Dar
misericordia a los demás
En 1971, en Calcuta, Yamunā-devī dāsī le trajo el almuerzo a Prabhupāda.
Prabhupāda le preguntó si les estaba enseñando a cocinar a las muchachas. En
ese momento, Kauśalya-devī dāsī —quien estaba fuera de la habitación— dijo en
voz alta que Yamunā no les estaba enseñando nada. Entonces Prabhupāda miró a
Yamunā dāsī y le dijo en un tono muy serio que si no distribuía su conocimiento
se volvería envidiosa. Entonces Yamunā comprendió que debería compartir con los
demás lo que había aprendido de Prabhupāda, incluyendo su conocimiento de
cocina.
Entrevista con Yamunā-devī dāsī
Una vez que Prabhupāda se estaba yendo de París, los devotos lo
acompañaron al aeropuerto y se sentaron con él en la sala de espera, aguardando
hasta la hora de abordar el avión. En un momento dado Prabhupāda se quitó la
guirnalda de flores y les dijo a los devotos que la distribuyesen a los no
devotos. Hari-vilāsa dāsa se levantó y comenzó a repartir flores. Estaba
maravillado por la naturaleza magnánima de Prabhupāda; Prabhupāda no solamente
lo estaba ocupando en servicio devocional, sino que también le estaba enseñando
a predicar. Se dio cuenta de que Prabhupāda quería que sus devotos usaran cada
minuto en expandir la conciencia de Kṛṣṇa a las entidades vivientes
condicionadas. Prabhupāda los contemplaba distribuir las flores y parecía muy
complacido. Cuando regresaron a sus asientos junto a él, Prabhupāda expresó el
placer que sentía por lo que habían hecho, y ellos también quedaron
complacidos.
Entrevista con Hari-vilāsa dāsa
Paṅkajanābha dāsa estaba muy nervioso cuando recibió la iniciación de brāhmaṇa. Un devoto le había enseñado
cómo contar los gāyatrīs con los
dedos, pero el método que le mostró no era correcto. Cuando Paṅkajanābha entró
para recibir el gāyatrī, Prabhupāda
le mostró el método correcto de contar, mas debido a que Paṅkajanābha estaba
nervioso, no pudo oír las instrucciones de Prabhupāda, así que usó
repetidamente el método equivocado de contar los mantras. —Tú no puedes ser iniciado —dijo Prabhupāda finalmente—. Tu
memoria es demasiado corta. Llama a mi sirviente.
Paṅkajanābha se incorporó y trajo al sirviente. Cuando el sirviente
entró Paṅkajanābha le explicó que estaba demasiado nervioso. Entonces Prabhupāda
le dijo a Paṅkajanābha que saliera y practicase. Un momento más tarde regresó y
contó los mantras correctamente.
Entrevista con Paṅkajanābha dāsa
Desde el primer momento en que los devotos se trasladaron al templo de
Berkeley, los vecinos les causaron problemas. La gente que vivía en frente
hicieron un gran cartel blasfemando a los Hare Kṛṣṇa y lo colgaron ante el
templo.
Cuando Prabhupāda llegó a Berkeley para el ratha-yātrā, los devotos se preocuparon. Intentaron llevar a
Prabhupāda por otra calle para que no viera el cartel, pero debido a una
construcción en la carretera y a un desvío los devotos tuvieron que llevar a
Prabhupāda por el frente de la casa. Para que Prabhupāda no viese el cartel,
los devotos comenzaron a señalar hacia la acera opuesta: —Prabhupāda —dijeron—,
mire que hermosos árboles, ¿no son lindos? ¿Ve el templo?—. Pero sucedió que
Prabhupāda se volvió y vio el cartel. Dijo que era bueno y que de todos modos
esta era la única casa en América con el nombre de Kṛṣṇa en el frente.
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