3- Él es el océano del rāsa (dulzura)



Preceptos de Śrī Caitanya Mahāprabhu

3- Él es el océano del rāsa (dulzura):

Rāsa ha sido definido como aquel principio extático, el cual comprende sthāyi-bhāva, vibhāva, anubhāva, satuik y sañcāri. Vibhāva se divide en: ālambana y uddīpana. Ālambana se subdivide en viṣaya y asrāya. Asrāya es aquella persona que tiene en sí misma el principio de sthāyi-bhāva, y viṣaya es la persona dirigida por el sthāyi-bhāva. Sthāyi-bhāva ha sido explicado como rati, o la tendencia al corazón espiritual puro. Mediante una conexión de asrāya y viṣaya, el sthāyi-bhāva llega a su estado de acción. Cuando alcanza su estado activo, ciertos síntomas son mostrados por las personas, y éstos toman el nombre de anubhāvas. Estos son trece en número. Otros ocho bhāvas manifestados en el cuerpo son llamados satuik-bhāvas, tales como lágrimas, temblores, etc. Otros treinta y tres bhāvas, como harṣa, viṣād, etc., han sido designados como sañcāri-bhāvas. Estos, combinados en el alma, forman el rāsa.

Este proceso de exhibición de rāsa se refiere a la exhibición del rāsa, en el hombre que todavía se encuentra cubierto por la materia. El rāsa en sí es un principio eterno identificado con el Supremo Hari. El Señor Hari es el océano del rāsa, y en el alma humana, sólo una gota de ese océano podría ser concebida. El rāsa es de naturaleza espiritual, pero en el hombre controlado por māyā, la progenitora de la materia, este rāsa ha sido identificado de una manera pervertida con el placer sensual del hombre conectado a los objetos materiales. En esta condición, el alma se pierde en la mente, y la mente, al actuar a través de los sentidos, disfruta la reflexión pervertida del rāsa en las cinco clases diferentes de objetos de los sentidos. Este es el viaje del alma a través de avidyā, o ignorancia, de su verdadera identidad espiritual. Cuando el alma mira internamente, obtiene su rāsa espiritual, y el rāsa pervertido va disminuyendo en proporción al desarrollo del rāsa espiritual.

En el rāsa espiritual, las almas, unas con otras y con el Supremo Señor Hermoso, tienen su libre acción en Vṛndāvana, pasando por encima del tiempo y del espacio material. Hari, con Su infinito supremo libre albedrío, tiene éxtasis eterno en Su poderío espiritual o cit-śakti. El atributo hlādinī del cit-śakti Le brinda placer infinito. El atributo samvit del cit-śakti (sabiduría espiritual), origina todos los bhāvas, relaciones y afecciones. El atributo sandhinī del cit-śakti es la causa de toda existencia (otra cosa que libre albedrío), incluyendo los dhāmas (moradas), individualidades y otras substancias en conexión con las actividades del rāsa espiritual. Todas estas exhibiciones vienen de cit-śakti o el poder espiritual.

El mayik o la creación material, incluyendo el tiempo, el espacio y los objetos burdos, no ocurren en el cit-jagat (el mundo espiritual), que es idéntico a Vṛndāvana. Māyā-śakti es un reflejo pervertido del cit-śakti. En consecuencia, las particularidades del mayik-jagat (mundo material) tienen semejanza con las del cit-jagat o el mundo espiritual; pero substancialmente no son lo mismo. El cit-jagat es el modelo o patrón del mayik-jagat, pero no son idénticos. Nos debemos mantener alertas ante la idea del hombre que imagina el cit-jagat por su experiencia del mayik-jagat. Esta idea es panteísta y también puede llamársela ateísta. La razón no espiritualizada tiende a crear tales dudas, pero quien tiene un deseo real de disfrutar del amor espiritual debe abandonar dicha idea como una ilusión. El rāsa eterno de Kṛṣṇa existe espiritualmente en el cit-jagat. Para nosotros, residentes de este mundo relativo, existe una pantalla que se nos interpone a la visión de las maravillosas escenas de los pasatiempos de Kṛṣṇa. Cuando, por la misericordia de Kṛṣṇa, esa pantalla sea removida, tendremos el privilegio de ver Sus pasatiempos, y nuevamente, cuando al poderoso Señor Le plazca bajar de nuevo la pantalla, los maravillosos līlās de Vṛndāvana desaparecerán de nuestros ojos. “Saborea el tema y tu convicción será igual a la mía. ¡Hermanos!, no abandonen un asunto tan importante como éste sin examinarlo libremente”.


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