Pratyatoṣa dāsa era un experto técnico en sonido, y desde que se unió a
la conciencia de Kṛṣṇa pensó en viajar con Śrīla Prabhupāda y grabar sus
charlas y conferencias.
En 1972, Pratyatoṣa fue a ver a Śrīla Prabhupāda a Vṛndāvana, y trajo
consigo su grabadora. Llegado allí se le pidió que fuera a la cabaña de Prabhupāda
y lo grabara recitando versos del Bhagavad-gītā
y el Śrīmad-Bhāgavatam. Pratyatoṣa
entró en la habitación de Prabhupāda y comenzó a preparar su grabadora.
Mientras trabajaba, Pratyatoṣa le explicó su idea de viajar con él. Prabhupāda
reclinó la cabeza y esperó unos segundos, y finalmente dijo a Pratyatoṣa que
era una buena propuesta y que lo pensaría.
Entonces Prabhupāda cantó varios capítulos del Bhagavad-gītā y Pratyatoṣa lo grabó. Después de que Prabhupāda
terminó de leer, Pratyatoṣa de nuevo le pidió viajar con él. Prabhupāda
entonces le explicó que viajar era muy caro y que ya tenía muchos devotos
viajando en su grupo. Agregó que no creía que los templos se lo podrían
permitir.
Pratyatoṣa había ofrecido voluntariamente sus servicios y Prabhupāda
rechazó su propuesta. Aun así Pratyatoṣa se sintió completamente satisfecho.
Prabhupāda había estado complacido con su propuesta y la había considerado
seriamente. Pratyatoṣa nunca se había sentido tan bien tras haberle sido negada
una proposición.
Entrevista con Pratyatoṣa dāsa
«Prabhupāda no es diferente de sus libros. Yo tenía la idea de que un
autor y sus libros eran diferentes; tenía la tendencia a pensar que un autor
tenía su vida literaria y su vida privada. Sin embargo, cuando Prabhupāda
estaba solo en su habitación o con una o dos personas, siempre hablaba como en
sus libros, como cuando daba conferencias en público. El libro Bhāgavata y la persona bhāgavata son lo mismo, y el darme
cuenta de esto me infundió mucha inspiración para estudiar la filosofía.»
Entrevista con Cāru dāsa
Śrīla Prabhupāda nunca quiso llegar tarde a ningún programa de prédica.
Solía decir que Bhaktivinoda Ṭhākura llegaba con horas de antelación para no
perder el tren y él mismo siempre prefería llegar temprano.
Una vez, en Japón, Prabhupāda tenía una cita con ejecutivos de la
editorial Dai Nippon. No deseaba llegar tarde, así que se vistió rápidamente y
luego cantó su gāyatrī caminando
hacia su auto. Aunque era muy estricto en cuestiones de sādhana, estaba dispuesto a soslayar ciertas reglas con el fin de
expandir la conciencia de Kṛṣṇa.
Todo lo que hacía Prabhupāda era grande. Es la primera persona que al
comer dāl y capātīs ha hecho que miles de personas en todo el mundo coman dāl y capātīs. Lo que un gran hombre hace, toda la gente lo imita. Mucha
gente comía dāl y capātīs en la India
antes que Prabhupāda, pero ello no hizo que otras personas lo hicieran.
Entrevista con Tamāla Kṛṣṇa Goswami
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