Los filósofos materialistas de este mundo, por medio de la especulación
mental, han decidido que a Dios se puede llegar a través de cualquier medio de
cultivo espiritual. Según ellos, no importa si el método es la acción fruitiva,
la especulación filosófica, el yoga
místico, la meditación, la penitencia o cualquier otro método; todos ellos
finalmente nos conducirán al objetivo más elevado. El ejemplo que suelen dar
para apoyar su teoría es éste: «Puede que haya muchas avenidas, pero si alguien
sigue cualquiera de ellas, con toda certeza alcanzará el objetivo deseado». Más
explícitamente, dicen que a Dios se Le representa de diversas formas, como Rāmacandra, el Brahman impersonal, la Diosa Kālī, Durgā, Mahādeva, Gaṇeśa, y muchos otros, y por tanto, se puede adorar a
cualquiera de ellos con el mismo resultado.
Otro ejemplo que utilizan en relación con esto es que puede que un hombre
tenga muchos nombres y que si se le llama por cualquiera de ellos, él
responderá a la llamada. Estas declaraciones de los charlatanes de la ciencia
espiritual son como los intentos vocales ininteligibles de un bebé. La voz
confusa de un bebé puede que sea muy dulce para el oído de los especuladores
mentales, pero los espiritualistas genuinos los desestiman como incongruentes
balbuceos de un niño.