A la persona que va a un lugar de peregrinaje solamente para darse un baño
en los ríos sagrados, y que adora a la Deidad considerándola hecha de piedra, le tomará
muchísimo tiempo antes de que pueda adquirir verdaderos sentimientos
religiosos.
Pero tan pronto como alguien ve a un devoto puro del Señor, su corazón se
limpia de todas las indeseables aspiraciones materiales. Él es encauzado hacia
la meta más elevada de la vida y el trascendental servicio devocional se
despierta en su corazón como el naciente sol de la mañana que disipa toda la
oscuridad.
Después de muchos nacimientos, cuando la entidad viviente recibe la
misericordia sin causa del Señor Supremo, se pone en contacto con un devoto
puro del Señor y por Su asociación se libera gradualmente de la enfermedad
material.
El devoto puro purifica el corazón del alma condicionada, lo que le permite
entender sin ninguna duda que el Señor Kṛṣṇa es la Suprema Personalidad
de Dios y el Señor de todos los demás señores.
El devoto neófito, kaniṣṭha-adhikārī,
se caracteriza por haber recibido iniciación formal de un maestro espiritual y
estar ocupado adorando al Señor en la forma de la Deidad siguiendo
estrictamente las reglas y regulaciones. Él no puede distinguir entre un devoto
de nivel intermedio y un devoto puro, ni sabe cómo respetar debidamente al
devoto puro del Señor.
El devoto de nivel intermedio, madhyama-adhikārī, se caracteriza por haber
desarrollado amor por el Señor Supremo, ser amistoso y afectuoso con los
devotos del Señor, compasivo con los inocentes, y por evitar la compañía de los
envidiosos no devotos. En muy poco tiempo, por la gracia de su servicio
devocional y por la misericordia de Kṛṣṇa, el madhyama-adhikārī se
convierte en uttama-adhikārī, o el devoto de primera clase.
Según las enseñanzas de Śrī Caitanya Mahāprabhu, el devoto puro del Señor,
o devoto de primera clase — uttama-adhikārī — ve a Kṛṣṇa en todas las
entidades vivientes y ve a todas las entidades vivientes como partes integrales
del Señor Supremo. Está completamente libre de envidia, ira u odio y no tiene
amigos ni enemigos. Espiritualmente es un iluminado y es el mejor entre los
devotos del Señor.
El mejor de los devotos de primera clase utiliza sus sentidos y las cosas
de este mundo material en el desempeño del servicio devocional puro. Libre de
los vicios de la codicia, odio, ira, etc., dicho devoto percibe constantemente
al Señor Supremo y a Sus energías manifestadas en todas partes. El devoto sabio
pasa sus días meditando y recordando los pasatiempos del Señor Kṛṣṇa. Él ya no
es más confundido por la naturaleza temporal de la vida mundana y los
quehaceres materiales. Está libre de las demandas del cuerpo y los sentidos, de
la mente y la inteligencia materiales, y es trascendental a las dualidades del
nacimiento y la muerte, al temor, al hambre y la sed.
Aquel cuyo corazón se ha convertido en la morada permanente del Señor Kṛṣṇa,
el hijo de madre Yaśodā, realiza sus deberes sólo para mantener el cuerpo.
Limpia su corazón de todo deseo por actividades fruitivas. Este es el proceso
de servicio devocional puro.
La inclinación natural de una persona que tiene un concepto material de la
vida es el sentirse atraída por el conocimiento especulativo, las actividades
fruitivas y las designaciones de casta y clase social. Cuando el alma pura
inicia su relación con el cuerpo, adquiere la identificación falsa de “yo” y
“mío” . Pero aquel que está libre de esa falsa identificación ha de ser
considerado un alma eternamente liberada y amada por el Señor Supremo.
Quien está libre del sentimiento de posesión y está totalmente desapegado
de las cosas materiales no hace distinciones a nivel corporal como “tu” y “yo”,
las cuales son la causa de amigos y enemigos imaginarios. Quien mira con
igualdad a todas las entidades vivientes, sin hacer ninguna distinción, es una
persona ecuánime, libre de ansiedad y se le debe considerar como uno de los
mejores devotos del Señor. Él no abandonará jamás el refugio de los pies de
loto del Señor, ni siquiera si se le ofrecieran todas las opulencias del
universo. Los pies de loto del Señor son el objeto más codiciado por los sabios
y semidioses, y el devoto que no olvida los pies de loto de Kṛṣṇa ni por un
momento, es el más elevado entre los devotos puros del Señor y se encuentra
siempre en un estado de bienaventuranza.
El devoto que llega a tener contacto con los pies de loto del Señor Kṛṣṇa
ya ha extinguido en su corazón el fuego de los deseos materiales mediante los
refrescantes e iridiscentes rayos de las lunas de las uñas de los pies de loto
del Señor. ¿Por qué habría él de aspirar a las llamas de la existencia material
cuando su corazón puede permanecer siempre fresco bajo la agradable sombra de
los pies de loto del Señor?
Una vez que el devoto abraza los pies de loto de Kṛṣṇa con los lazos del
amor, el Señor Supremo no puede abandonar el trono de su corazón. El devoto de
primera clase está automáticamente libre de deberes y responsabilidades porque
está completamente entregado al santo nombre del Señor. Incluso en un estado
inconsciente, él pronuncia el nombre del Señor con pureza.
La persona que —comprendiendo la naturaleza temporal de los deberes y
responsabilidades materiales— abandona todas las actividades materiales y se
refugia por completo en los pies de loto de Kṛṣṇa es un devoto de primera
clase, un alma elevada y muy difícil de encontrar. El devoto que está ocupado
en servicio devocional, plenamente consciente de la verdad trascendental acerca
de la forma original del Señor Kṛṣṇa, del santo nombre, de los devotos puros y
del proceso de servicio devocional, es sin duda el más elevado entre los vaiṣṇavas.
Aquel que adora al Señor Supremo y Su santo nombre con fe inquebrantable, y
que conoce la identidad entre ambos, aunque no conozca las complejidades de su
propia identidad espiritual, ha de ser también considerado un devoto muy
elevado, un vaiṣṇava de primera
clase. Ese es el criterio del Señor Caitanya.