21. Prabhupāda narra historias cortas




Prabhupāda una vez contó una historia mostrando cómo la educación védica satisface.

Hace 300 años vivía en Kṛṣṇanāgara, cerca de Māyāpura, un brāhmaṇa muy avanzado pero muy pobre. El monarca, Rāja Kṛṣṇacandra, oyó acerca de este brāhmaṇa sabio, y fue a visitarlo.

Brāhmaṇa, ¿puedo ayudarte en alguna manera?

—No, no necesito ninguna ayuda de ti —respondió el brāhmaṇa.

—Pero yo me doy cuenta de que estás totalmente empobrecido —dijo el rey.

—No —dijo el brāhmaṇa—, no estoy totalmente empobrecido. Mis alumnos mendigan algo de arroz, y mi esposa lo prepara. Además puedo cocinar las hojas de este árbol de tamarindo. ¡No estoy empobrecido!

Entonces Prabhupāda explicó que aquel que conoce el Brahman está satisfecho, brahma-bhūtaḥ prasannātmā. Dijo que un brāhmaṇa está satisfecho con cualquier cosa que venga por sí misma, y que antiguamente esta independencia de los deseos materiales era muy apreciada. La educación moderna, sin embargo, mata esa independencia. Prabhupāda dijo que alta tecnología significa que la gente debe depender de las máquinas para su supervivencia, y que por eso tienen que sufrir.
Clase en Los Ángeles, 24 abril 1973

Una vez Prabhupāda contó una historia acerca de los juegos de palabras:

Hace mucho tiempo, un estudiante se presentó a un examen muy importante. Una de las preguntas era acerca del reino de Haridwar Bastha. El estudiante no recordaba nada acerca de esta persona, pero para pasar el tiempo, comenzó a fabricar palabras. «Haridwar Bastha era un dobendi lacrilizado por el platonio de tinda». De esta forma el estudiante llenó toda la hoja. El examinador vio que el muchacho simplemente había inventado palabras, pero comprendiendo que esto requería algo de inteligencia, le puso un aprobado. De una manera similar, muchos libros que se publican son simplemente invenciones sin sentido, pero debido a que el jugar con palabras requiere de una cierta inteligencia, esos libros se consideran valiosos.

Caminata en Los Ángeles, 24 abril 1973

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