9- Kṛṣṇa-prema es la meta


Preceptos de Śrī Caitanya Mahāprabhu

9- Kṛṣṇa-prema es la meta:

Los karma-margis declaran que el disfrute a partir de este mundo hasta los planetas celestiales, es todo lo que un hombre necesita. El karma, o la acción, es de dos tipos: el karma ejecutado con la finalidad de obtener resultados materiales y el karma hecho con el fin de complacer a Kṛṣṇa. Según los karma-margis, ambas clases de karma tienen el objetivo de lograr el disfrute material, y a Dios sólo se Le adora a cambio de obtener disfrute material. Esta es la línea de demarcación entre el bhakti y el karma. Bhakti aspira alcanzar el principio de prīti o amor divino (prema-bhakti), como el resultado final de todas las acciones; mientras que karma procura el disfrute egoísta como la meta final de la acción.

Los jñana-margis, por otra parte, cultivan jñana o conocimiento espiritual para así alcanzar mukti o liberación como objetivo final. Al mukti (liberación) se le clasifica en dos: en una clase de mukti, se efectúa la absorción total del alma en Dios, llegando a la aniquilación de la existencia separada del alma y Dios. Esto es conocido como sāyujya. En el otro tipo de mukti, el alma se mantiene eternamente separada de Dios, y cuando logra la salvación, el alma llega al mundo espiritual, obteniendo sālokya o residencia en el reino de Dios; sāmīpya o asociación con el Señor; suarupya o adquisición de la misma forma corporal del Señor; o sarshti o la obtención de poderes similares a los del Señor.

El último tipo de liberación es inevitable cuando le place al Señor otorgarnos ese estado. Pero entonces, después de obtener este mukti, Le servimos a Dios con prīti o amor puro. El primer tipo de liberación es rechazado por los bhaktas o devotos como indigno de aspirar, debido a su tendencia de aniquilar el principio más elevado del amor. La segunda clase de liberación no puede ser la meta última, ya que actúa como una condición intermedia del alma, actuando el amor divino (prīti) como el ultimátum. Mukti, por lo tanto, debe ser tratado como el resultado intermedio de nuestro desencanto espiritual.

Además de esto, un anhelo de alcanzar mukti, o liberación, estropea nuestro cultivo espiritual, debido a que es un fuerte deseo por algo diferente al desarrollo del bhakti. Por lo tanto, debemos cultivar bhakti, permaneciendo libre de las dos fuerzas contendoras: el deseo de bhukti o disfrute egoísta, y el deseo de mukti o liberación. Debemos depender de Kṛṣṇa para así obtener mukti, de acuerdo a Su voluntad. Debemos orar siempre por el continuo desarrollo de nuestro sentimiento religioso. Sólo bhakti con prīti, o amor puro, es el objetivo final de nuestra existencia.

Cuando rati (apego) se mezcla con ulas (fervor), se convierte en prīti. Prīti crea exclusivo y entusiasta amor por Kṛṣṇa, y repulsión por las cosas y personas diferentes a Kṛṣṇa y a Su medio ambiente. Cuando la idea de pensar que “Kṛṣṇa es mi Señor” se agrega al prīti, se convierte en prema. Aquí comienza la idea de pensar que “Kṛṣṇa es mi propio Señor y yo soy Su sirviente”. Al agregar confidencia al prema, se convierte en praṇaya, surgiendo la relación de amistad con Kṛṣṇa. En praṇaya la idea de respeto se pierde. Luego, al agregar la idea de que “Kṛṣṇa es mi exclusivo y más querido ser de amor”, esto se transforma curiosamente en mana. Kṛṣṇa, con toda Su grandeza y poderío, exhibe un tipo de sumisión a mana.

Al agregarse una excesiva fusión del corazón, el prema se transforma en sneha. De aquí sobreviene la relación de un hijo y sus padres, entre Kṛṣṇa y Su devoto. En este estado, el mucho llorar por Kṛṣṇa, deseo de saciedad en comunión y un deseo de proteger el interés de Kṛṣṇa, ocurren naturalmente. Luego un incremento en el deseo agregado a sneha es rāga. En este estado, un momento de separación es intolerable. De aquí surge la relación entre esposo y esposa entre Kṛṣṇa y Su devoto. La aflicción que surge por el deseo de encuentro mutuo, es felicidad. Rāga, viendo su objeto como nuevo en cada momento y sintiéndose nuevo en cada momento, se convierte en anurāga. En ese estado, la sujeción recíproca y un intenso deseo de acompañar al amante a todas partes son los aspectos principales. Anurāga, creciendo infinitamente en un estado sorprendente, ascendiendo hasta la locura, se vuelve mahabhāva. ¡Esto es algo indescriptible!, desde rati hasta mahabhāva, todo el principio es lo conocido como sthāyi-bhāva, el éxtasis eterno y beatitud.

Tenemos una imagen pervertida de este noble rāsa en la vida humana, debido a que la vida en el reino de māyā es un reflejo pervertido de la vida espiritual. Cuando el alma sola se dirige hacia su propio objetivo, el Señor Supremo Kṛṣṇa, el rāsa es puro. Cuando la mente y los sentidos se dirigen hacia un objeto erróneo, el rāsa se degrada y se torna deplorable. El rāsa pervertido nos da una muestra sobre la naturaleza del noble rāsa espiritual. Así, estas descripciones han sido expuestas mediante palabras para describir aspectos del rāsa pervertido. Pedimos a nuestros lectores que se dignen hacer una buena distinción entre espíritu y materia burda; de otra manera, un mal entendido es inevitable.

Quien con un sincero corazón estudia los nombres, las formas, los atributos y pasatiempos de Kṛṣṇa, tal como se describen en el Śrīmad-Bhāgavatam en compañía de quien ha realizado el espíritu, se elevará más y más alto por la influencia del bhakti. Quien es apto para analizar todo de una forma académica, difícilmente puede alcanzar la verdad en lo referente al espíritu, ya que por la ley de Dios, la razón, en su presente estado, nunca puede alcanzar la esfera del espíritu.

Para tener la oportunidad de llegar hasta donde hemos establecido, uno debe hacerse preguntas sinceras desde el corazón, y entonces el sumamente hermoso Señor, le ayudará a realizar el espíritu y a ingresar en Su reino. Pero mientras la mente esté confundida por tentaciones materiales, no hay oportunidad de trascender la materia y sus diversas formas. El error más grande que han cometido la mayoría de los filósofos occidentales, es el de identificar la mente y el ego falso (ahaṅkāra) con el alma o el espíritu. Esto es lo más desafortunado.

Para resumir, el hombre, en su presente estado, tiene tres principios: (1) El principio sthul, o la materia burda que compone su cuerpo; (2) El principio liṅga, o materia sublimada (sutil) que aparece en la forma de mente, inteligencia, conciencia contaminada y ego falso, mediante los cuales uno es confundido en el mundo material. Este estado ha sido causado por la influencia de māyā, o la energía ilusoria, con la finalidad de corregir al alma en su intento erróneo por disfrutar, olvidando su naturaleza como sirviente de Dios. (3) De hecho, el hombre es independiente de māyā y de su conexión. La única manera de deshacerse de la presente dificultad es por la influencia del bhakti (devoción pura), contagiado por un verdadero devoto. El bhakti, como un medio, eleva al hombre hasta la morada sumamente bella de Kṛṣṇa y de nuevo, como un propósito, le mantiene en eterno kṛṣṇa-prema.

Mientras se encuentra en el mundo mayiko (ilusorio), el hombre debe vivir pacíficamente, con la finalidad de cultivar la vida espiritual. En la sociedad que lo rodea, debe llevar una vida pura, evitar las actividades pecaminosas y hacer el bien a todos. Debe ser humilde, tolerando las dificultades que se le presenten, con heroísmo. No debe hacer alarde de ninguna virtud y debe tratar a todos con respeto. Casarse con el propósito de llevar una vida pacífica y virtuosa, y con la intención de procrear sirvientes de Kṛṣṇa, es una buena institución para un vaiṣṇava. El cultivo espiritual es el propósito principal de la vida.

Tengan fe sólida de que sólo Kṛṣṇa puede protegerles. Admítanle como su único guardián. Hagan todo lo que Kṛṣṇa desea y nunca actúen independiente del divino deseo de Kṛṣṇa. Todo lo que hagan, realícenlo con humildad. Recuerden siempre que son extranjeros en este mundo y estén preparados para ir a su propio hogar. Ejecuten sus deberes y cultiven el bhakti como medio para alcanzar la meta de la vida, kṛṣṇa-prīti. Ocupen su cuerpo, mente y alma al servicio de Kṛṣṇa. En todos sus actos adoren su gran Dios.

 

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