Parte I: Las actividades inusuales de Haridās
Haridās es
probado por la energía ilusoria del Señor
Existe otro pasatiempo concerniente al comportamiento
inusual de Haridās, el cual está mucho más allá del alcance de nuestros
razonamientos materiales. Cualquier persona que lo escuche, con plena fe y sin
aplicarle argumentos falsos, quedará extremadamente maravillada.
Cierto día Haridās, sentado en su
cueva, se absorbía en el canto del mahā-mantra Hare Kṛṣṇa. La luna llena
clareaba la noche y las suaves olas del Ganges reflejaban su brillo encantador.
Contemplando la belleza de aquel escenario, cualquier persona quedaría
encantada y satisfecha internamente. En tal escena, surgió una mujer, tiñendo
todo el lugar con un matiz amarillo. Su presencia notable era irresistible y su
bello cuerpo era encantador y refulgente. El sonido de sus tobilleras atraía
los oídos y el aroma de su cuerpo perfumaba el ambiente. Al entrar en la cueva,
la bella mujer ofreció sus reverencias ante el altar, circunvalando tres veces
a tulasī, y ofreció también sus respetos a Haridās con sus graciosas
manos juntas. Sentándose elegantemente en el suelo, ella se dirigió a él con
palabras dulces y gentiles: “Mi querido Haridās, tú eres el amigo del mundo
entero. Eres tan bello y cualificado. Yo vine hasta aquí sólo para unirme
contigo. Mi señor, acéptame gentilmente y sé misericordioso conmigo, pues ésa
es la característica de una persona santa. Sé benevolente con esta pobre y
caída criatura”.
Después de decir esto, ella comenzó a
exhibir diversas posturas, que harían perder su sobriedad y paciencia incluso a
grandes filósofos. Haridās, sin embargo, permaneció inmóvil, pues él era
profundamente determinado. Actuando con extrema misericordia para con ella, Haridās
dijo: “Inicié un voto para ejecutar un gran sacrificio al cantar los santos
nombres del Señor cierto número de veces por día. Mientras no lo termine, no
deseo hacer nada más. Cuando termine mi canto, tendré oportunidad de hacer
cualquier otra cosa. Siéntate y escucha el canto del mahā-mantra Hare Kṛṣṇa.
Tan pronto el canto termine, satisfaré todos tus deseos”. Después de decir eso,
Haridās continuó cantando los santos nombres del Señor. Entonces, la mujer se
sentó y permaneció escuchando el canto puro de Haridās. De esa manera, Haridās
cantó ininterrumpidamente hasta el día siguiente. Cuando la mujer vio la
llegada de la mañana, se levantó y partió. Por tres días, ella se aproximó a Haridās
de esa manera, exhibiendo posturas femeninas tan atractivas que, sin duda,
confundirían incluso la mente del Señor Brahmā. Haridās, no obstante, estaba
siempre absorto en pensamientos de Kṛṣṇa y las posturas femeninas de la mujer
no podían atraerle.
Al final de la noche del tercer día,
la mujer habló a Haridās como sigue: “Mi querido señor, por tres días he sido
engañada por tus falsas promesas, pues tu canto nunca terminaba”. Haridās dijo:
“Mi querida amiga, ¿qué puedo hacer? Hice un voto, ¿cómo puedo romperlo?”.
Después de ofrecer reverencias a Haridās, la mujer dijo: “Yo soy la propia
energía ilusoria de la Suprema Personalidad de Dios. Sólo vine hasta aquí para
probarte. Anteriormente, cautivé inclusive la mente del Señor Brahmā, qué decir
de otros. Únicamente fallé en atraer tu mente. Mi señor, tú eres el más elevado
devoto. Simplemente viéndote y oyendo tu canto mi conciencia se ha purificado.
Ahora, yo deseo cantar los santos nombres del Señor. Por favor, concédeme
instrucciones bondadosamente sobre el éxtasis del canto del mahā-mantra
Hare Kṛṣṇa. Existe ahora una afluencia del néctar eterno del amor a Dios debido
a la encarnación del Señor Caitanya. Todos los seres vivos están flotando en
esa inundación. El mundo entero está ahora agradecido al Señor. Cualquier
persona que no flote en esa inundación es la más desafortunada. Tal persona no
podrá librarse siquiera en millones de kalpas. Formalmente, recibí los
santos nombres del Señor Rāma y del Señor Śiva, pero ahora, debido a tu
asociación, estoy ansiosa por cantar los santos nombres del Señor Kṛṣṇa. Por
favor, concédeme los santos nombres del Señor Kṛṣṇa y hazme así afortunada,
para que yo también pueda flotar en el océano de ese amor a Dios inaugurado por
el Señor Śrī Caitanya”. Después de hablar de esa manera, Māyā Devī adoró los
pies de loto de Haridās, quien la inició diciendo: “¡Simplemente canta el mahā-mantra
Hare Kṛṣṇa!”. Después de ser instruida por Haridās, Māyā Devī partió con gran
placer.
Infelizmente, algunas personas no
creen en estas narraciones. Por lo tanto, Śrī Kṛṣṇa dāsa Kavirāja explica la
razón por la cual las personas deben creer y volverse confiadas:
“Durante la encarnación del Señor
Caitanya, incluso grandes personalidades tales como el Señor Brahmā, el Señor Śiva
y los cuatro Kumāras tomaron nacimiento en la Tierra, sintiéndose atraídos por
el amor extático por Kṛṣṇa. Todos ellos, incluyendo al gran sabio Nārada y
devotos tales como Prāhlada, vinieron aquí como seres humanos y saborearon los
santos nombres del Señor en amor extático. ¿Qué decir de otros, si inclusive el
propio Kṛṣṇa, el hijo de Nanda Mahāraja, descendió personalmente para probar
el néctar del amor a Dios en la forma del canto del mahā-mantra Hare Kṛṣṇa?
Entonces, es maravilloso que la sierva de Kṛṣṇa, Su energía externa, implore
por amor a Dios. Sin la misericordia de un devoto y sin el canto de los santos
nombres del Señor, el amor a Dios no es posible. Con las actividades del Señor
Caitanya, los tres mundos danzaron y cantaron, habiendo entrado en contacto con
los santos nombres de Dios. Ésta es la característica de Sus pasatiempos. Los
santos nombres son tan atractivos que todo aquel que los canta, incluyendo a
todos los seres vivos, móviles e inmóviles, e incluso al propio Señor Kṛṣṇa,
quedan imbuidos por el amor a Dios”.
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