Prabhupāda visitó San Francisco en julio de 1974. Después de su llegada,
los devotos lo acompañaron a su apartamento cerca del templo. Se sentó en su
mecedora, y sus discípulos principales se sentaron a sus pies de loto. Prabhupāda
comenzó a hablar acerca de una canción de Bhaktivinoda Ṭhākura en la cual
Bhaktivinoda dice que él simplemente quiere ser el perro de los vaiṣṇavas. Estas palabras penetraron
profundamente en el corazón de Hṛdayānanda dāsa Goswami, y le hicieron sentir
un profundo deseo de servir a Śrīla Prabhupāda. A medida que Prabhupāda
hablaba, el deseo de Hṛdayānanda Goswami de servir se hizo incluso más intenso.
En su mente comenzó a pedir a Kṛṣṇa que le permitiese hacer algún servicio para
Śrīla Prabhupāda. Entonces Prabhupāda le entregó una pila de cheques y le
ordenó: —Escribe los números de estos cheques.
Entonces Prabhupāda le pasó su bolígrafo y una hoja de papel. Hṛdayānanda
Goswami se puso extático y se dio cuenta de que su petición había sido oída.
Escribió los números, esforzándose intensamente por hacerlo de manera
apropiada. Entonces la reunión terminó y Prabhupāda se marchó de la habitación.
Entrevista con Hṛdayānanda dāsa Goswami
Una vez Prabhupāda visitó Australia. Cuando entraba en el templo de
Sidney, Jagattāriṇī-devī dāsī se adelantó corriendo para quitar del vyāsāsana su cuadro y sus zapatos. Al
ver a Prabhupāda ella comenzó a llorar, Prabhupāda le preguntó al presidente
del templo quién era, y éste le respondió que era la esposa de Bhūrijana.
Entonces Prabhupāda le preguntó a Jagattāriṇī si había estado discutiendo con
su marido.
—No —mintió ella.
—Bien —dijo Prabhupāda—. Marido y mujer no deberían pelearse nunca.
Entonces contó una historia de cómo una vez Gandhi echó a su esposa de
casa, pero más tarde le permitió regresar. Explicó que incluso si marido y
mujer se peleaban, eso no debe tomarse muy seriamente. Comparó tales
discusiones con las nubes que truenan mucho pero no producen lluvia.
Entrevista con Jagattāriṇī-devī dāsī
Durante el Kumbha-melā de 1977, Prabhupāda dijo que quería bañarse en el
Triveṇī, pero no quería mezclarse con la multitud. Les pidió a los devotos que
fueran a la hora auspiciosa del baño y regresasen con agua para que él pudiera
bañarse al día siguiente. Dos devotos se las arreglaron para llegar al Triveṇī
y regresaron con un balde de agua. A la mañana siguiente, Prabhupāda dio un darśana. Todos querían saber cómo había
sido su baño. Prabhupāda pensó durante un momento y dijo que había sido como
cualquier baño que uno tomase en la ducha. Continuó explicando que incluso
aunque muchos millones de personas van al Triveṇī durante el Kumbha-melā para
tomar un baño auspicioso, cualquier servicio que uno haga en cualquier lugar
del mundo para el placer de Kṛṣṇa es más auspicioso.
Entrevista con Śuka Śravaṇa dāsa
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