9. Ofrecer mentalmente el alimento a Kṛṣṇa


Mientras viajaba en un tren por India, Prabhupāda pidió samosās, y los devotos compraron un bolsa llena. Una de las devotas empezó entonces a prepararlo todo para ofrecer el alimento como prasāda para Prabhupāda y los devotos. En presencia de Prabhupāda, ella se levantó y empezó a preparar un lugar para ofrecer. Extendió una tela y puso en ella una imagen de Kṛṣṇa, tomó un plato y se dispuso a preparar una ofrenda. Prabhupāda estaba mirando, pero antes de que hubiese situado el plato en el improvisado altar, la detuvo:
—No es adecuado ofrecer así frente a toda esta gente.
Prabhupāda citó un verso en sánscrito cuyo comienzo era dravya-mūlena śudhyati: cuando se paga el precio de algo, incluso si la fuente de donde viene no es pura, puede ser ofrecido a Kṛṣṇa. También afirmó que, a veces, en circunstancias difíciles, un devoto puede tener que ofrecer mentalmente el alimento a Kṛṣṇa, siempre y cuando no se trate de alimento prohibido.
Entrevista con Mahāṁśa Swami
La referencia al verso dravya-mūlena śudhyati también se encuentra en una carta a Brahmānanda dāsa (10 octubre 1968).

Estando en Teherán (Irán), Prabhupāda mostró parecida flexibilidad de acuerdo a tiempo y lugar. El secretario de Prabhupāda se había dado cuenta de que los devotos conservaban las verduras en el congelador. El secretario les dijo a los devotos que debían tirar todo aquello inmediatamente. Dijo que era una actitud ofensiva hacia el guru ofrecerle verduras que no estuviesen frescas, y que no entendían las instrucciones de Prabhupāda. —No saben lo furioso que se pondría —dijo el secretario— si viese estas verduras congeladas. ¡E incluso se las están dando para comer!
Nandarāṇī, que vivía en Teherán con su esposo Dayānanda, se afligió, porque usaba las verduras congeladas para cocinar a los invitados en sus cenas de prédica tres noches por semana. Fue a ver a Prabhupāda para preguntarle qué hacer. En aquel momento, ya su secretario había informado a Prabhupāda de las verduras congeladas.
—¿Por qué usas verduras congeladas? —preguntó.
—Porque celebramos cenas —contestó ella—, y tenemos que darles algo de comer. Esas cenas son nuestra única prédica en este país. Si no les podemos dar prasāda estamos prácticamente acabados.
—Está bien —dijo Śrīla Prabhupāda—. ¿No puedes conseguir otras verduras?
—No, Śrīla Prabhupāda, aquí no hay manera de conseguir nada. Quizá les podamos poner unas papas.
—Entonces está bien —dijo Prabhupāda—. Usa verduras congeladas. Es parte de nuestro saṅkīrtana.
[sin referencia]

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