13. El sirviente del sirviente




Personajes: 1) Joven; 2) mercader; 3) cobrador de impuestos; 4) gobernador; 5) rey; 6) guardia; 7) sabio

Primera escena

Joven: Oh, yo he venido del Occidente, de un país muy lejano, hasta aquí... la India, para tratar de aprender acerca del conocimiento espiritual, pero he escuchado que tan sólo podemos aprender de un maestro genuino, y estoy en busca de este maestro. He venido de tan lejos pero hasta ahora no lo encuentro.

Mercader: Frutas, frutas, frutas, ricas las frutas, tenemos variedad de frutas, manzanas, peras, bananos.

Joven: Mire señor, yo he venido de un país muy lejano para buscar a un maestro que me enseñe la Verdad.

Mercader: Oh, pero cómo son las cosas, nada ocurre por casualidad, yo soy aquí el único que te puede enseñar la Verdad. Si tú quieres ser feliz, tan sólo tienes que seguirme y trabajar para mí.

Joven: Oh, está bien señor, usted dígame qué es lo que tengo que hacer, yo lo único que quiero es alcanzar la felicidad que tanto estoy buscando.

Mercader: Sí, sí, muchacho, no te preocupes. Mira, carga esas cajas de frutas y ponlas acá. También, esos bultos que están ahí, tráelos acá a la derecha. Sí, apúrate, apúrate, esa caja de manzanas ponla más acá. ¡Ay, no! ¡Encima de mi pie no, tonto!

Joven: Oh, perdone señor, perdone.

(Aparece en escena el cobrador de impuestos)

Cobrador: Oh, qué bien. ¿Cómo estás mi querido mercader? Veo que te va muy bien en los negocios, hasta tienes empleados y eso seguro que se debe a que estás muy atrasado en el pago de tus impuestos, ¿eh? Llevas atrasados seis meses, así que ahora mismo voy a cerrar tu negocio.

Mercader: No por favor, no por favor, mi querido cobrador, no me haga eso, usted sabe, ahora el negocio no va muy bien, todo ha subido de precio, la gente ya no viene a comprar ni verduras, ni frutas. La gente ya ni siquiera quiere comer.

Cobrador: No trates de tomarme el pelo, te crees muy listo ¿eh? Ahora mismo cerraré tu negocio.

Mercader: Bueno, mire, usted sabe, lo podemos arreglar de una manera, usted me entiende, ¿no? Mire, venga por acá.

(En forma disimulada le da un soborno, y el cobrador lo recibe)

Cobrador: Oh, me gusta que seas muy responsable y que estés al día con todos tus pagos, veo que eres una persona muy honesta. No te preocupes, todo está muy bien.

Joven: Perdón, señor, no entiendo nada. Este mercader me dijo que él era la persona más importante de aquí. He venido de muy lejos para tratar de encontrar la guía correcta de un maestro que me enseñe la Verdad.

Cobrador: Ja ja ja ja, se ve que tú no conoces a las personas, no sabes quién es éste.

Joven: Sí, pero veo que él está subordinado a usted, entonces él no es la persona más importante.

Cobrador: Si tú quieres estar con la persona más importante, entonces tienes que seguirme, si tú quieres aprender la Verdad, lo único que tendrás que hacer es servirme. Vamos muchacho de una vez, no pierdas más el tiempo.

Joven: Oh, sí señor.

Segunda escena

Gobernador: Oh, ¿a qué horas vendrá este inútil cobrador? Va a ver, no sabe lo que le espera.

(Tocan la puerta)

Cobrador: ¿Puedo entrar, señor gobernador?

Gobernador: ¿Cómo te va, cobrador? Espero que hayas cobrado todos los tributos a esos plebeyos.

Cobrador: Sí, señor gobernador, no se preocupe, todo está listo, ya hemos cobrado todos los impuestos, algunos están algo atrasados, pero no querían pagar.

Gobernador: ¡¿Qué?! Pero les habrás pedido algún regalito para mí, ¿eh?

Cobrador: Por supuesto, señor gobernador, siempre le traigo alguna cosa.

Gobernador: Muy bien, muy bien. A ver, dame lo que has recaudado.

(El cobrador le da la bolsa con el dinero)

Gobernador: Pero esto no es nada, unas cuantas moneditas, pero qué te crees tú, pedazo de inútil. Eres un estúpido, no sirves para nada (El cobrador baja la cabeza-) ¡Oh, es el colmo! hace tiempo tendría que haberte botado, tendrás que buscarte otro trabajo si sigues portándote así.

Joven: Pero señor, yo no entiendo nada, ahora sí estoy muy confundido. Yo fui primero al mercado, y me encontré con un señor que me dijo que sería mi maestro, luego llegó este señor cobrador y lo trató muy mal, y vi que el mercader estaba subordinado al cobrador, el cobrador me dijo que él sería mi maestro, que él me enseñaría la Verdad, que él es la única persona autorizada, pero veo que usted lo está tratando así, entonces él está subordinado a usted.

Gobernador: Ja ja ja, ¿que el cobrador te dijo esto? Pero tú no conoces a las personas. El cobrador es tan sólo mi empleado, así como él tengo miles que hacen lo que yo les digo. Mira, convéncete: ¡Hey cobrador, salta en un pie! ¡Salta, salta! (el cobrador salta). Muy bien, ¡ahora con los dos pies! ¡Salta, salta! (y el cobrador salta). Muy bien, ahora baila un poco (y el cobrador baila). Ya ves, así como él tengo miles. Ahora ¡fuera de aquí, cobrador! ¿así que engañas también a este pobre muchacho? Mira muchachito, si tú quieres realmente conocer la Verdad y ser feliz, entonces tendrás que seguirme, yo te puedo enseñar la Verdad. Pero antes tendrás que acompañarme a ver al rey.

Joven: Oh sí, señor gobernador.

Tercera escena

(En el reino. Se oye una trompeta: “Tu tu ru tu tu túu!”)

Guardia: Su Majestad, el gobernador ha llegado.

Rey: Pase, señor gobernador.

Gobernador: Su Majestad, aquí están todos los impuestos que hemos recaudado para usted, para la prosperidad de nuestro reino.

Rey: Oh, veo que eres muy eficiente en el cobro de los impuestos.

Gobernador: Sí, Su Majestad, usted sabe, yo siempre quiero trabajar de una manera honesta y sobre todo muy entregado a sus órdenes.

Rey: Ah, muy bien, muy bien, así que cobraste todos los impuestos. Y me han dicho por ahí, que también te encargas de cobrar los SOBORNOS, ¿eh?

Gobernador: ¿Sobornos? No sé de qué me habla.

Rey: ¿No sabes? Te haces el tonto, ¡todos los mercaderes se están quejando de que tú y tu cobrador de impuestos son un par de ladrones engañadores! Así que ahora mismo te cortaremos la cabeza. ¡Guardia, llévate a este engañador, no lo quiero ver más por aquí! ¡Fuera!

Gobernador: ¡No, Su Majestad, por favor, escúcheme, no son sobornos, a veces a uno le quieren dar una donación!

Rey: Llévatelo.

Joven: Oh señor, ahora sí que yo ya no entiendo nada, estoy muy confundido. Yo he venido de muy lejos buscando a un maestro genuino que me enseñe la Verdad, y a cada momento he sido engañado. La última vez fui engañado por el gobernador, él me dijo que me enseñaría la Verdad y que me guiaría para que yo fuera verdaderamente feliz.

Rey: ¡Oh no! Eso es el colmo, ¿cómo te pueden engañar tanto, muchachito? Si tú quieres ser feliz, tendrás que seguirme a mí y servirme. Yo soy el rey de este lugar, el único que tiene la verdadera autoridad.

Joven: Oh, sí Su Majestad, muchas gracias. Yo tan sólo quiero encontrar la Verdad, y por eso he venido de muy lejos.

Rey: Para comenzar, puedes lustrarme mis zapatos, ponerme mi capa y lustrarme mi corona, pues ahora mismo nos vamos a ir al bosque.

Joven: Si, Su Majestad.

Cuarta escena

(Llegan al bosque)

Rey: Espérame aquí en este lugar, pues debo hacer algo importante.

(El muchacho queda muy intrigado y empieza a seguirlo. Se esconde detrás de unos arbustos para ver lo que el rey va a hacer. El rey llega donde un sabio mendicante, y le ofrece reverencias)

Rey: Querido maestro espiritual, he venido a verlo para que como siempre me dé sus santas y sabias instrucciones para poder desempeñar correctamente mi labor de rey. En realidad, sin sus bendiciones, mi vida no tendría ningún sentido y siempre estaría actuando erróneamente.

Maestro: Mi querido discípulo, me alegro muchísimo de que hayas entendido de que la única manera de alcanzar el éxito es siguiendo la orden del maestro espiritual, ya que él se basa en las Escrituras sagradas, que son reveladas por la Suprema Personalidad de Dios que está libre de error, y por el ejemplo de los acaryas anteriores.

(Interrumpe el joven)

Joven: ¡Oh no! ¡Esto es el colmo, ahora sí mi cabeza está muy confusa! Yo vine aquí en busca de un maestro verdadero, y cada uno me decía que él era, y al final llegué donde el rey y me dijo que él era la persona aquí autorizada, pero veo que él está subordinado a usted. ¡Usted es un mendicante, no tiene nada, está cubierto apenas de unas cuantas telas y es una persona muy pobre, y sin embargo el rey, que tiene palacios, riquezas y opulencias, le está ofreciendo reverencias; !No entiendo nada, por favor, explíquenme!

Sabio: Mi querido joven, en realidad, el único Amo que existe de todos nosotros, el Maestro original, es Krishna, la Suprema Personalidad de Dios, y cada uno de nosotros es Su sirviente. Debemos tratar de servirlo y así alcanzar la felicidad suprema. En el plano espiritual, la posición de sirviente es la más elevada. En cambio, en el mundo material, ser un sirviente es algo muy desagradable. Para aprender cualquier cosa uno siempre necesita un maestro, qué decir en la vida espiritual. Por la misericordia del maestro espiritual es que nuestro servicio es aceptado por Krishna. El maestro espiritual es el portador de todas nuestras ofrendas, él las lleva a Krishna y el Señor las acepta. Y si tú estás buscando a un maestro espiritual genuino, como te repito, tendrás que buscar una persona que esté libre de todo apego material, una persona que repita tan sólo lo que dicen las Escrituras reveladas, que son la voluntad de Krishna. Tendrás que buscar una persona que siga el ejemplo de los devotos puros del Señor. Una persona así te podrá guiar correctamente en el sendero de la vida espiritual.

Joven: Muchas gracias, señor. Veo que usted es una persona así, y quisiera prestarle humildemente mi servicio.

Maestro: Yo no soy en realidad una persona cualificada, pero trataré de ayudarte en lo que más pueda, y si tú quieres realmente alcanzar a Dios, tienes que empezar por cantar Sus santos nombres:

Hare Krishna, Hare Krishna
Krishna Krishna, Hare Hare
Hare Rama, Hare Rama
Rama Rama, Hare Hare


Fin

No hay comentarios:

Publicar un comentario