1. Su sobriedad en el gasto de dinero



Se encontraba Śrīla Prabhupāda en Bombay cuando llegaron discípulos visitantes de Vṛndāvana y Māyāpura simultáneamente. Esto ocurrió durante el período de construcción de los templos de ambos lugares, de manera que Prabhupāda comprendió que los devotos estaban viniendo a solicitar dinero. Ellos, por su parte, sabían que Prabhupāda los es­taba esperando y que les pediría resultados sobre estos importantes pro­yec­tos de construcción.

Pero cuando sus discípulos lo visitaban desde lugares apartados, Prabhupāda, siguiendo la etiqueta vaiṣṇava, les daba primero la bienvenida. Prabhupāda había dicho que su misión era como declarar la guerra a māyā, y por ello recibía a sus propios soldados del campo de batalla con algunas dulces palabras de aliento. Les preguntó si habían tomado prasāda y les sugirió que tal vez quisieran descansar un poco. Al menos durante unos minutos, los problemas urgentes se dejaron de lado mientras los discípulos de Prabhupāda goza­ban con la dulzura de su darśana y su amable bienvenida.

Sin embargo, cuando Prabhupāda preguntó al fin a Gargamuni y a Jayapatākā el motivo de su visita, éstos dijeron que necesitaban 150.000 rupias para continuar con la construcción de sus respectivos pro­yectos.

—¡Pero si les acabo de dar! —dijo Prabhupāda—. Siempre están pidiendo dinero, pero ¿cuándo van a terminar?—. Los discípulos permanecie­ron en silencio mientras Prabhupāda preguntaba y criticaba sus deman­das. Surabhi Swami se puso nervioso y pensó: «Si no pueden conseguir ni 150.000 para Māyāpura, ¿qué dirá Prabhupāda cuando me oiga pidiendo 250.000?».

Prabhupāda argumentó que ni en Vṛndāvana ni en Māyāpura se estaba colectando lo suficiente y que sin embargo venían regularmente a pedirle dinero. Después de hablar durante un rato, Prabhupāda acordó dar 70.000 rupias a los hombres de Māyāpura, los cuales aceptaron agradecidos.

—Bien, Surabhi Prabhu —dijo Prabhupāda—, ¿qué puedo hacer por ti?

Surabhi tenía preparada una presentación más sistemática, habiendo hecho una lista de todo lo que se necesitaba para llevar adelante la construcción de Vṛndāvana.

Tras escuchar atentamente, Prabhupāda preguntó:

—¿Y a cuánto asciende el total?

—A dos lakhs y medio, Śrīla Prabhupāda [que equivalen a 25.000 dólares aproximadamente].

Entonces Prabhupāda se volvió hacia su secretario y le pidió que extendiera un cheque por dos lakhs y medio, y así cada uno de los devotos obtuvo su cheque. Surabhi estaba a punto de dejar la habitación cuando Prabhupāda lo llamó.

—¿Cuánto cuesta en Vṛndāvana el alquiler de un ricksha, ida y vuelta desde nuestro templo hasta el Banco de Punjab?—. Surabhi respondió que alrededor de 1,25 rupias.

Luego Prabhupāda se dirigió a su secretario.

—Brahmānanda, ¿cuánto cuesta enviar un carta certificada de Bombay a Vṛndāvana?—. La respuesta fue que setenta y cinco paisas (centavos de rupia). Entonces Śrīla Prabhupāda volvió a tomar el talón de Surabhi y dijo:

—Enviaremos el cheque por correo.

De manera que sólo para ahorrar cincuenta paisas de una cantidad de dos lakhs y medio de rupias, Prabhupāda prefirió mandar el cheque a su cuenta corriente en lugar de que Surabhi lo llevara en mano. Śrīla Prabhupāda estaba dispuesto a gastar lo que fuera necesario para construir sus importantes templos en la India, y sin embargo enseñó a sus discípulos a ahorrar en la medida de lo posible hasta el último céntimo.
Entrevista con Surabhi Swami y Guṇārṇava dāsa

Existen otros muchos ejemplos sobre lo sobrio y cuidadoso que era Śrīla Prabhupāda cuando gastaba su dinero en la India. Le preocupaba que sus discípulos de Occidente fueran engañados constantemente por los hindúes. Incluso hoy en día, aquellos que fueron entrenados por Prabhupāda en la India practican esta austeridad de ahorrar dinero de cualquier manera posible. En Occidente, sobre todo en América, Śrīla Prabhupāda no intentó introducir la misma rigidez en cuanto a los gastos. Estas diferencias de aplicación nos podrían llevar a la duda de si las actividades y enseñanzas de Prabhupāda tienen que ser seguidas de una manera estricta. La respuesta es «sí». Incluso si no podemos llevar a cabo las instrucciones de Prabhupāda en un sentido literal, jamás debemos ignorar el espíritu. Debemos pensar cómo aplicarlas de acuerdo al tiempo y lugar.

Estamos recopilando muchas anécdotas de la vida de Prabhupāda no como un mero entretenimiento para el lector, sino por su valor instructivo. Y las instrucciones de Prabhupāda tampoco eran sólo para que se las aplicara él mismo. En esencia Prabhupāda fue siempre un maestro y su līlā como maestro espiritual llenó siempre sus instrucciones. Como decía Prabhupāda: «Hagan como yo». Aunque algunas de sus actividades están más allá de la imitación, el principal objetivo de esta colección de historias —que pensamos también es el principal objetivo de la vida de Prabhupāda— es dar ejemplos perfectos de la conciencia de Kṛṣṇa para que puedan ser seguidos por los aspirantes a devotos.

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