Durante una visita al gurukula
de Dallas, Prabhupāda se enteró por los devotos que un maestro de escuela local
se estaba interesando en la conciencia de Kṛṣṇa. El hombre estaba ansioso por
ver a Prabhupāda, y Prabhupāda accedió.
Tan pronto como estuvo con Śrīla Prabhupāda, el maestro comenzó a
desahogar su corazón de todas sus dificultades personales. El hombre explicó
que también era conductor del autobús escolar a fin de ganar algún dinero
extra. Hacía pocas semanas, conduciendo el autobús, había atropellado y matado
a un pequeño escolar. Ahora lo estaban procesando en un juicio legal. Mientras
el hombre continuaba con su historia, algunos de los devotos presentes
lamentaron que Śrīla Prabhupāda tuviera que escuchar todo esto. Pero Prabhupāda
parecía muy interesado, y comenzó a hacer preguntas detalladas: —¿Habías
llegado a una parada? —preguntó. El maestro explicó que el accidente tuvo lugar
el día de San Valentín. A uno de los niños se le había caído una tarjeta postal
debajo del autobús. El niño se había agachado bajo el bus para recuperarla. El
maestro dijo que él había mirado a ambos lados por su espejo retrovisor pero no
vio a ningún niño. Parecía que todos los niños ya habían cruzado al otro lado
de la carretera. Sin embargo, cuando arrancó el autobús, la rueda aplastó al
niño. Śrīla Prabhupāda preguntó al hombre si la compañía tenía seguro. Después
de oír toda la historia y de hacer varias preguntas, Prabhupāda dijo que
parecía que el maestro había observado todas las medidas de seguridad y que
definitivamente, cualquier jurado lo hallaría inocente. Cuando escuchó la
conclusión de Prabhupāda, el maestro quedó aliviado. Después Śrīla Prabhupāda —que estaba sentado en una mecedora—
comenzó a predicarle al maestro y a los pocos devotos presentes. Las cortinas
azul claro y las blancas paredes de la habitación resplandecían con los últimos
rayos de sol filtrándose por las ventanas. Śrīla Prabhupāda habló sobre un
reciente artículo de prensa acerca el científico Werner Von Braun. El famoso
científico había declarado recientemente en público que, después de toda su
investigación, había concluido que debe haber un Creador, un Ser Supremo, y que
todos los científicos deberían juntarse y mediante diversos métodos probar Su existencia
más allá de la duda. —Traigan ese artículo —dijo Prabhupāda, y le fue leído el
artículo sobre el científico que aceptaba a Dios. Prabhupāda se entusiasmó y
añadió otros puntos. Explicó que todo el universo es como una gran máquina y
que no hay posibilidad de que ninguna máquina funcione sin un controlador.
Tenía que haber una personalidad operándola. Por lo tanto Dios es un hecho
científico, y ahora un científico mundialmente famoso así lo estaba
reconociendo.
—Prabhupāda, esto es verdaderamente maravilloso —exclamó uno de los
devotos. Prabhupāda se mostró de acuerdo y dijo que le estaban enviando una
colección de sus libros a Werner Von Braun.
—Prabhupāda, si él se hiciera devoto... ¡es tan famoso!. Él es el que
inventó los misiles V-2.
Prabhupāda corrigió al devoto y dijo que no estaba interesado en Werner
Von Braun porque fuera famoso. Dijo que a él le interesaba predicarle a
cualquiera que hubiera llegado a la conclusión correcta. Prabhupāda tenía
interés en predicar al científico porque éste había llegado al punto correcto
de la reflexión, y se había interesado en Dios. —A nosotros no nos importa
ninguna personalidad grande o famosa —dijo Prabhupāda. Después de que Prabhupāda
hubo hablado durante una hora, uno de los devotos volvió a hablar del maestro
de escuela visitante. —Prabhupāda, este maestro ha recibido un premio de parte
de su escuela, por ser el mejor maestro del condado.
—Sí —afirmó Prabhupāda—, Kṛṣṇa envía lo mejor—. Y volviéndose al
profesor le dijo: —Deberías ayudarnos aquí. Deberías venir y ayudarnos en la
enseñanza.
Entrevista con Rūpa-vilāsa dāsa Adhikārī y Candrikā-devī dāsī
Como Śrīla Prabhupāda predijo, el maestro de
escuela fue absuelto de cualquier implicación legal en el accidente del
autobús. Desafortunadamente no cumplió la invitación de Prabhupāda de enseñar
en nuestro gurukula. Tampoco Werner Von Braun adoptó la conciencia de Kṛṣṇa. Prabhupāda
escribe: «Kṛṣṇa puede ofrecerle fácilmente a una persona la felicidad material
o aun la liberación, pero no accede muy fácilmente a permitir que alguien se
dedique a Su servicio devocional» (El Néctar de la Devoción , Cap. 1, pág. 13).
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