¡Oh, mi Señor Gaurāṅga!, quedaré privado de la asociación de Tus pies de
loto, por haber deseado ir a Śrī Vṛndāvana-dhāma. De repente surgió en mi mente
el deseo de contemplar allí Tus pasatiempos. Yo no sé cómo ese deseo me ha
sobrevenido ni cómo he sido guiado por él, pero ahora me arrepiento. Deseo que
mi vida acabe. No puedo seguir viviendo sin verte y no sé qué voy a hacer
ahora.
Los pies de loto del Señor Gaurāṅga, rosados y hermosos, son mi tesoro más
preciado. ¡Ay!, qué tonto he sido en salir de Purī, dejándoles allí. Ya no
puedo verlos mientras dejan Sus huellas tiernamente impresas en la arena de
Puruṣottama-kṣetra. Yo no sé por qué he de ir a Vṛndāvana; se debe únicamente a
mi mente volátil que anda suelta como un pájaro libre. La confusión me
trastorna.
Mis pies me arrastran, alejándome de Él, aunque mi mente no desea
seguirlos. Mi naturaleza obstinada me empuja; ¡oh!, los caprichos del amor me
convierten en un títere. En total perplejidad, me siento como un ser sin vida.
El humor del Señor Gaurāṅga me resulta incomprensible y me hace náufrago en el océano
de la angustia. Lo que más deseo está fuera de mi alcance. Ya no sé ni lo que
pienso.
Quiero dejar mi vida por el Señor Gaurāṅga, pero la muerte me elude. Me
lanzo al océano con la intención de ahogarme, trago las saladas aguas pero
completamente sumergido en el océano las escupo. El intenso deseo de ver la
luna del rostro de mi amado Señor me hace nadar rápidamente a las arenas de la
playa, mas cuando Lo busco Él ya no está. Mi mente toma alas y velozmente corro
al templo de Eota Gopinatha.
En el patio del templo de Śrī Gopinatha veo la divina faz de mi Señor y
pierdo el sentido, debido al éxtasis. Cuando recobro el conocimiento miro
alrededor y me doy cuenta de que estoy dentro de una habitación. Debe haber
sido Gadādhara Paṇḍita quien me ha traído aquí. Puedo escuchar vagamente a mi
Señor Gaurāṅga y a Gadādhara Paṇḍita hablando acerca de mí. De inmediato las
lágrimas afloran a mis ojos y me revuelco en el suelo, perdiendo la compostura.
No soporto ni un momento estar separado del Señor porque mi amado Śrī
Gaurasundara danza siempre dentro de mi corazón. Él no me permite poner fin a
mi vida, y mientras vivo nos la pasamos en un perenne descuerdo. Yo no sé qué
va a ser de mi vida.
No logro comprender qué clase de inteligencia me induce a comportarme así.
Aunque conozco mi propia naturaleza, aun así quería dejar la compañía de los
pies de loto del Señor e ir a Vṛndāvana. Esto habría sin duda arruinado mis
esperanzas de éxito espiritual en esta vida y en la siguiente. Ya he recibido
permiso de ir a Vṛndāvana y ahora si no cumplo Sus deseos cometeré una grave
ofensa. Por otro lado, con toda certeza moriré si no puedo ver la radiante luna
del rostro de mi amado Señor Gaurāṅga. Por lo tanto estoy viviendo una tortura
entre estos dos dilemas.
Quien quiera que haya sido cautivado por el amor del Señor Gaurāṅga se
encuentra flotando en aguas profundas, una situación precaria donde existe la
lucha entre la vida y la muerte. Ésta es la triste condición de todos los
seguidores de Gadādhara Paṇḍita. Incluso todavía se les puede escuchar hablando
íntimamente acerca de estas cosas.