57. Entrega



En el Bhagavad-gītā, la instrucción final es abandonar todas las diversidades de religión y seguir a la Personalidad de Dios sin reservas. AL comienzo del Bhagavad-gītā, la Personalidad de Dios proclamó que Él desciende a la Tierra siempre que hay un aumento de las actividades irreligiosas. Y lo hace para proteger a los fieles, aniquilar a los infieles y restablecer los principios de la religiosidad.

Las dos afirmaciones mencionadas previamente parecen contradictorias. La Personalidad de Dios desciende a la Tierra para proteger la religiosidad, pero aconseja a Arjuna que abandone todas las diversidades de religión. No obstante, la explicación es muy clara. La entrega completa a la voluntad de la Personalidad de Dios sin reserva alguna es el verdadero principio de la religiosidad. Todas las demás actividades, como por ejemplo el altruismo, de hecho no son religiosas. Por ello, la Personalidad de Dios aconseja a Arjuna que las abandone. Todas ellas son diferentes formas de lujuria mundana, presentadas con gran magnificencia bajo el atuendo de la religiosidad.

Por eso, la convicción trascendental de sentirse el sirviente eterno de Dios y seguir esa convicción significa seguir las instrucciones que Śrī Kṛṣṇa nos da en el Bhagavad-gītā. Mientras tengamos el sentimiento de que somos los disfrutadores de nuestras actividades, esas acciones no serán más que diferentes formas de lujuria mundana.

Entregarse por completo al deseo de Śrī Kṛṣṇa no significa convertirse en una máquina sin vida y sin ímpetu. Al contrario, el sentimiento de ser el sirviente eterno ocupado en el servicio de Śrī Kṛṣṇa proporciona un ímpetu trascendental para ejecutar la voluntad de Dios a través del medio divino del maestro espiritual, cuyo propósito es idéntico al de Śrī Kṛṣṇa. Esto sólo es posible cuando se recibe la inspiración del amor puro por Dios denominado vyavasāyatmikā-buddhi, la inteligencia trascendental que garantiza el éxito en las actividades espirituales.