Pregunta: —¿Cuántas otras personas hay en este planeta que han hecho
tanto progreso espiritual como usted?
Śrīla Prabhupāda: —Algunos, pero no muchos. Mas hay algunos. No tengo
estadísticas a mi alcance. Pero ¿de qué te sirve hablar de estadísticas sobre
cuántas personas hay? ¿Por qué no te vuelves tú una de ellas? ¿Por qué
desperdicias tu tiempo de esa manera? Estas preguntas no son muy intelectuales.
Simplemente trata tú de obtener la iluminación. ¿De qué te sirve saber quién
está iluminado y quién no? Trata tú mismo de iluminarte, eso es todo. Cuando te
venden un boleto de avión, tú no preguntas: «¿Cuántos boletos ha vendido?». No.
¿De qué te sirve? Simplemente compras tu boleto, te subes al avión y te vas. No
malgastes tu valioso tiempo de esta manera. Si eres serio, simplemente compra
tu boleto y súbete al avión. Eso es todo. Canta Hare Kṛṣṇa.
Pregunta: —Si estoy en la calle colectando dinero y estoy pensando: «Oh,
yo soy un excelente colectador, estoy colectando muy bien», ¿está bien eso?
Śrīla Prabhupāda: Sí, sí. Tú eres un colectador muy bueno para Kṛṣṇa.
Pregunta: —No, pero si yo...
Śrīla Prabhupāda: Sí, sí, tú tienes que estar orgulloso. Te debes sentir
orgulloso: «Estoy trabajando muy bien para Kṛṣṇa». Nosotros no rechazamos nada,
ni siquiera este tipo de orgullo. «Sí, yo soy el sirviente más grande de Kṛṣṇa
y estoy orgulloso». Esa clase de orgullo está bien. Sí.
Pregunta: Esta pregunta puede ser una pregunta estúpida, pero...
Śrīla Prabhupāda: Bueno, todos somos estúpidos por lo tanto nuestras
preguntas tienen que ser estúpidas, debido a que nosotros lo somos. Él dice:
«He oído en la calle». Nosotros tenemos que oír todo de Kṛṣṇa, entonces eso es
perfecto.
Pregunta: —Bueno, yo a veces cierro los ojos y veo una luz clara sobre
mí y siento como que algo me estuviera serpenteando por la cabeza, en eso que
se llama la casa del loto superior. ¿Esto es mi imaginación o es real?
Śrīla Prabhupāda: —Es tu imaginación. Si abrieras la cabeza, no
encontrarías ningún loto. Es tu imaginación, eso es todo. Esas imágenes se
prescriben para personas que están demasiado absortas en el concepto corporal
de la vida. A ellos se les dice: «Aquí hay un loto, aquí hay un océano de
felicidad, aquí hay una tontería, etcétera». Solamente es para hacer que uno se
concentre. Como un muchacho travieso, para hacer que deje de hacer tonterías,
le dices: «Por favor siéntate aquí. Para con todo esto». Mi proposición es que
yo no soy este cuerpo. Incluso si hubiera un loto, a mí no me importa. ¿Me
sigues? ¡Yo no soy este cuerpo! Incluso si hubiera un loto, ¿qué tengo yo que
ver con ese loto? Mi primera proposición es: yo no soy este cuerpo.
Clase en Los Ángeles (16 diciembre 1968)
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