitanya, Haridāsa Ṭhākura, Balarāma Ācārya estaba ansioso de presentar a su joven estudiante con el santo. Así lo hizo, y Raghunātha también crecían su piedad y su penetración espiritual.
Pronto, en 1. 510, llegó a Saptagram la noticia de que Śrī Caitanya había aceptado la orden de sannyāsa. Habiendo oído que Nityānanda Prabhu había desviado a Śrī Caitanya de Su peregrinaje a Vṛndāvana y que lo había conducido, en vez de ello, a la cercana Śāntipura, Raghunātha Dās le rogó a su padre que le permitiera ir a ver el Señor Caitanya, acerca del cual tanto le había hablado el santo Haridāsa Ṭhākura. Pero el muchacho era demasiado joven, apenas de quince años de edad, y debido a ello su acaudalado padre se mostró titubeante, escéptico en cuanto a permitir la asociación de su bien educado muchacho con renunciantes comunes. Govardhana no quería que su único hijo renunciara al mundo y dejara a la familia. No obstante, Raghunātha Dās regresó a su casa.
Cuatro años después, cuando Raghunātha Dās tenía casi diecinueve años de edad, Śrī Caitanya retornó a Śāntipura. Raghunātha Dās sintió más entusiasmo que nunca por obtener la asociación de Śrī Caitanya. Cuando Govardhana se dio cuenta de que no podía controlar a su hijo, se resignó al destino del muchacho y le permitió exponerse a la vida de renunciación y espiritualidad. Pero le advirtió que estuviera en guardia y regresara al hogar después de una breve visita.
Cabe observar que, para este momento crítico en la carrera de Śrī Caitanya, Él había completado Su gira por el Sur de la India y se había encontrado con Rūpa y Sanātana Gosvāmī en Rāmakeli. Así pues, había logrado considerable renombre como santo e incluso como un avatār. Govardhana se sintió por eso un tanto más seguro en permitir que le joven Raghunātha Dās se asociara con Śrī Caitanya y Sus seguidores.
El joven fue enviado a Śāntipura (6) con una escolta principesca. A su arribo, de inmediato fue a la casa de Advaita Ācārya, donde Śrī Caitanya se había alojado durante su primer encuentro y donde se estaba alojando de nuevo. Lágrimas de amor fluyeron de los ojos de Raghunātha Dās cuando vio la forma de Śrī Caitanya, quien sonrió a Raghunātha Dās como si viera a un viejo amigo. Aunque Raghunātha Dās estaba todavía deseoso de renunciar a su familia y a sus riquezas, Śrī Caitanya lo alentó a regresar a su casa. “El Señor Kṛṣṇa te dirigirá hacia la renunciación en el momento oportuno”, le dijo Śrī Caitanya. “Por ahora, ve y vive como un hombre mundano”. Y así, después de aproximadamente seis días, Raghunātha Dās regresó a Saptagram.
Actuando superficialmente como un hombre de negocios, Raghunātha Dās procedió a tomar al pie de la letra la instrucción de Śrī Caitanya. Administró la propiedad de su padre en forma responsable, y se casó con una chica de incomparable belleza. De este modo, llevaba externamente una atractiva vida de opulencia, mientras en su fuero interno anhelaba el día en que pudiera renunciar a todo y vivir la vida simple de un asceta.
La vida mundana de Raghunātha habría de durar apenas dos años, ya que una calamidad sobrevino a la familia Majumdar. El antiguo gobernador de Saptagram, un turco, alimentaba rencor contra Hiraṇya y Govardhana, pues cuando ellos se habían hecho cargo de distrito, involuntariamente usurparon sus posesiones. Buscando venganza y procurando congraciarse con el Nawab Hussein Shah, el ex-gobernador informó al Nawab que, aunque Hiraṇya y Govardhana estaban pagándole anualmente 1. 200. 000 rupias, de hecho estaban reteniendo bastante más para sí. Por añadidura, advirtió al Nawab que se habían vuelto muy poderosos y que podrían resultar peligrosos para le gobierno de ocupación islámica.
En consecuencia, el Nawab envió un grupo de soldados para que arrestara a la familia Majundar. Govardhana estaba lejos, de viaje, e Hiraṇya había huido al recibir la noticia de que las tropas se aproximaban con rapidez. Sólo Raghunātha Dās se hallaba todavía presente cuando llegaron los soldados. Hiraṇya había dado aviso a Raghunātha Dās del inminente desastre, pero el fiel Raghunātha no estaba preocupado.
El sabía que su Señor lo protegería. Aun así, cuando llegaron los soldados lo arrestaron, y él fue pacíficamente con ellos a Gauḍa, entonces capital de Bengala.
Llevado a la presencia del rey, se le pidió a Raghunātha Dās que revelara las andanzas de su padre y de su tío. Pero él honestamente no lo sabía, y así lo dijo a sus captores. Al principio, el rey decidió hacerlo torturar, pero después de oír a Raghunātha Dās pronunciar un magnífico monólogo sobre las virtudes de la bondad y la hermandad del hombre ante Dios, (7) el rey se conmovió hasta derramar lágrimas.
Apreciando que Raghunātha Dās era un gran devoto del Señor, el rey comprendió que sus palabras venían del corazón, por lo que no sólo lo liberó sino que lo aceptó como a su propio hijo. Se efectuó entonces un arreglo amistoso sobre la situación financiera de Hiraṇya y Govardhana, a propósito de la cual se había originado todo el problema.
Poco después de este incidente, uno de los asociados más íntimos de Śrī Caitanya, Nityānanda Prabhu, (8) fue a Pāṇiḥati, una aldea situada cuatro millas al Norte de Calcuta, muy cerca de Saptagram. Con El se reunió un séquito de cientos de devotos para glorificar a Dios “con la pandereta, la danza y los muy sonoros címbalos”. (9) De esta manera, Nityānanda Prabhu pasó tres meses propagando la misión de amor divino de Śrī Caitanya y conquistando seguidores en las aldeas vecinas.
Raghunātha Dās oyó hablar del éxito de Nityānanda Prabhu en Pāṇiḥati. El joven Gosvāmī quería encontrarse con Nityānanda Prabhu y servir Sus pies de loto, pues sabía que uno sólo podía obtener la misericordia de Śrī Caitanya complaciendo primero a Su asociado eterno. Con este fin, Raghunātha Dās siguió intentando escapar de su casa, pero una y otra vez fue arrastrado de vuelta por su padre. Cediendo finalmente, Govardhana dio permiso para que Raghunātha viera al gran Nityānanda, y el Gosvāmī se puso rápidamente en camino hacia Pāṇiḥati.
Cuando Raghunātha Dās llegó, encontró a Nityānanda Prabhu sentado en una gran roca al pie de un magnífico árbol baniano. (10) El se veía refulgente, rodeado por cientos de devotos dedicados. Al acercarse a estas grandes almas, Raghunātha Dās se sintió avergonzado, pues, en su humildad, se sentía culpable de actuar como un materialista ordinario. Percibiendo el estado mental de Raghunātha Dās, Nityānanda Prabhu decidió bromear amorosamente con él. En consecuencia, mientras el muchacho se aproximaba, las siguientes palabras brotaron de los labios de Nityānanda Prabhu: “¡Eres un ladrón, Raghunātha Dās! ¡Ven aquí, que te voy a castigar ahora!”. (11)
Raghunātha Dās se sentía renuente a acercarse a Él. No obstante, Nityānanda Prabhu asió a Raghunātha Dās y le puso a la fuerza Sus pies sobre la cabeza. Todos los devotos rieron al ver convertirse el castigo de Nityānanda Prabhu en una bendición humorística.
“Castigando” adicionalmente a Raghunātha Dās, Nityānanda Prabhu le dio la siguiente orden: “Prepara una gran fiesta y alimenta a todos los devotos con yogur y arroz plano”. (12) Al oír esto, Raghunātha Dās se sintió muy complacido. Finalmente tenía la posibilidad de poner su riqueza en el servicio del Señor y envió de inmediato a algunos de sus sirvientes a comprar los ingredientes necesarios.
Pronto el área se vio inundada por grandes cantidades de arroz plano, yogur, leche, pastelillos, azúcar, plátanos y bocaditos surtidos. Tan sólo para participar en las jubilosas festividades, acudieron sacerdotes y otros peregrinos desde millas a la redonda. Al ver que la multitud crecía, Raghunātha Dās dispuso que se adquirieran más provisiones en la aldea vecina. También compró alrededor de cuatrocientas grandes vasijas de barro redondas, para remojar el arroz plano. Juntos, con gran espíritu de cooperación, los devotos prepararon la fiesta y, mientras lo hacían, cantaron el santo nombre en gran éxtasis.
Además de los incontables devotos que asistieron al festival, se hallaban presentes Nityānanda Prabhu y otros asociados íntimos de Śrī Caitanya. De acuerdo a la etiqueta, a cada uno de estos asociados íntimos se les proporcionó un asiento sobre una plataforma elevada, y los demás devotos se sentaron en torno a ellos. A cada quien se le ofrecieron dos vasijas de barro. Una vasija contenía arroz plano con leche condensada. La otra contenía arroz plano con yogur. Los devotos comieron a plena satisfacción, y exclamaban: “¡Haribol! ¡Canten los nombres del Señor!”
En ese momento, por la voluntad de Nityānanda Prabhu, Śrī Caitanya apareció místicamente en la escena. Sólo aquellos devotos que eran avanzados espiritualmente pudieron percibir la presencia de Śrī Caitanya. Tanto Śrī Caitanya como Nityānanda Prabhu disfrutaron viendo a los devotos comer el arroz plano, el yogur y la leche condensada. Caminando por el sendero donde los devotos estaban sentados comiendo. Nityānanda Prabhu sacó un bocadito del plato de cada devoto y juguetonamente lo puso en la boca de Śrī Caitanya. Correspondiendo, Śrī Caitanya hizo lo mismo con Nityānanda Prabhu. Raghunātha Dās se deleitaba contemplando este espectáculo.
Después de la fiesta, Raghunātha Dās distribuyó liberalmente oro y joyas entre los devotos presentes, pero ellos eran indiferentes a todo con excepción de las amorosas relaciones de Raghunātha Dās y Nityānanda Prabhu. Todo este incidente vino a conocerse como el Daṇḍa Mahotsava, que significa, irónicamente, “la Fiesta del Castigo”. Hasta hoy, anualmente viajan peregrinos a Pāṇiḥati en conmemoración del festival Daṇḍa Mahotsava del arroz plano. Se celebra en el decimotercer día de la luna llena del mes de Jayista (mayo-junio).
Antes de regresar a Saptagram, Raghunātha Dās tuvo la gran fortuna de sostener una conversación íntima con Nityānanda Prabhu mientras estaban presentes sólo unos cuantos devotos. Acercándose con humildad, Raghunātha Dās pronunció las siguientes palabras: “Yo soy el más bajo de los hombres, el más pecaminoso, caído y condenado. No obstante, deseo alcanzar el refugio de Śrī Caitanya Mahāprabhu. (13) Como un enano que quiere atrapar la Luna, muchas veces lo he intentado con todas mis fuerzas, pero nunca he tenido éxito. Cada vez que traté de escapar y renunciar a las relaciones familiares, desafortunadamente mis padres me mantuvieron confinado, a veces por la fuerza”.
“Sin tu misericordia”, continuó Raghunātha Dās, “nadie puede obtener el refugio de Śrī Caitanya Mahāprabhu. Pero si Tu eres misericordioso, aún el más bajo de los hombres puede obtener el refugio a Sus pies de loto. Aunque no soy digno y siento temor de presentar este ruego, no obstante yo te pido, Nityānanda Prabhu, que seas especialmente misericordioso conmigo otorgándome refugio a los pies de loto de Śrī Caitanya Mahāprabhu. En conclusión”, clamó Raghunātha Dās, “poniendo Tus pies sobre mi cabeza, concédeme la bendición de que yo pueda obtener sin dificultad el refugio de Śrī Caitanya Mahāprabhu. Yo oro fervientemente por esta bendición”.
Al oír esta súplica humilde y devocional, Nityānanda Prabhu sonrió, sintiendo una gran satisfacción. Mientras se volvía hacia los otros devotos, dijo: “Raghunātha está acostumbrado a un nivel de felicidad material que es igual al de Indra (un opulento semidiós). Debido a la misericordia ya otorgada sobre Raghunātha Dās por Śrī Caitanya Mahāprabhu, a él no le gusta en absoluto la riqueza material. Por lo tanto, que cada uno de ustedes sea misericordioso con él y le conceda la bendición de que muy pronto alcance pleno refugio a los pies de loto de Śrī Caitanya Mahāprabhu”. (14) De este modo, Nityānanda Prabhu consiguió para Raghunātha Dās la bendición de los devotos reunidos, y luego citó escrituras (15) a fin de que los devotos pudieran determinar el nivel de adelanto espiritual de Raghunātha.
A continuación, Nityānanda Prabhu llamó cerca de Sí a Raghunātha Dās y le puso Sus pies sobre la cabeza. Bendiciendo de esta manera a Raghunātha Dās, Nityānanda Prabhu bondadosamente le hizo saber que Śrī Caitanya había aparecido en el festival de Pāṇiḥati tan sólo para mostrarle Su favor. Además, Nityānanda Prabhu le informó que Śrī Caitanya realmente había comido el arroz plano con leche que el propio Raghunātha Dās había preparado.
Finalmente, Nityānanda Prabhu le dio una indicación de lo que habría de ocurrir en un futuro cercano: “Śrī Caitanya Mahāprabhu te aceptará plenamente y te pondrá bajo el cuidado de Su secretario, Svarūpa Dāmodara. Así te convertirás en uno de los sirvientes más confidenciales e íntimos del Señor. Teniendo esta seguridad, regresa a tu hogar. Muy pronto, sin impedimento alguno, alcanzarás el pleno refugio de Śrī Caitanya Mahāprabhu”. (16) Luego de oír esto, Raghunātha Dās regresó a Saptagram.
Esta vez siquiera pudo fingir interés por lo material. Anteriormente, bajo la orden de Śrī Caitanya, había pretendido ser un hombre de negocios. Pero ahora, habiendo recibido la misericordia de Nityānanda Prabhu, estaba intoxicado de amor por Dios y no podía controlarse. Una y otra vez trató de escapar del palacio de su padre, para predicar entre la gente común y llevar la vida de un asceta. Pero sus intentos fueron en vano. Govardhana contrató a un gran cuerpo de guardianes para que vigilaran específicamente a Raghunātha Dās, y estos hombres capaces siempre lo arrastraban de vuelta al palacio.
Lamentándose, su madre sugirió una vez, en total frustración, que quizá se le debiera atar a una columna con una soga. Después de todo, dijo ella, él podía escapar algún día a la atención de los guardianes. Pero a esta sugerencia impráctica vino la histórica réplica de Govardhana: “Si las atracciones de una gran riqueza y de una esposa cuya belleza es de proporciones celestiales no pueden atarlo a este reino, ¿crees tú que una delgada soga podrá hacerlo?”. (17)
A su debido tiempo, Raghunātha Dās tuvo la oportunidad de escapar. Yadunandan Ācārya era el guru y sacerdote de la familia y, en cierta ocasión, llevó consigo a Raghunātha Dās para ejecutar un ritual religioso. La familia, por cierto, tenía plena confianza en su guru, por lo que, esa noche, los guardianes se fueron a dormir temprano, con la seguridad de que Raghunātha Dās se hallaba en buenas manos.
Pero no se podía subestimar a Raghunātha Dās. Logró convencer al guru de que podía continuar él solo el ritual prescrito, y el simple y fiel instructor le permitió hacerlo. Esta era la oportunidad que Raghunātha esperaba, y se dio cuenta de ello. Como no había guardianes ni familiares interesados a la vista, decidió aprovechar la oportunidad, aun cuando para entonces era noche cerrada.
Viajando, al comienzo, de aldea en aldea, Raghunātha Dās decidió eventualmente atravesar las selvas, ya que de esa manera su padre y los guardianes familiares no podrían seguirlo. Meditando en Śrī Caitanya y en Nityānanda Prabhu, decidió ir en dirección a Jagannātha Purī, ya que en esa época del año (julio) todos los devotos acudirán allí para el festival anual de Ratha-yātrā. Dijo a sus guardianes: ”Raghunātha ha huido a Purī para estar con Śrī Caitanya Mahāprabhu. Diez de nuestros mejores hombres deben ir de inmediato para atraparlo y traerlo de vuelta. Sin duda está viajando con Śivānanda Sena, quien está a cargo de la peregrinación de los devotos a Purī”. Así pues, Govardhana escribió una carta a Śivānanda Sena, pidiéndole que, por favor, le devolviera a su hijo. Esta carta fue enviada con los diez hombres.
Pero Śivānanda replicó que Raghunātha Dās no se había unido en ningún momento a él y a sus peregrinos, lo cual era cierto, así que los diez guardianes regresaron con las manos vacías. La madre y el padre de Raghunātha se sobrecogieron de dolor. ¿A quien podían recurrir? ¿Debían enviar a sus guardianes a la lejana Jagannātha Purī? Tal vez Raghunātha Dās no había ido en ningún momento a Purī. Tal vez estaba herido. Tal vez los necesitaba.
Mientras tanto, Raghunātha Dās había dejado el cobertizo en el que había pasado la noche, y continuó su viaje durante doce días antes de llegar finalmente a Purī. Se dice que, debido a la escasez de alimentos en la selva y a su meditación fija en el Señor, Raghunātha se las arregló para comer apenas tres veces en esos doce días.
Ello le infundió el sentido de austeridad por el que posteriormente se haría famoso.
Como escribe un biógrafo:”El cuerpo ayunaba, pero el espíritu se deleitaba en el goce de la perspectiva de encontrarse con el Señor”. (18)
Arribando finalmente a Purī, Raghunātha Dās se acercó a Śrī Caitanya Mahāprabhu, quien estaba sentado con Sus devotos íntimos encabezados por Śrī Svarūpa Dāmodara. Cuando Śrī Caitanya vio a Raghunātha Dās, de inmediato le pidió que se acercara más, tal como lo había hecho Nityānanda Prabhu. Pero antes de que las palabras hubieran brotado siquiera de Sus labios, Raghunātha Dās asió los pies de loto de Śrī Caitanya en una actitud de amor espiritual. Al ver esto. Śrī Caitanya se levantó y, movido por Su misericordia sin causa, abrazó a Raghunātha Dās.
Entonces Śrī Caitanya se volvió hacia Su competente sirviente, Śrī Svarūpa Dāmodara, y le dijo: “Mi querido Svarūpa, Yo te confío a este Raghunātha Dās. Por favor, acéptalo como tu hijo o tu sirviente. Desde hoy en adelante, este Raghunātha Dās deberá ser conocido como el Raghu de Svarūpa Dāmodara”. (19) Al convertirse en sirviente de Svarūpa Dāmodara, fue considerado secretario auxiliar de Śrī Caitanya (Svarūpa era el secretario). Aceptando plenamente a Raghunātha Dās en su rebaño, Śrī Caitanya lo bendijo y le mostró misericordia especial. Todos los devotos, llenos de asombro, alabaron la buena fortuna de Raghunātha Dās Gosvāmī.
Bajo el cuidado de Śrī Svarūpa Dāmodara, Raghunātha Dās recibía diariamente los codiciados remanentes de la comida de Śrī Caitanya, y amorosamente los saboreaba con trascendental deleite. Habiendo sido tocada por Dios, esta comida era espiritualmente potente y, por lo tanto, llevaba a Raghunātha Dās a alturas aun mayores de éxtasis espiritual. Durante cinco días aceptó estos remanentes, pero al sexto día dejó de hacerlo, sintiéndose indigno, y se puso a pedir limosna ante la puerta principal del templo de Jagannātha.
Cuando le preguntaron por qué prefería los simples bocados de alimentos del templo de Jagannātha a los remanentes esmeradamente preparados de la comida de Śrī Caitanya, contestó: “Para mí, esa comida era demasiado opulenta. Mi visión espiritual se vuelve borrosa con tanta indulgencia. Por lo tanto, prefiero comer unos cuantos granos humildes, tan sólo para mantener el cuerpo y el alma juntos”. Śrī Caitanya se sintió complacido con el sentido de austeridad de Raghunātha Dās, y abiertamente lo alabó por ello.
También su humildad le era grata a Śrī Caitanya, aunque alcanzaba, a veces, proporciones controvertibles. Por ejemplo, Raghunātha Dās se sentía tan caído que, por espacio de algunos años, no se acercó directamente s Śrī Caitanya. Antes bien, solía transmitir sus ideas, cada vez que era necesario, por intermedio de Govinda (el sirviente de Śrī Caitanya) o a través de su amo, Svarūpa Dāmodara. Sin embargo, poco a poco sintió la necesidad de acercarse directamente a Śrī Caitanya, y pidió permiso a Svarūpa Dāmodara para hacerlo.
Al enterarse del pedido de Raghunātha, Śrī Caitanya llamó a Raghunātha Dās a Su habitación y le dijo lo siguiente: “Svarūpa Dāmodara te puede instruir mejor que yo. No obstante, si deseas oírme, puedes determinar tus deberes por Mi siguiente declaración: No hables como las personas materialistas ni oigas lo que ellas dicen. No debes comer alimentos muy sabrosos, ni debes vestirte innecesariamente a la moda. No esperes honores, sino ofrece todo respeto a los demás. Canta siempre el santo nombre del Señor Kṛṣṇa, y dentro de tu mente presta servicio a Rādhā y Kṛṣṇa en Vṛndāvana. Estas son mis instrucciones resumidas. Śrī Svarūpa Dāmodara te proporcionará detalles específicos”. (20) De este modo, Śrī Caitanya alentó a Raghunātha Dās en este humor de ascetismo y en su entrega a Svarūpa Dāmodara.
Conforme se anunciaban los placenteros días de verano, nuevamente fue la época del festival de Ratha-yātrā. Llegaban devotos de toda Bengala, y Raghunātha Dās experimentó una gran dicha al encontrarse con estos asociados íntimos del Señor.
Entre los devotos que arribaron estaba Śivānanda Sena, quien le contó a Raghunātha Dās lo de los diez guardianes que habían sido enviados por su padre. Raghunātha Dās lo lamentó por sus afligidos padres, pero estaba firme en su resolución. Como no quería regresar a su casa, le pidió a Śivānanda que consolara a sus padres cuando regresara a Bengala.
Después de cuatro meses, Śivānanda y los demás devotos se pusieron en camino de regreso. Al enterarse de su retorno a Bengala, Govardhana envió a uno de sus hombres para que indagara acerca de Raghunātha Dās. “¿Has visto a Raghu en Jagannātha Purī?”, le preguntó el mensajero de Govardhana. “¿Estaba allí con Caitanya Mahāprabhu?”.
Śivānanda Sena contestó: “Sí. Raghunātha Dās es un servidor íntimo de Śrī Caitanya Mahāprabhu, y en ello ha logrado una gran fama. Todo el mundo lo conoce. Fue puesto bajo el cuidado de Svarūpa Dāmodara, y canta día y noche el santo nombre de Kṛṣṇa. Se ha vuelto la vida de todos los devotos”.
“Es completamente renunciado”, continuó Śivānanda, “no se preocupa de comer o de vestirse. Come algunos granos del templo de Jagannātha y, si nadie se los ofrece en caridad, ayuna. Está totalmente dedicado al servicio del Señor”. Después de oír esto, el mensajero regresó donde Govardhana Majumdar.
Al explicar todos los detalles al padre y a la madre de Raghunātha, el mensajero pudo percibir la angustia de ellos. No obstante, para entonces ya habían comprendido que no podrían hacer cambiar de parecer a su hijo. Antes bien, decidieron enviar algunos hombres con amenidades para su comodidad. Querían comenzar enviando cuatrocientas monedas, dos sirvientes y un cocinero brāhmaṇa a Śivānanda Sena, quien habría de entregar todo esto cuando regresara a Purī.
Como de costumbre, al año siguiente Śivānanda Sena fue a Purī, y llevó los regalos de los padres de Raghunātha Dās. Al principio, Raghunātha no tocó estos tesoros, pues los veía como obstáculos en la senda espiritual. Poco a poco, sin embargo, se ablandó, pero sólo tomaba lo suficiente para agasajar a Śrī Caitanya durante dos días de cada mes. Por espacio de dos años, continuó aceptando los regalos para el servicio de Śrī Caitanya y luego, abruptamente, dejó de hacerlo.
Después de no ser invitado por Raghunātha Dās durante dos meses, Śrī Caitanya interrogó a Svarūpa Dāmodara. Juntos, concluyeron que Raghunātha Dās estaba pensando de la siguiente manera: “Cuando se comen alimentos ofrecidos por un materialista, la mente se contamina y es incapaz de pensar en Kṛṣṇa con pureza. Hace ya dos años que Caitanya Mahāprabhu acepta mis invitaciones movido por Su misericordia sin causa. Pero El preferiría que yo abandonara toda conexión con las riquezas y con la gente de mentalidad mundana”. (21) Se confirmo que esto era, de hecho, lo que Raghunātha Dās Gosvāmī había estado pensando.
Sintiendo que Raghunātha Dās había comprendido plenamente Sus enseñanzas y apreciando, además, el severo sentido de renunciación de Raghunātha, Caitanya Mahāprabhu le obsequió una pequeña piedra proveniente de la sagrada colina Govardhana y una guirnalda de pequeñas conchas recogidas en Vṛndāvana. (La piedra de la colina Govardhana puede ser vista actualmente en el templo de Śrī Śrī Rādhā Gokulananda en Vṛndāvana. )
Estos artículos le eran incalculablemente preciosos a Śrī Caitanya, ya que los había conservado consigo en forma continua durante tres años. Los devotos quedaron maravillados cuando obsequió estos artículos a Raghunātha Dās Gosvāmī, y pudieron comprender así que el Gosvāmī no era un alma ordinaria. El profundo nivel de su conciencia de Kṛṣṇa se revela en el Caitanya-caritāmṛta.

sāḍe sāta prahara yāya kīrtana-smaraṇe
āhāra-nidrā cāri daṇḍa seha nahe kona dine

“Raghunātha Dās pasaba más de veintidós horas de cada veinticuatro cantando el māhā-mantra Hare Kṛṣṇa y recordando los pies de loto del Señor. Comía y dormía menos de una hora y media, y algunos días prescindía incluso de esto”. (Cc. Antya-līlā 6. 309). (22)
Sus austeridades aumentaron con los años, y pronto renunció a casi todo alimento y bebida, viviendo tan sólo de unas cuantas gotas de suero al día.
Maravillados de que pudiera mantenerse con vida de esta manera, desde millas a la redonda acudían los devotos solamente para ver al gran Raghunātha Dās. Cuando los veía acercarse, sin embargo, él solía ofrecer humildemente sus reverencias a ellos. Como resultado, se dice que diariamente ofrecía respetos a dos mil devotos. Por añadidura, diariamente ofrecía mil reverencias al Señor y cantaba, cuando menos, cien mil santos nombres. Nadie podía comprender la profundidad de su conciencia de Kṛṣṇa.
Debido a sus intensas austeridades, se convirtió en un gran místico y llegó a ser conocido a lo largo y ancho de gran parte de la India. Los sabios viajaban grandes distancias para buscar su asociación, acudían eruditos desde muchos e importantes centros de enseñanza, con el solo propósito de indagar sobre la interpretación de las escrituras, y, desde lugares remotos, acudían buscadores espirituales para estudiar bajo su guía.
Raghunātha Dās había permanecido en Purī durante aproximadamente dieciséis años cuando, en 1534, Śrī Caitanya partió de este mundo mortal. Poco antes de Su partida, Śrī Caitanya le había pedido que fuera a Vṛndāvana a trabajar estrechamente con Rūpa y Sanātana, quienes ya se encontraban allí compilando estudios académicos sobre el vaiṣṇavismo, desenterrando importantes lugares sagrados, y construyendo grandes templos.
No obstante, él permaneció en Purī por espacio de dos o tres años más, hasta la desaparición de Svarūpa Dāmodara, su amado maestro espiritual. Después de esto, cuando contaba casi cuarenta años de edad, Raghunātha Dās partió para Vṛndāvana a fin de ayudar a Rūpa y Sanātana en su servicio, tal como se lo pidiera Śrī Caitanya.
Sin embargo, estaba tan abrumado por la prematura muerte de sus dos maestros, que decidió quitarse la vida saltando de la colina Govardhana. (24)
Śrī Rūpa y Sanātana no le permitieron intentarlo. Antes bien, puesto que había mantenido una asociación íntima con Śrī Caitanya, lo convencieron de que siguiera viviendo y de que diariamente recitara los pasatiempos del Señor, lo cual hizo durante tres horas diarias por el resto de su vida. De este modo, Rūpa y Sanātana solían oír hablar regularmente a Raghunātha Dās acerca de Śrī Caitanya Mahāprabhu. Y así, entre los devotos vaiṣṇavas del Señor, el nombre de Raghunātha Dās está inseparablemente asociado a los de Rūpa y Sanātana, pues se habían hecho amigos íntimos y continuaron sirviendo juntos en Vṛndāvana hasta sus últimos días.
Śrī Rādhākunda, un importante lugar santo de Vṛndāvana que fue desenterrado por el propio Śrī Caitanya, se convirtió en la morada mística de Raghunātha Dās, donde vivía en una pequeña choza. Allí conoció a Śrīla Kṛṣṇa das Kavirāja (discípulo iniciado de Nityānanda Prabhu y autor del Caitanya-caritāmṛta), quien pronto se convirtió en su buen amigo y seguidor íntimo.
También en Rādhākunda, “Dās Gosvāmī”, como llegó a ser llamado Raghunātha Dās, compuso versos sumamente profundos, tanto en poesía como en prosa, concernientes a los pasatiempos íntimos de Rādhā y Kṛṣṇa. Estos fueron recopilados en tres volúmenes: el Stava-mālā (o Stavamali), el Dāna-carita (o Dāna -keli-cintāmaṇi), y el Mukta-carita. Pero, por encima de sus logros literarios, se le recuerda como el emblema mismo de la renunciación. El Caitanya-caritāmṛta confirma: ”Raghunātha Dās estaba desinteresado del placer material incluso desde su infancia”. Su nivel de renunciación se desarrolló cada vez más, culminando en una absorción espiritual completa. Raghunātha Dās Gosvāmī mostró, con palabras y con hechos, que, mediante el deseo del alma, las capacidades del cuerpo podían extenderse. El transcendió sus necesidades corporales hasta el punto de que ya no constituyeron un obstáculo en su vida espiritual. De este gran santo podemos, pues, aprender la valiosa lección del control de los sentidos, no para hacer una demostración, un espectáculo de proezas físicas, sino en aras del fin último, el amor por Dios.

Notas
1. No se cuenta con información exacta referente a fechas de aparición y desaparición de los Seis Gosvāmīs. Existen diversas teorías, sin embargo, y en esta obra usaremos las fechas proporcionadas por Bhaktivinoda Ṭhākura en su revista Sajjana-toṣaṇī, Vol. 2, p. 25, 1882. El artículo en bengalí se titulaba Cāya gosvāmīra sambandhe abda nirṇaya. Se debe advertir que el propio Bhaktivinoda admite que estas fechas son meramente aproximativas, pues si bien se refiere a ellas en el citado artículo, dice él: ihā saṅgatā bodha hoy na (“Puede que no sea completamente exacto…”).
Govardhana Dās, en su gigantesco estudio histórico (en bengalí) titulado Śrī Śrī Vrāja Dhāma O Śrī Gosvāmī Gana (Calcuta, Pancanam Cattopadhyaya, reimp. 1961, p, 383, nota) también admite que “las fechas de los Gosvāmīs tienden a variar de acuerdo con las opiniones de diversas autoridades importantes”.

2. Raghunātha Dās es una encarnación de Rasa-mañjarī. Algunos dicen que es una encarnación de Rati-mañjarī. Otros aún dicen que es una encarnación de Bhanumati-mañjarī. Véase Śrīla Kabi Karnapur, el Śrī Gaura-gaṇoddeśa-dīpika, trad., Kusakrstha Dās (Los Ángeles, The Kṛṣṇa Library, No. ll, 1987), p. 113.

3. Su manifestación como los Seis Gosvāmīs es asimismo una verdad eterna y existe en la celestial Navadvīpa-dhāma.

4. Su Divina Gracia A. C. Bhaktivedanta Svāmī Prabhupāda (trad.), Śrī Caitanya-caritāmṛta, 17 volúmenes (Los Ángeles, Bhaktivedanta Book Trust, l975), Antya-līlā 2, Cap 6, p. 203. Véase también Madhya-līlā 6, Cap. 16, texto 223, p. 271.

5. Bhakti Pradip Tirtha, Śrī Caitanya Mahāprabhu (Calcuta, Gauḍīyā Missión, 1947), p. 279.

6. Caitanya-caritāmṛta, op. cit, Madhya-līlā 6, Cap. 16, p. 159.

7. Ibid., Antya-līlā 2, Cap. 6, textos 24-30, pp. 215-18.

8. Siendo una encarnación de Balarāma, el hermano mayor de Kṛṣṇa, Nityānanda Prabhu es considerado una manifestación directa de Dios.

9. Dinesh Candra Sen, Caitanya y Sus Compañeros (Calcuta, Universidad de Calcuta, 1917), p. 131.

10. Este árbol (ficus religiosa) se encuentra aún allí, en Panahati, al lado del Ganges, y es un popular lugar de peregrinación.

11. Caitanya-caritāmṛta, op. cit., Antya-līlā 2, Cap. 6, texto 47, p. 225.

12. Ibid., texto 51, p, 227.

13. Ibid., texto 128, p. 259.

14. Ibid., textos 135-140, pp. 263-5

15. Ibid., texto 137, p. 263.

16. Ibid., texto 142, p. 266.

17. Ibid., textos 38-40, pp. 221-2

18. Dinesh Candra Sen, op. cit., p. 137.

19. Es significativo que Śrī Caitanya pusiera a Raghunātha Dās bajo el cuidado de Svarūpa Dāmodara, quien era uno de Sus cuatro servidores más íntimos, siendo los otros tres Rāmānanda Rāya, Siki Māhiti y Mādhavī-devī. Al hacer que Raghunātha Dās fuera entrenado por uno de Sus mejores, Śrī Caitanya estaba haciendo una declaración sobre la importancia de Raghunātha Dās Gosvāmī.

20. Caitanya-caritāmṛta, op. cit., Antya-līlā 2, Cap. 6, textos 235-38, pp. 309-10.

21. Ibid., textos 278-80, pp 329-30.

22. Ibid., texto 310, p. 344.

23. Caitanya-caritāmṛta, op. cit., Adi-līlā 2, Cap. 10, texto 93, p. 313. Véase también Charles R. Brooks, Hare Kṛṣṇas in India (Los Hare Kṛṣṇas en la India) (New Jersey, Prisceton University Press, 1989), p. 51-52.

24. Caitanya-caritāmṛta, Ibid., texto 94, p. 314.

25. Caitanya-caritāmṛta, op. cit., Madhya-līlā 6, Cap. L1, texto 222, p. 270.