25. Vatsalya-premā



El Señor Caitanya aprobó este progreso y pidió a Rāmānanda que siguiera explicando el desarrollo de las relaciones trascendentales. Sakhya-premā es un progreso en la melosidad trascendental sobre dāsya-premā, pero vatsalya-premā, el afecto paternal, todavía es más elevado que sakhya-premā.

Así que Rāmānanda citó una estrofa del Śrīmad-Bhāgavatam (10.8.46) que describe la excelencia de vatsalya-premā.

nandaḥ kim akarod brahman
śreya evaṁ mahodayam
yaśodā ca mahā-bhāgā
papau yasyāḥ stanaṁ hariḥ

«¡Oh, brāhmaṇa!, me siento confundido cuando intento comprender qué actos virtuosos debió haber realizado Nanda Mahārāja para poder obtener a Hari (Śrī Kṛṣṇa) como hijo. También me confunde tratar de entender a Yaśodādevī, a quien la Personalidad de Dios Śrī Kṛṣṇa llamó "madre" y de cuyo pecho mamó con afecto filial». Otro verso del Śrīmad-Bhāgavatam (10.9.20) dice:

nemaṁ viriñco na bhavo
na śrīr apy aṅga-saṁśrayā
prasādaṁ lebhire gopī
yat tat prāpa vimuktidāt

«Así pues, la bendición que la Personalidad de Dios Śrī Kṛṣṇa concedió a la pastora de vacas Yaśodādevī nunca la podrían esperar semidioses como Brahmā o Śiva, ni siquiera Lakṣmī-devī, quien es la consorte constante de la Personalidad de Dios Nārāyaṇa».

Esto quiere decir que Śrīmatī Yaśodādevī y Nanda Mahārāja adoraron a la Personalidad de Dios con el concepto de «Dios como hijo». En el cristianismo se tiene el concepto de «Dios como padre», y en el hinduismo existe la adoración de Śakti, la energía externa de Dios, «Dios como madre». Esas dos sombras de vatsalya-premā son materiales, producto de la energia externa. Son una especie de representación distorsionada del verdadero vatsalya-premā porque por medio de ese concepto material de Dios como padre o como madre, el objetivo del adorador es obtener servicio del Todopoderoso.

El espíritu de disfrute y el espíritu de renuncia son los factores predominantes de la existencia material. El espíritu de disfrute lo cultivan los karmīs y el espíritu de renuncia lo cultivan los jñānīs, los filósofos empíricos, que se encuentran desengañados como resultado de haberse ocupado en actividades fruitivas. Tanto los karmīs como los jñānīs son, por lo tanto, materialistas, porque ambos mantienen un espíritu de recibir servicio de la Verdad Absoluta. Para satisfacer sus propias concepciones, ambos exigen algo de la Verdad Absoluta.

La Verdad Absoluta debe recibir el servicio de todas las entidades vivientes. Él no debe servir a las entidades vivientes. De las entidades vivientes, el Bhagavad-gītā dice que son partes integrales de la Verdad Absoluta. Las partes integrales han sido creadas para prestar servicio al todo. Es absurdo que las partes integrales alberguen la idea de convertirse uno con el todo o recibir servicio del todo. La entidad viviente parte integral, cuando no está capacitada para prestar servicio, se disgrega del todo. Por consiguiente, el espíritu de exigir servicio del Todo Absoluto es signo de estar disgregado del Todo Absoluto, o en otras palabras, de estar en el dominio de la energía externa de Dios. Una actitud tan exigente por parte de los materialistas, con el concepto de Dios como padre o como madre, es un ligero intento de revivir la relación eterna con Dios; no obstante, esos conceptos están muy lejos del concepto de Dios como hijo que manifestaron Nanda y Yaśodā.

El concepto de Dios como hijo es cien por cien rasa espiritualmente puro y trascendental. Nanda y Yaśodā no exigían nada de la Personalidad de Dios. Ellos ofrecían un servicio sencillo y puro a la Personalidad de Dios cuidando de Él como a un bebé. Bajo la influencia de yogamāyā, la energía interna de Dios, pensaban en Śrī Kṛṣṇa única y exclusivamente como en un hijo afectuoso que dependía de ellos. Su servicio de padres con respecto a un hijo que dependía de ellos es siempre espontáneo y puro.