Misión de Mahāprabhu
El primer mandato que le diera a Nityānanda Prabhu y a Haridāsa fue el siguiente: “Amigos míos, vayan por las calles de los pueblos, visiten a cada hombre en su hogar y pídanle que cante el nombre de Hari con devoción, luego vengan todas las tardes a informarme sobre los resultados de sus prédicas”. De esta manera, ambos predicadores fueron y se encontraron con Jagāi y Mādhāi, dos hombres del carácter más abominable. Ellos insultaron a los predicadores al escuchar las instrucciones de Śrī Caitanya, pero pronto fueron convertidos por la influencia del bhakti que les inculcara el Señor. Las personas de Nadia estaban sorprendidas y decían: “Nimāi Paṇḍita no sólo es un genio gigantesco, sino también un verdadero misionero del poderoso Dios”.
Desde ese tiempo, y hasta Sus 23 años, Mahāprabhu predicó Sus principios, no sólo en Nadia, sino también en las principales aldeas y pueblos del rededor. En las casas de Sus seguidores realizó milagros, enseñó los principios esotéricos del bhakti, y cantaba Su saṅkīrtan con otros bhaktas (devotos de Kṛṣṇa). Sus seguidores comenzaron a cantar el santo nombre de Hari en las calles y bazares del pueblo de Nadia. Esto hizo sensación y despertó diferentes sentimientos en distintos círculos. Los bhaktas estaban muy complacidos. Empero, los brāhmaṇas smārta se sintieron celosos del éxito de Nimāi Paṇḍita, y se quejaron ante el Kazi Chand por el comportamiento anti-hindú de Caitanya. El Kazi fue a la casa de Śrīvāsa Paṇḍita, rompió una mṛdaṅga (tambor), y declaró que a menos que Nimāi Paṇḍita dejara de escandalizar con Su extraña religión, se vería obligado a exigir que Él y Sus seguidores aceptaran el islamismo.
Esto llegó a oídos de Mahāprabhu, Quien a la vez ordenó a la gente del lugar aparecer a primeras horas de la noche, cada uno con una antorcha en la mano. Así lo hicieron y Mahāprabhu marchó con Su saṅkīrtan dividido en catorce grupos. Al llegar a la casa del Kazi, Mahāprabhu sostuvo una larga conversación con él; finalmente, al tocar su cuerpo, transmitió a su corazón la esencia del vaiṣṇavismo. El Kazi lloró, y admitió que sentía una fuerte influencia espiritual que había aclarado sus dudas, despertando en él un sentimiento religioso que le brindó el éxtasis más elevado. El Kazi luego se unió al grupo de saṅkīrtan. Todo el mundo se asombró del poder espiritual del Gran Señor, y cientos de herejes convertidos se unieron a Mahāprabhu después de este incidente.
Fue después de estos acontecimientos que algunos de
los brāhmaṇas de Kulia, envidiosos y de baja mentalidad,
buscaron pelea con Mahāprabhu y formaron un grupo de oposición.
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