Prabhupāda nunca mostró ninguna característica extraña que no estuviera
en su carácter. Cuando más nos damos cuenta de ello, más nos beneficiamos.
Yo estaba con Prabhupāda en Toronto. Él les estaba predicando a unos
profesores, cuando los devotos le trajeron un plato muy opulento de prasāda. Prabhupāda lo miró y en voz
casi inaudible dijo: —No tengo dientes ni tampoco apetito.
Śrīla Prabhupāda no pudo comer prasāda
debido a su condición, aun así él estaba saboreando plenamente las melosidades
de la conciencia de Kṛṣṇa. A pesar de estos inconvenientes, él seguía
predicando. Nunca dijo: —No puedo comer, así que me voy a acostar. Tiene que
haber un doctor y una enfermera y yo simplemente me voy a preocupar por mi
cuerpo—. No. Puede ser que Prabhupāda haya dicho en voz baja «no puedo comer»,
pero aun así siguió predicándoles a los profesores.
Entrevista con Satsvarūpa dāsa Goswami
«Las cualidades de Prabhupāda son tan reales que una persona puede
desarrollar un gran respeto por él simplemente viendo su fotografía y
escuchando sus conferencias.
»Cuando me uní al movimiento, mis padres se enfadaron en extremo. Mi
padre tenía un puesto muy elevado en el gobierno y nosotros solíamos ir a
cantar Hare Kṛṣṇa cerca del edificio del parlamento donde él trabajaba.
Victoria es una ciudad muy pequeña, y el hecho de ser alguien importante y
tener a su hijo bailando por la calle vestido con sábanas debe ser muy difícil.
Así que mis padres se opusieron. Mas yo solía enviarles la revistas De Vuelta al Supremo, y simplemente por
el hecho de mirar las revistas, ambos desarrollaron un gran respeto por Prabhupāda.
Cuando él se enfermó, mis padres mostraron un verdadero interés y me
preguntaron: —¿Cómo sigue Prabhupāda?—. Simplemente viendo la fotografía y
leyendo sus artículos, llegaron a darse cuenta de que él era una persona muy
santa. Prabhupāda era un santo de tal magnitud, que cualquiera que entrara en
contacto con él —incluso si en un principio era antagonista— realmente
desarrollaba una cierta fe en que por lo menos era un gran hombre.»
Entrevista con Bahudaka dāsa
Trivikrama Swami había estado haciendo servicio en Extremo Oriente
durante cuatro años, y quería regresar a América para predicar. Se acercó a
Prabhupāda en Māyāpura y le expresó su deseo, pero Prabhupāda dijo: —Tengo
muchos predicadores en América.
Trivikrama tomó esto como una señal de que Prabhupāda quería que él
permaneciese en Extremo Oriente, y comenzó a abordar a devotos para que le
ayudasen a abrir un templo en Corea. Pero entonces Gopāla Kṛṣṇa, el GBC para la India , fue donde se
encontraba él y le dijo: —Prabhupāda quiere que te quedes y lo ayudes a dirigir
Māyāpura. Trivikrama Swami replicó que él ya tenía suficiente y que no se iba a
quedar. Al día siguiente, Trivikrama Swami visitó a Prabhupāda en su habitación
y Gopāla Kṛṣṇa estaba presente. —Śrīla Prabhupāda —dijo Gopāla Kṛṣṇa—, Trivikrama Swami me
dijo que no se va a quedar en Māyāpura como tú querías—. Prabhupāda entonces le
preguntó a Trivikrama el porqué y Trivikrama empezó a ofrecer excusas. Tras
oírlo, Prabhupāda dijo que aunque nuestra filosofía es «vida simple,
pensamiento elevado», Trivikrama Swami era adicto a las ciudades, y por ello no
estaba de acuerdo en quedarse en el campo. Trivikrama Swami entonces argumentó
otra excusa y Prabhupāda de nuevo lo amonestó. Dijo que como sannyāsī, Trivikrama Swami había
abandonado todo, excepto su capricho. Entonces Trivikrama Swami ofreció otra
excusa. Dijo que aunque había sido sannyāsī
durante cinco años, no había tenido la oportunidad de predicar en inglés.
Trivikrama Swami preguntó cómo podría predicar en Bengala, ya que él no hablaba
bengalí. —Oh —dijo Prabhupāda—, ¿has sido sannyāsī
durante cinco años y no has tenido ninguna oportunidad de predicar?
¿Entones qué es lo que te hace pensar que tú sabes cómo predicar?—. Entonces
Trivikrama Swami se dió cuenta de que sin la misericordia de Prabhupāda él no
sabía cómo predicar. Entonces se rindió y así se sintió más fuerte
espiritualmente.
Entrevista con Trivikrama Swami
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