«Śrīla Prabhupāda tenía una manera tan profunda de hablar que, incluso
cuando decía algo simple, sus palabras tenían un significado más allá de su
interpretación inmediata y aparente. Yo experimenté esto varias veces.
»Por ejemplo, la segunda vez que lo vi, en Surat (India), yo estaba
fotografiando a los devotos para mi trabajo en la revista Asia. Entré en su habitación para tomar más fotos. Cuando me senté
a su lado, Prabhupāda se inclinó repentinamente hacia mí y me dijo: —¿Entonces?
¿Vas a hacerte devoto?—. Yo todavía estaba usando bigote y pelo largo. Aunque él
y la conciencia de Kṛṣṇa me atraían mucho, repliqué: —No lo creo—. Prabhupāda
afirmó: —Entonces tendrás que marcharte.
»Me había costado muchísimos problemas y gastos ir desde Nueva York a la India , así que quedé
completamente estupefacto ante ese comentario de Prabhupāda de que tenía que
irme. Yo nunca me fui, ni él nunca dijo nada más acerca de que yo tuviera que
irme. Por lo tanto llegué a la conclusión de que Prabhupāda hacía comentarios
que trascendían el tiempo y que no estaban necesariamente expresados para un
determinado momento. Tomé su comentario como queriendo decir que si uno no es
devoto, no puede permanecer en compañía de los devotos a largo plazo.
»En otra ocasión me sucedió un incidente similar con Śrīla Prabhupāda,
donde él dijo algo que no sólo estaba conectado con el presente sino también
con el futuro. Fue en la instalación de las Deidades de Rādhā-Kṛṣṇa en París en
1973. Yo estaba fotografiando el acontecimiento y había un gran kīrtana. Justamente después de la
instalación, dejé mi cámara y fui a unirme al kīrtana. Estuve bailando unos pocos minutos y, cuando me volví para
bailar delante de Śrīla Prabhupāda, me hizo una seña para que me acercara. Era
algo inusual, ya que él estaba en medio de un fortísimo kīrtana con muchos devotos. Fui junto a Śrīla Prabhupāda y puse mi
oído muy cerca de su boca, y le oí gritar: —¡Nunca bajes tu cámara!—. Fui
inmediatamente a recoger mi cámara y comencé a tomar fotografías. Naturalmente
acepté sus palabras como una instrucción inmediata para ese momento, pero
cuando pensé sobre ello, me di cuenta de que también se refería al futuro, que
nunca debía dejar esta labor. Nunca debía bajar la cámara.»
Entrevista con Yaduvara dāsa Adhikārī
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