Parte II: Las enseñanzas sublimes de Haridās
2. Considerar a
los semidioses al mismo nivel que Kṛṣṇa
Haridās continuó hablando con las manos juntas: “Oh,
Señor del universo, ahora, oro para que puedas escuchar mi explicación sobre
la segunda ofensa contra los santos nombres. El Señor Viṣṇu es el Supremo, no
diferente de la Verdad Absoluta. Él es el Señor del universo, y posee un cuerpo
trascendental que está siempre situado en la bondad pura. El Señor Kṛṣṇa, el
dueño de Goloka, es la esencia y el origen del Señor Viṣṇu. Kṛṣṇa es hermoseado
por sesenta y cuatro excelencias extraordinarias; Él es el depósito de todas
las dulzuras trascendentales. El Señor Nārāyaṇa posee sesenta de esas
cualidades, y en un grado menor de plenitud que Kṛṣṇa, y así también en el caso
del Señor Viṣṇu y de los puruṣa-avatāras. El Señor Nārāyaṇa, el Señor de
Vaikuṇṭha, es la vilāsa-vigraha del Señor Kṛṣṇa o expansión parcial. En Vaikuṇṭha,
Saṅkaṛsaṇa Se expande como Mahā-Viṣṇu, quien Se recuesta en el Océano Causal.
Ésta es la primera expansión puruṣa. La próxima expansión puruṣa
es Garbhodakaśāyī Viṣṇu, el origen del Señor Brahmā. Él entra en cada universo
como puruṣa-avatāra. Seguidamente Se expande como Kṣīrodakaśāyī Viṣṇu,
la Superalma dentro de cada ser vivo. Estos tres Viṣṇus son las expansiones puruṣas.
Kṣīrodakaśāyī Viṣṇu es el origen de las encarnaciones tales como el Pez
(Matsya), la Tortuga (Kūrma), etc. Todas esas encarnaciones son formas del
principio de Viṣṇu de la Divinidad Suprema, y están adornadas con sesenta características
trascendentales. Los śaktyāveśa-avatāras son jīva-tattvas en las
cuales desciende la potencia del Señor. Son las expansiones separadas del
Señor o vibhinnāṁśa, y son ejemplificadas por Paraśurāma, Buda, Pṛthu y
así por delante.
“Las partes separadas del Señor
Supremo o vibhinnāṁśa son de dos categorías. Los seres vivos comunes poseen
apenas las primeras cincuenta de las sesenta y cuatro características
trascendentales del Señor, y éstas en cantidad minúscula. Pero en la segunda
categoría de seres vivos, incluyendo a semidioses como el Señor Śiva y otros,
las mismas cincuenta características se encuentran en plena potencia;
adicionalmente, las cinco cualidades siguientes son parcialmente evidentes. Con
todo, estas cinco cualidades son exhibidas con plena potencia sólo por la categoría
Viṣṇu. Así, solamente los viṣṇu-tattvas están adornados en su grado más
alto con las primeras cincuenta y cinco cualidades del Señor. Además,
manifiestan una porción de las cinco cualidades siguientes, en un total de sesenta;
estas cinco cualidades son visibles en absoluta plenitud solamente en el Señor Nārāyaṇa.
Por tanto, el Señor Śiva y todos los semidioses son los siervos del Supremo
Señor Viṣṇu. Aunque los semidioses sean superiores a los seres vivos, el
Supremo Señor Viṣṇu es el amo y controlador tanto de los seres vivos como de
los semidioses. Las personas ignorantes en cuanto al principio viṣṇu-tattva
de la Divinidad Suprema intentan equiparar al Señor Supremo con los semidioses.
“El Señor Śiva y todos los otros semidioses
son los que ejecutan las ordenes del Supremo Señor Viṣṇu. Los māyāvadis
dicen que el brahman impersonal es sin forma, al paso que Śiva, Brahmā y
Viṣṇu, las tres deidades predominantes de las tres modalidades materiales
(ignorancia, pasión y bondad, respectivamente) poseen formas. Las escrituras
declaran sin equívoco que el Señor Brahmā crea el mundo material y el Señor Śiva
lo destruye; pero el Señor Nārāyaṇa, o Viṣṇu, el mantenedor, es el Señor
eternamente adorable. Quienquiera que adore a los semidioses y descuide a Vāsudeva,
el Supremo Señor Nārāyaṇa, se pudre eternamente en el infierno de la existencia
material. Alguṇas personas argumentan que, ya que el Señor Viṣṇu es aceptado
como la Verdad Absoluta omnipresente en los Vedas, el Señor está presente
en los semidioses; por tanto, la adoración a los semidioses es equivalente a la
adoración del Señor Viṣṇu. Este argumento es engañoso. Las escrituras no apoyan
la idea de que la adoración de los semidioses es idéntica a la adoración del Señor
Viṣṇu. En verdad, la adoración del Señor Viṣṇu realiza la adoración de todos
los semidioses. Luego, la adoración separada de los semidioses no es necesaria.
La interpretación correcta de la verdad védica es que si el Señor Viṣṇu es
omnipresente, entonces, adorarlo es adorar automáticamente a todos los
semidioses. Regando las raíces, un árbol prospera; regando el tronco, hojas y
ramas, el árbol decae y muere. Las personas tontas que olvidan los principios
védicos cometen este error. Puesto que su visión es pervertida, adoran a
ciertos semidioses conforme su mentalidad. Son ignorantes en cuanto a la norma
védica de que la adoración al Señor Viṣṇu es una actividad eterna en bondad
pura, más allá de las tres modalidades materiales.
“Debido al advenimiento de la Era de
Kali y de la contaminación del impersonalismo, las personas se volvieron
politeístas y desconsideraron la posición suprema del Señor Viṣṇu. Los
semidioses individuales sólo pueden ofrecer beneficios limitados, mientras que
solamente el Supremo Señor Viṣṇu puede ofrecer todas las bendiciones. Él es el
mantenedor de todos. Si los materialistas codiciosos entendieran la ventaja de
adorar al Señor Viṣṇu, abandonarían toda adoración a los semidioses. Un jefe de
familia devoto del Señor Viṣṇu o Kṛṣṇa debe adorar al Supremo Señor Kṛṣṇa en
todas las circunstancias, y estar libre de dudas. No se requiere que realice
abluciones u otras actividades fruitivas. Los Vedas recomiendan la
adoración del Señor Kṛṣṇa y Sus devotos. Al adorar a los antepasados y semidioses,
se les debe ofrecer guirnaldas de la Deidad del Señor Kṛṣṇa. Si, por otro lado,
el devoto jefe de familia realiza la ceremonia śraddhā conforme a los
métodos de los māyāvadis, o adora a otros semidioses, entonces comete
una ofensa atroz. Imponer algún concepto dualista al Señor Supremo Viṣṇu es un nāma-aparādha
y descalifica a una persona para el camino de bhakti puro.
“Un nāma-aparādha serio es
considerar a semidioses tales como el Señor Śiva como si fueran divinidades
supremas separadas. El politeísmo es una dolorosa ofensa: ‘El Señor Viṣṇu es
el Supremo Dios, mas el Señor Śiva y los otros semidioses también son supremos
individualmente’; esta idea es incorrecta. Se puede, sin embargo, adorar a los
semidioses como guṇa-avatāras, śaktyāveśa-avatāras o como siervos
del Señor Viṣṇu. Nadie es independiente del control del Señor Supremo, pues Él
es el Controlador Supremo y amo de todas las energías. Los semidioses, tales
como el Señor Śiva, el Señor Brahmā, el Señor Gaṇeśa, o el dios del Sol,
fueron investidos con las potencias del Señor Supremo. Así, ellos son
poderosos. El Señor Supremo es uno; el resto son Sus energías. El devoto jefe
de familia debe abandonar, sin duda, todo materialismo en la ejecución de sus
deberes; debe aumentar su humor de devoción pura. La sociedad humana debe
conducir su vida conforme a los dictámenes del sistema varṇāśrama; tal
estilo de vida se llama sanātana-dharma o religión eterna. India es la
tierra de la piedad (puṇyabhūmi), y el sistema religioso varṇāśrama
fue introducido e implementado allí por los grandes sabios de otrora. En otros
países este sistema también se halla presente de alguna forma, aunque nunca se
ha desenvuelto en el sistema socio-religioso perfeccionado observado en la
India. La naturaleza humana no consigue su plena expresión ni alcanza la
consumación sin las divisiones sociales del varṇa. Para ser más exacto,
la verdad eterna es ésta: así como cualquiera, aun los parias de nacimiento
bajo están plenamente capacitados para entrar en la familia de devotos de Kṛṣṇa,
si viven sus vidas libres del pecado y las ofensas. Aún así, la sociedad
humana, como un todo, no puede existir ni funcionar debidamente sin el sistema varṇāśrama.
“Un materialista debe dirigir su vida
conforme a las directrices del varṇāśrama-dharma. A fuerza de adorar a Kṛṣṇa
con plena rendición, gradualmente una persona se eleva a través del varṇāśrama-dharma
hasta la plataforma de conducta santa. Pero siguiendo el sistema varṇāśrama
sin adorar al Señor Kṛṣṇa, tal persona se vuelve censurable. Un jefe de familia
debe cumplir con sus responsabilidades varṇāśrama. Debe vivir con
restricción y solamente aceptar lo esencial para servir al Señor Kṛṣṇa. Debe
respetar todas las reglas y responsabilidades formales en tanto éstas formen
parte del sistema varṇāśrama. Esto es fácil de realizar en tanto esté
cantando los santos nombres y ocupándose en el servicio devocional. Además de
ello, se obtiene bhāva o éxtasis espiritual a través de esas mismas
prácticas devocionales. Con el advenimiento de bhāva, la persona trasciende
la jurisdicción de las reglas y regulaciones.
“Mientras una persona necesite de una
vida social formal, regulada, debe permanecer dentro del varṇāśrama.
Pero tras los primeros movimientos de amor espiritual al alcanzar bhāva,
la bella naturaleza del ser vivo se vuelve evidente. Ahí, entonces, no
necesitará más de mayor inspiración por medio de los dictámenes del varṇāśrama-dharma.
El humor de bhāva es incomprensible para las personas materialistas
porque es dinámico, surgiendo en una persona por su propia voluntad. El jefe de
familia vaiṣṇava debe seguir este camino con total empeño, a fin de
mantenerse inafectado por las contaminaciones de las influencias māyāvadis.
“El nombre, la forma, cualidades,
etc., del Señor Viṣṇu nunca deben ser vistos como separados de Él. Él es
no-dual; como el todo completo, Él es el Supremo Absoluto. Si, debido a la
ignorancia, alguien estuviera apegado al concepto dualista de Dios, entonces,
en la mejor de las hipótesis, apenas llegará a la etapa nāmabhāsā del canto,
pero nunca alcanzará prema. Por otro lado, si recibe la misericordia de
un maestro espiritual fidedigno y puede vencer sus anarthas, llegará al
nombre puro a través del proceso gradual de limpieza. Frecuentemente las personas
de opinión propia llegan a un concepto dualista de Dios. Este concepto es
reprensible y muy difícil de ser vencido. Los filósofos māyāvadis
proponen que el brahman es sin forma e impersonal, y que el nombre,
forma, etc., del Señor Viṣṇu son todos producto de la ilusión; esperan percibir
al Señor Viṣṇu como brahman impersonal y nada más. Pero tales argumentos
son tontos y nihilistas. El punto de vista māyāvadi es derivado de la
locura y de una porfiada ignorancia del hecho que el Señor Supremo está dotado
de omnipotencia. El brahman omnipotente es Viṣṇu; la diferencia está
sólo en el nombre.
“La inteligencia del filósofo māyāvadi
es extremadamente desquiciada. Viendo que la existencia material es en extremo
variada, él concluye que la existencia espiritual, siendo opuesta al reino
material, debe ser sin características distintivas. Esta especulación
incompleta, inmadura, lo lleva a imaginar al brahman como árido e
impersonal. En su estado original, el brahman posee un nombre, forma,
cualidades, pasatiempos y así por delante –pero el māyāvadi está
condicionado por la existencia humana. El devoto puro es el flagelo para esa
filosofía equivocada; él instituye la declaración de las escrituras según la
cual el Señor Supremo no es diferente de Su nombre, forma, pasatiempos y cualidades.
El Señor Viṣṇu es la Suprema Verdad Absoluta; tanto las características
personales como las impersonales son inherentes a Su naturaleza divina. Las
potencias inconcebibles del Señor Supremo no sólo incluyen Sus aspectos
personales e impersonales, sino que también manifiestan Su belleza que atrae a
todos, y acallan todas las especulaciones contrarias sobre Él.
“La naturaleza humana es limitada y
mezquina. No puede sondear fácilmente las energías inconcebibles del Señor Supremo.
Así, cuando un ser humano con cerebro inadecuado intenta concebir un
Controlador Supremo, sólo consigue avanzar hasta el concepto del brahman
impersonal, que es una representación parcial del Todo-Absoluto. De esa forma,
se desvía de la meta suprema de adoración, el Señor Viṣṇu, cuyos pies de loto
son adorados incluso por los grandes semidioses. Ignorando el beneficio que
perdió, volviéndose apegado a la adoración del brahman impersonal. Mas
cualquiera que comprende la naturaleza trascendental del nombre, forma,
cualidades, etc., del Señor Supremo, y sabe que éstos no son diferentes de Él,
logra cantar el nombre puro y percibir al Señor Kṛṣṇa en Su divina plenitud.
La dualidad sólo existe en el plano material –aquí un nombre es diferente del
objeto que identifica. Pero, como ése no es el caso en la plataforma
espiritual, es un error grosero imaginar tal diferencia entre el Señor y Su
nombre, forma, cualidades y así por delante. La misma trampa encarcela a
aquellos que consideran al Señor Śiva y otros semidioses como independientes
del control del Señor Supremo.
“El devoto que buscó refugio sólo en
los santos nombres es un alma realmente elevada. Él adora a Kṛṣṇa y a nadie más
como el Señor Supremo. No ataca a otras escrituras y otras deidades, tales como
los semidioses; él las adora y respeta como siervos del Señor Kṛṣṇa. Siempre se
abstiene de la especulación estéril. Cuando diferentes escrituras intentan
establecer la superioridad de otros semidioses, es solamente para facilitar la
limitada capacidad de determinada mentalidad para comprender la Verdad
Absoluta. Estas escrituras, en verdad, están tratando de elevar a sus
seguidores a volverse devotos de Kṛṣṇa. Por lo tanto, nunca se debe criticar
otras escrituras y semidioses; tal crítica es una ofensa.
“Un devoto no debe aceptar los restos
de comida o guirnaldas de un māyāvadi, aun si fueran ofrecidas al Señor Viṣṇu,
pues la adoración de un māyāvadi es impura. El canto de los santos
nombres por los māyāvadi es ofensivo; el Señor no acepta las ofrendas y
adoración de un māyāvadi. También es una ofensa aceptar guirnaldas y
otros restos de adoración a semidioses; eso perjudica la vida devocional pura.
Pero si el devoto adora al Supremo Señor Kṛṣṇa y ofrece Sus restos a los
semidioses, no será una ofensa aceptar esos restos, tampoco será impedido en
forma alguna el desenvolvimiento espiritual de la persona. Un devoto puro
siempre evita las ofensas, canta constantemente y así obtiene prema;
todo su logro se encuentra en los santos nombres.
“La ilusión y la locura ciegan al ser
vivo y, así, él piensa que otros también están en la misma plataforma que el
Supremo Señor Viṣṇu. El único remedio es arrepentirse intensamente y meditar en
el Señor Viṣṇu, Kṛṣṇa, pues a través de este recuerdo las ofensas se disuelven.
De ahí en adelante, se debe evitar cuidadosamente cometer la misma ofensa de
nuevo. Acordarse del Señor es la penitencia más eficaz; los Vedas
siempre recomiendan a brāhmaṇas que corren peligro, que mediten en los
pies de loto del Señor Viṣṇu para protección. Acordarse del nombre del Señor es
lo mismo que meditar en Sus pies de loto. Los santos nombres pueden dispersar
todas las ofensas anteriores, pues actúan como el mejor amigo del devoto. El
Señor Kṛṣṇa es un océano de misericordia y perdón; el devoto debe desligarse de
adoradores de semidioses y politeístas, y buscar la compañía de devotos que
adoren exclusivamente a Kṛṣṇa como su Señor Supremo”.
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