29. Gotitas de néctar - La atención personal y amorosa de Śrīla Prabhupāda


Una vez, en Londres, Trivikrama dāsa estaba dando un masaje a Prabhupāda y Prabhupāda le preguntó si comía lo suficiente. En esa época los devotos de Londres comían sólo una vez al día. Trivikrama le dijo que sí, y Prabhupāda le preguntó cuántos capātīs comía cada día. Trivikrama le dijo que cuatro. Prabhupāda dijo que no eran muchos y Trivikrama explicó que probablemente podía comer más, pero que eso era todo lo que se le daba. Desde aquella noche Prabhupāda dispuso que se les sirviese una segunda comida a los devotos por la noche.
Entrevista con Trivikrama Swami

Prabhupāda siempre se preocupaba mucho de que sus devotos mantuvieran su salud. Una vez le expresó su preocupación a una de sus hijas espirituales que estaba embarazada y le dio consejos acerca de la salud.
Cuando Prabhupāda estaba en Filadelfia, Sarveśvarī-devī dāsī cocinaba para él. Una vez, cuando fue a la habitación de Prabhupāda para retirar el plato, notó que él había dejado una taza de leche entera. Prabhupāda le dijo que la bebiese. Le dijo que ella tenía que beber tanta leche como le fuera posible mientras estuviese embarazada y durante la cría, porque de esa manera su bebé sería muy feliz, saludable y apacible. Sarveśvarī dāsī dijo que iba a beber la leche y entonces retiró el plato. Cuando Sarveśvarī dāsī llevaba el plato de Prabhupāda escaleras abajo, Brahmānanda pasó a su lado y vio la leche. —¡Dame esa leche! —exclamó. Pero Sarveśvarī replicó que no podía porque Prabhupāda le había dicho que la bebiese. Entonces Brahmānanda concedió que ella la necesitaba más que él.
Entrevista con Sarveśvarī-devī dāsī

Una vez Prabhupāda le preguntó a Nandarāṇī-devī dāsī si sus niños comían dāl y capātīs todos los días. En esa época los niños tenían uno y dos años. Nandarāṇī dijo que sí y Prabhupāda aprobó eso. Dijo que si los niños comían dāl y capātīs desde una edad muy temprana siempre tendrían buena salud. Dijo que el dāl debería estar muy caliente y que debía remojar el capātī en él para que los niños pudiesen comerlo. Le dijo que también podía poner arroz en el dāl. Prabhupāda dijo que el urad-dāl es el mejor, seguido del mung, y luego lentejas. Dijo que la soya no es necesaria.
Entrevista con Nandarāṇī-devī dāsī

Vida espiritual en el mundo material
Jagattāriṇī-devī dāsī fue originalmente presentada a Prabhupāda como una actriz profesional de Australia. Prabhupāda le pidió que hiciese el papel de Śacīdevī en una obra que estaba produciendo Hayagrīva. Entonces Prabhupāda comenzó a hablar de sus propias experiencias en el teatro. Mencionó que cuando era un muchacho, su tío dirigía una compañía teatral y le había permitido hacer el papel de Advaita Ācārya en una obra acerca del Señor Caitanya. Prabhupāda comentó que la obra hizo llorar a toda la audiencia.
En el curso de la conversación Prabhupāda mencionó el término teatral «sala verde». En la tradición teatral inglesa, los actores recibían formal y apropiadamente a los miembros de la aristocracia en la «sala verde». Jagattāriṇī quedó maravillada de que Prabhupāda —cuya vida como un santo de la India parecía tan alejada de la vida occidental— estuviera aun así tan al corriente de términos occidentales tan sofisticados.
Entrevista con Jagattāriṇī-devī dāsī

Una vez, Hari-vilāsa dāsa acompañó a Prabhupāda en un paseo matinal por el centro de París. Caminando por las ajetreadas calles de la ciudad, Prabhupāda se detuvo de repente y se quedó en silencio durante por lo menos treinta segundos. Luego dijo: —Qué brisa tan buena, es igual que la de Vṛndāvana—. Entonces Hari-vilāsa se dio cuenta de que los sentidos y la conciencia de Prabhupāda eran completamente trascendentales al mundo material.
Entrevista con Hari-vilāsa dāsa


Las primeras tres gotas en esta sección muestran a Prabhupāda como el benevolente padre espiritual que quiere estar seguro de que sus niños tengan suficiente comida y bebida. Este es Prabhupāda en el espíritu de «come más, come más», que él introdujo en el primer templo de ISKCON, en el local de la Segunda Avenida 26 de Nueva York. Los devotos que participaron en esos pasatiempos —Trivikrama Swami, Sarveśvarī-devī dāsī y Nandarāṇī-devī dāsī— parecían estar dispuestos a ser tan renunciados como fuera posible, comer un número mínimo de capātīs, pasar sin leche si fuera necesario, y darles a sus niños cualquier cosa que Prabhupāda les ordenase. Los discípulos estaban en el espíritu del estudiante que no pide más comida sino que espera la orden del maestro espiritual. Cuando fueron instruidos por Śrīla Prabhupāda para que se cuidasen y tomasen suficiente prasāda, los devotos respondieron con un aumento de amor por Śrīla Prabhupāda que iba más allá de los límites de su placer de poder comer más. No es el permiso de comer más, sino la atención personal que Prabhupāda daba a sus necesidades lo que les hace recordar estas instrucciones como gotitas de néctar.

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