Introducción

Al iniciar sus estudios de Conciencia de Kṛṣṇa y empezar a consagrarse a las actividades del servicio devocional, todo practicante sincero se ve deslumbrado por el océano de néctar que se descubre ante él. Se trata del océano inagotable del amor a Dios, donde solamente los seguidores estrictos de Śrī Caitanya pueden sumergirse profundamente y saborear este néctar divino. Este océano es el hábitat natural de los asociados personales del Señor, que se deleitan en las aguas refrescantes del servicio devocional amoroso al Señor, siempre ocupados en oír, cantar, recordar, ofrecer oraciones, servir a los pies de loto, hacer amistad y entregarse totalmente. Los asociados del Señor son almas eternamente liberadas y, por ocuparse constante­mente en el servicio devocional, son considerados idénticos en calidad al propio Señor. Tales siervos perfectos del Señor son Sus asociados personales, y permanecen completamente conscientes de Kṛṣṇa incluso viviendo en este mundo material, pues se ocupan únicamente en la misión de la Suprema Personalidad de Dios. Ellos comprenden que sólo el servicio devocional a Kṛṣṇa puede aliviar a alguien de todos los problemas de la vida y, por ello, hacen un gran esfuerzo por introducirlo en este mundo. A este respecto, Śrīla Prabhupāda comenta (Bg. 11.55):

“En la historia hay muchos ejemplos de devotos del Señor que arriesgaron la vida en aras de la difusión del proceso de conciencia de Dios... tales como Ṭhākura Haridās y Prāhlada Māhāraja. ¿Por qué ese riesgo? Por­que querían difundir el proceso de conciencia de Kṛṣṇa, y ello es difícil. Una persona consciente de Kṛṣṇa sabe que, si alguien está sufriendo, se debe a su olvido de la relación eterna que tiene con Kṛṣṇa. De modo que, el máximo beneficio que uno le puede prestar a la sociedad humana, es el de liberar al prójimo de todos los problemas materiales. Con ese propósito, el devoto puro se dedica al servicio del Señor”.

En este comentario, Śrīla Prabhupāda señala la posición elevada del devoto puro del Señor citando como ejemplo a Haridās. El único interés de tales devotos puros en este mundo material es transmitir lecciones de conocimiento trascendental, lo que puede hacerse de dos maneras: a través de las palabras y a través de ejemplos prácticos de vida. En el Caitanya-caritāmṛta (Antya 4.99-103) encontramos algunos versos donde Sanātana Goswāmī afirma que Haridās ocupa una posición de reconoci­miento especial, siendo el devoto más avanzado:

“¡Oh, Haridās!, ¿quién es igual a ti? Eres un asociado de Śrī Caitanya. Por ello, eres el más afortunado. La mi­sión del Señor Caitanya, por la cual vino como una encarnación, es propagar la importancia de cantar los san­tos nombres del Señor. Ahora, en vez de hacerlo personalmente, Lo está haciendo por tu intermedio. Mi que­rido caballero, cantas los santos nombres trescientas mil veces por día e informas a todos sobre la importancia de este canto. Algunos se comportan muy bien, pero no predican el culto de la conciencia de Kṛṣṇa; mientras que otros predican, pero no se comportan apropiadamente. En lo que concierne a los santos nombres, tú, con tu comportamiento personal y con tu prédica, ejecutas ambos deberes al mismo tiempo. Por ello, eres el maestro espiritual del mundo entero, pues eres el devoto más avanzado dentro de este mundo”.

El movimiento Hare Kṛṣṇa tiene la importante misión de salvar a las almas condicionadas de su locura por el gozo de los sentidos, que las hace desperdiciar la forma humana de vida. Puesto que las almas condicionadas no tienen idea del riesgo que están corriendo, de volverse animales o cosas peores en su próxima vida, el Señor Caitanya descendió a este mundo acompa­ñado de Sus asociados más importantes, los cuales no poseen intereses diferentes a los intereses del Señor. En verdad, tales asociados del Señor Caitanya, como Haridās, son dotados de poder espiritual por el Señor para actuar como Sus representantes autorizados, o maestros espirituales. Para alentar a las almas condicionadas a aceptar el servicio devocional, tales devotos in­maculados nos ofrecen ejemplos perfectos de comportamiento espiritual, mientras propagan valiosas enseñanzas que pueden convencernos de adoptar el servicio a la Verdad Absoluta. De esa forma, las enseñanzas dejadas por Haridās nos estimulan a dedicarnos cada vez más al canto de los santos nombres y, al mismo tiempo, despiertan un gran interés por empeñarnos en alcanzar una vida espiritual libre de cualquier tipo de ofensa, sea a los santos nombres, sea a los santos vaiṣṇavas.

El comportamiento de Haridās, de extrema humildad, sumado a sus incomparables ejemplos de devoción pura por los santos nombres, nos sirve como una referencia ideal para poder transitar con seguridad nuestro camino de vuelta al hogar. Aunque los santos nombres no sean diferentes del propio Señor, es un hecho que sin seguir los pasos de los grandes ācāryas de los santos nombres, tales como Haridās, nadie obtiene tal realización trascendental –incluso después de muchos nacimientos! Por otro lado, al permitir que nuestra mente sea como una abeja enloquecida por el néctar del polvo de los pies de loto de los devotos del Señor Caitanya, la fe firme, la atracción espontánea y el verdadero amor surgirán naturalmente en nuestros corazo­nes. Por lo tanto, el santo Haridās vino a este mundo para revelarnos cuál es la actitud ideal que debemos adoptar para que nuestras actividades devocionales sean completamente exitosas. Por su gracia, el proceso de conciencia de Kṛṣṇa se reveló muy claro, bastante accesible y cada vez más alentador.

Al principio, es necesario desenvolver confianza, oyendo sobre la ciencia del bhakti de la boca de loto de un maestro espi­ritual. Entonces, a medida que adoptamos los métodos presentados por el maestro espiritual, nuestras dudas y demás obstácu­los desaparecen, gracias a la ejecución autorizada de tal servicio devocional. A partir de entonces, surge un gusto sublime por ejecutar servicio devocional y el interés por oír sobre las actividades del Señor y Sus asociados se intensifica aún más. A me­dida que continuamos oyendo sobre las glorias del Señor y Sus asociados, el apego por el servicio devocional se vuelve cada vez más fuerte. Si, por la gracia del Señor, podemos continuar progresando firmemente, con seguridad nos elevaremos a la plataforma del amor espontáneo por Dios. Por lo tanto, los ejemplos y enseñanzas de Haridās nos llenan de convicción, atrac­ción y amor por los santos nombres de Dios y por los demás devotos del Señor. Debido a su comportamiento y enseñanzas trascendentales, consecutivamente, Haridās será glorificado eternamente como nāmācārya, el ejemplo ideal de aquel que al­canzó la perfección a través del proceso de cantar los santos nombres.

En el Bhagavad-gītā se afirma que simplemente por comprender la aparición y las actividades de la Suprema Personalidad de Dios, una persona se cualifica para ser transferida al mundo espiritual. De forma similar, la aparición y las actividades de los devotos eternamente liberados, tales como Haridās, son completamente trascendentales, y, si podemos comprenderlas, también podemos alcanzar la liberación. Como dijimos anteriormente, al aparecer en este mundo material, el devoto puro tiene el mismo propósito que el Señor: ayudar a todos a fijarse en el camino de vuelta al hogar, de vuelta al Supremo. Tal camino es tan afilado como la hoja de una navaja, pues la energía ilusoria del Señor, que se presenta en la forma de riquezas, prestigio mundano y atracción sexual, es casi imposible de transponer. Desenvolver verdadero conocimiento espiritual, superar todos los encantos de esa energía ilusoria y, finalmente, despertar el amor inmaculado por la Persona Suprema, no son tareas sencillas, accesibles a seres vivos comunes. Solamente las grandes almas que se refugiaron exclusivamente en la potencia interna de Kṛṣṇa y se ocuparon completamente en el servicio devocional sin caer en ninguna circunstancia pueden transponer los innu­merables obstáculos de la vida condicionada. En verdad, según las escrituras, nadie alcanzará jamás la perfección dependiendo exclusivamente de su esfuerzo personal. Tampoco dicha perfección será obtenida si alguien se precipita en algún camino creado por algún cerebro mundano, confundido por la energía material ilusoria. Sólo alcanzará la perfección de la vida quien siga los pasos de las grandes almas (mahātmās) como Haridās, y no se desvíe. Cuando las escrituras dicen “seguir los pasos”, nos están indicando que la mahātmā, a través de su propio ejemplo perfecto, nos señaló el camino seguro que puede conducir­nos al mundo espiritual y, puesto que es revelado por las escrituras, tal camino tornará nuestro intento de volver al Supremo mucho más accesible y seguro.

Tales mahātmās, por lo tanto, poseen una relación amorosa con el Señor que hace que Él permanezca siempre sentado en sus corazones. En cuanto a esto, el propio Señor Viṣṇu afirma en el Śrīmad-Bhāgavatam (9.4.68):

“El devoto puro está siempre dentro del núcleo de Mi corazón, y Yo estoy siempre en el corazón del devoto puro. Mis devotos no conocen nada más que a Mí, y Yo no conozco a nadie más que a ellos”.

Según la filosofía del Señor Caitanya, acintya-bhedābheda-tattva, existe igualdad y diferencia simultánea entre el Señor y Sus devotos. El Señor es único e inigualable y, por consiguiente, el energético Todopoderoso. Él posee energías inconcebibles, siendo que los seres vivos son considerados una de estas energías. Estas energías nunca pueden ser consideradas como el ener­gético, pues el objeto de su existencia es servir eternamente al Señor. Sin embargo, cuando de esta forma están situadas en el servicio devocional puro, como en el caso de Haridās, ellas son consideradas idénticas al Señor en cualidad espiritual. Tales seres vivos perfectos nos sirven como una gran fuente de purificación, pues, a través de la asociación con ellos, cualquier per­sona puede librarse de sus reacciones pecaminosas y trascender su fase de vida condicionada. Ciertamente, la perfección de la práctica de servicio devocional puede ser alcanzada a través del proceso de cantar los santos nombres, tal como es ejemplifi­cado por Haridās. El comportamiento profundamente humilde y tolerante de Haridās es maravilloso, y sus santas cualidades encarnaban las enseñanzas del Señor Caitanya, como se expresa en el Śikṣāṣṭaka 3:

“Uno debe cantar el santo nombre del Señor en un estado mental humilde, considerándose más bajo que la hojarasca de la calle; uno debe ser más tolerante que un árbol, estar exento de todo sentido de vanidad, y estar dispuesto a ofrecerles pleno respeto a los demás. En semejante estado mental, uno puede cantar el santo nom­bre del Señor constantemente”.

Hubo muchas encarnaciones maravillosas de Dios, pero ninguna de ellas fue tan compasiva, amable y magnánima como Śrī Caitanya, quien vino a curar la enfermedad de la ilusión de Māyā, la cual confunde profundamente a todos, haciéndolos juzgarse cuerpos materiales temporales. Olvidando su relación amorosa con el Señor, los seres vivos también olvidan su ver­dadera naturaleza como almas espirituales eternamente bienaventuradas. En verdad, no existe la menor necesidad de vivir en función simplemente de las obligaciones referentes al cuerpo material. No obstante, bajo el encanto de Māyā, los seres vivos son impelidos por la propia naturaleza material a buscar la satisfacción de las necesidades de su cuerpo presente, y luchan inútilmente por la adquisición de fama, respeto y falso prestigio materiales.

El Señor Caitanya y Sus asociados vinieron a traer el único remedio eficaz para eliminar la enfermedad del materialismo que impera en los habitantes de la era de Kali: el mahā-mantra Hare Kṛṣṇa, Hare Kṛṣṇa, Kṛṣṇa Kṛṣṇa, Hare Hare / Hare Rāma, Hare Rāma, Rāma Rāma, Hare Hare. Así, cualquier persona que quiera participar de esta sublime misión, debe desen­volver las cualidades de humildad, tolerancia, ausencia de falso prestigio e inclinación por respetar a los otros, exhibidas por Haridās, el más importante instrumento de Śrī Caitanya en la prédica de hari-nāma.

Para resaltar aún más la importancia de Haridās, una vez Śrī Caitanya dijo a Śrī Vallabhācārya: “¡Yo aprendí la importan­cia del hari-nāma con Haridās!”. En otra ocasión, Śrī Caitanya, indagó: “¡Oh, Haridās! Estoy muy preocupado por los musul­manes, que cometen grandes pecados al matar brāhmaṇas y vacas. Dime, ¿cómo podrán ser liberados?”. Haridās respondió con una dulce sonrisa: “¡Prabhu! No Te preocupes por ellos, pues cuando expresan disgusto por cualquier cosa, ellos dicen ‘Haram, Haram!’. De ese modo, inconscientemente ellos pronuncian la palabra ‘Ram’ (Rāma) y cimientan su camino hacia la liberación. Ajāmila llamó a su hijo Nārāyaṇa en el momento de la muerte y obtuvo la liberación”.

Śrī Caitanya preguntó otra vez: “¡Querido Haridās! Además de los musulmanes, existen innumerables otros seres, tanto animados como inanimados. ¿Cómo podrán ser liberados?”. Haridās dijo con las manos juntas: “¡Prabhu! Tú garantizaste que las oraciones de Vāsudeva Datta permitirían la liberación de todos los seres vivos. Tú los estás liberando con el proceso de hari-nāma. Los seres animados son liberados por oír el kīrtana, los inanimados por el resonar del kīrtana. Ese resonar no es un simple eco –es el kīrtana de los seres inanimados”. Quedando muy satisfecho al oír estas explicaciones, Śrī Caitanya abrazó afectuosamente a Haridās.

No hay comentarios:

Publicar un comentario