Así que tomen más tierras y
ocúpenlas en la agricultura, arando con bueyes en lugar de tractores. Los
bueyes se pueden usar para arar y para transportar. Con varios bonitos carros
de bueyes pueden ir de pueblo en pueblo predicando. Poniendo la finca en el
centro, con cuatro carros de bueyes ustedes pueden ir hasta quince kilómetros
para un lado, quince para el otro, etc. Vendan libros, prediquen, y vivan en
paz en la finca. Antes al buey se lo usaba para este fin; así que no existía
este problema de no saber en qué manera usarlos. Lo primero es que tenemos que
acabar con estos métodos artificiales: los bueyes deben usarse para arar, para
transportar y para moler granos y de este modo evitar de una forma natural la
maquinaria, el petróleo...
Carta a Balavanta dāsa (1 marzo 1977)
Respecto a la finca en Nueva
Orleans, no hagan azúcar. Hiervan el jugo de la caña hasta que se vuelva
melaza. Pueden comer melaza en lugar de azúcar. Hiérvanla hasta que se vea
granulada y guárdenla en recipientes cerrados. No traten de hacer azúcar para
vender. Lo único que conseguirían es tener más problemas.
Carta a Jagadīśa dāsa (20 noviembre 1975)
Sí, si nuestros devotos
casados no pueden distribuir libros, entonces que vivan en las comunidades
agrícolas. Con un telar manual pueden producir hilo de coser, pueden hacer toda
clase de actividades. Pero tienen que hacer algo, no sentarse ociosos, porque
un cerebro ocioso es el taller del diablo.
Carta a Nityānanda dāsa (12 abril 1977)
Nuestras vacas son felices,
por eso dan tanta leche. La civilización védica le da protección a todas las
criaturas vivientes, especialmente a las vacas, porque ellas prestan un
servicio muy grande a la sociedad humana en la forma de la leche, sin la cual
nadie puede ser saludable y fuerte. En tu país se protege al perro y se mata a
la vaca. El perro defeca y orina en la calle y aun así es considerado el mejor
amigo del hombre; en la vaca todo es puro: el excremento, la orina y la leche;
sin embargo la llevan al matadero para sacrificarla y comérsela. ¿Qué clase de
civilización es ésta? Por lo tanto tienen que predicar contra este absurdo.
Carta a Rūpānuga dāsa (7 diciembre 1975)
Puedes visitar nuestros
proyectos agrícolas en Nueva Vṛndāvana y en Port Royal (Pennsylvania). Ellos
hacen todo muy bien, y tú puedes desarrollar tu finca en base a ese modelo. Es
muy bueno que estés cultivando tus propios granos. Mi ambición es que todos los
devotos se vuelvan autosuficientes mediante la producción de verduras, granos,
leche, frutas, y flores, tejiendo sus propias telas en telares manuales. Esta
vida simple es muy hermosa. La simple vida campesina ahorra tiempo para otras
ocupaciones, como cantar el mahā-mantra Hare
Kṛṣṇa.
Carta a Tuṣta Kṛṣṇa dāsa (23
agosto 1976)
Cuando estuve en Francfort, me
agradó ver las granjas llenas de vacas que rodean nuestro templo.
Desafortunadamente las matan. Si pudiéramos desarrollar nuestro proyecto
agrícola sin matanza de vacas, sería un gran ejemplo para el país. Si las
dejamos vivir en lugar de matarlas, obtendremos muchos alimentos nutritivos
llenos de vitaminas. En Nueva Vṛndāvana he visto lo felices que viven nuestros
devotos, al aire libre, con hortalizas frescas y leche en abundancia, viviendo
de forma sencilla en cabañas. ¿Qué más quieren? No debemos atender al cuidado
del cuerpo, debemos dedicar tiempo a cantar Hare Kṛṣṇa. Debemos propagar esta
misión. Ahorren tiempo y canten Hare Kṛṣṇa.
Carta a Haṁsaduta dāsa (9 julio 1974)
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