Cuando visitaba Vṛndāvana antes de que el Krishna-Balaram Mandir fuera
construido, Śrīla Prabhupāda se quedaba en sus antiguas habitaciones del templo
Rādhā-Dāmodara. Durante una visita, Yamunā-devī dāsī preguntó si podía cocinar
para él, y Śrīla Prabhupāda estuvo de acuerdo. Mientras Yamunā cocinaba capātīs en una mitad de la cocina, Śrīla
Prabhupāda tomaba su prasāda en la
otra mitad. El sirviente de Prabhupāda, Śrutakīrti, entró en la habitación para
ver.
—¿Ya has tomado prasāda?
—preguntó Śrīla Prabhupāda.
—No —respondió Śrutakīrti— me acabo de bañar.
—Yamunā, prepárale un plato de prasāda
—dijo Śrīla Prabhupāda.
—No, Śrīla Prabhupāda, está bien así —protestó Śrutakīrti—; esperaré a
que usted haya terminado.
—No —dijo Prabhupāda—, siéntate y toma prasāda—. Śrutakīrti se sentó obedientemente y aceptó el plato que
le ofreció Yamunā. Bajo la dirección de Prabhupāda, ella siguió haciendo capātīs y sirviendo a Prabhupāda y a su
sirviente.
—Hoy ella te ha preparado el almuerzo —dijo Prabhupāda—. Mañana tú
cocinarás para ella. Esta es la costumbre védica. Hoy ella te ha prestado un
servicio; mañana tú debes servirla.
—Sí, Prabhupāda —dijo Śrutakīrti.
Mirando a través de la celosía al patio donde está el samādhi de Rūpa Gosvāmī, Prabhupāda
comenzó a evocar reminiscencias. Dijo que a menudo se sentaba aquí a mirar el samādhi y el bhajana-kutī de Rūpa Gosvāmī. Dijo que esperaba que Rūpa Gosvāmī le
diese facilidades para expandir el movimiento de la conciencia de Kṛṣṇa.
Unos días más tarde ocurrió un incidente sorprendente con un mono. Śrīla
Prabhupāda estaba hablando a un pequeño grupo de personas en su habitación.
Alguien había traído un racimo de bananas y las había dejado a los pies de
Prabhupāda. Repentinamente un mono entró corriendo en la habitación y trató de
robar las bananas. Prabhupāda también alcanzó a agarrarlas y recuperó la mayor
parte, mientras el mono apenas logró retener una o dos y salió corriendo por la
otra puerta. Todo pasó muy rápidamente, y Prabhupāda fue también rápido en
utilizar el incidente para enseñar conciencia de Kṛṣṇa. —Fíjense qué experto es
el mono —explicó Prabhupāda. Dijo que cada especie de vida poseía una pericia
especial para conseguir el sustento.
Entrevista con Śrutakīrti dāsa
A pesar de
la instrucción de Prabhupāda de que Śrutakīrti cocinase para Yamunā, nunca lo
hizo. El espíritu de la petición de Prabhupāda era algo que repitió de formas
diversas. Los devotos tienen que rendir servicio a los demás devotos. Prabhupāda
solía explicar esto al definir la palabra prabhu. Decía que prabhu significa ‘maestro’. Si tú llamas a un
devoto prabhu pero siempre intentas
recibir servicio de él, entonces estás aceptando servicio de tu «maestro». Si
llamamos a un devoto prabhu también
tenemos que rendirle servicio.
Al compilar
varias versiones de un mismo incidente con Prabhupāda, normalmente trato de
mezclarlas y reunirlas en una sola descripción. Sin embargo, me gustaría citar
la versión de Pañcadraviḍa Swami del mono ladrón, porque él la cuenta con un
sabor especial:
La
habitación estaba abarrotada. Un invitado había entrado y le había ofrecido a
Prabhupāda un gran racimo de bananas. Lo que nosotros no podíamos ver era que
detrás de las puertas de vaivén próximas a la entrada del templo, había un mono
observando. Lo estaba observando todo, y de repente entró en la habitación y
corrió. La habitación era muy estrecha, él corrió a lo largo de toda la
habitación, agarró las bananas y corrió hacia fuera con todo el racimo, cuando
alguien gritó: —¡Párenlo!—. El mono exhibió una excelente carrera con
obstáculos, esquivando a la gente, pero nadie sabe cómo Prabhupāda recuperó la
mayor parte de las bananas. Prabhupāda se reía diciendo: —Miren qué
inteligentes son para comer y defenderse.
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