Una vez, en Londres, Trivikrama dāsa estaba dando un masaje a Prabhupāda
y Prabhupāda le preguntó si comía lo suficiente. En esa época los devotos de
Londres comían sólo una vez al día. Trivikrama le dijo que sí, y Prabhupāda le
preguntó cuántos capātīs comía cada día. Trivikrama le dijo que cuatro. Prabhupāda
dijo que no eran muchos y Trivikrama explicó que probablemente podía comer más,
pero que eso era todo lo que se le daba. Desde aquella noche Prabhupāda dispuso
que se les sirviese una segunda comida a los devotos por la noche.
Entrevista con Trivikrama Swami
Prabhupāda siempre se preocupaba mucho de que sus devotos mantuvieran su
salud. Una vez le expresó su preocupación a una de sus hijas espirituales que
estaba embarazada y le dio consejos acerca de la salud.
Cuando Prabhupāda estaba en Filadelfia, Sarveśvarī-devī dāsī cocinaba
para él. Una vez, cuando fue a la habitación de Prabhupāda para retirar el
plato, notó que él había dejado una taza de leche entera. Prabhupāda le dijo
que la bebiese. Le dijo que ella tenía que beber tanta leche como le fuera
posible mientras estuviese embarazada y durante la cría, porque de esa manera
su bebé sería muy feliz, saludable y apacible. Sarveśvarī dāsī dijo que iba a
beber la leche y entonces retiró el plato. Cuando Sarveśvarī dāsī llevaba el plato
de Prabhupāda escaleras abajo, Brahmānanda pasó a su lado y vio la leche.
—¡Dame esa leche! —exclamó. Pero Sarveśvarī replicó que no podía porque Prabhupāda
le había dicho que la bebiese. Entonces Brahmānanda concedió que ella la
necesitaba más que él.
Entrevista con Sarveśvarī-devī dāsī
Una vez Prabhupāda le preguntó a Nandarāṇī-devī dāsī si sus niños comían
dāl y capātīs todos los días. En esa época los niños tenían uno y dos
años. Nandarāṇī dijo que sí y Prabhupāda aprobó eso. Dijo que si los niños
comían dāl y capātīs desde una edad muy temprana siempre tendrían buena salud.
Dijo que el dāl debería estar muy caliente y que debía remojar el capātī en él para que los niños pudiesen
comerlo. Le dijo que también podía poner arroz en el dāl. Prabhupāda dijo que el urad-dāl
es el mejor, seguido del mung, y
luego lentejas. Dijo que la soya no es necesaria.
Entrevista con Nandarāṇī-devī dāsī
Vida
espiritual en el mundo material
Jagattāriṇī-devī dāsī fue originalmente presentada a Prabhupāda como una
actriz profesional de Australia. Prabhupāda le pidió que hiciese el papel de Śacīdevī
en una obra que estaba produciendo Hayagrīva. Entonces Prabhupāda comenzó a
hablar de sus propias experiencias en el teatro. Mencionó que cuando era un
muchacho, su tío dirigía una compañía teatral y le había permitido hacer el
papel de Advaita Ācārya en una obra acerca del Señor Caitanya. Prabhupāda
comentó que la obra hizo llorar a toda la audiencia.
En el curso de la conversación Prabhupāda mencionó el término teatral
«sala verde». En la tradición teatral inglesa, los actores recibían formal y
apropiadamente a los miembros de la aristocracia en la «sala verde». Jagattāriṇī
quedó maravillada de que Prabhupāda —cuya vida como un santo de la India parecía tan alejada de
la vida occidental— estuviera aun así tan al corriente de términos occidentales
tan sofisticados.
Entrevista con Jagattāriṇī-devī dāsī
Una vez, Hari-vilāsa dāsa acompañó a Prabhupāda en un paseo matinal por
el centro de París. Caminando por las ajetreadas calles de la ciudad, Prabhupāda
se detuvo de repente y se quedó en silencio durante por lo menos treinta
segundos. Luego dijo: —Qué brisa tan buena, es igual que la de Vṛndāvana—.
Entonces Hari-vilāsa se dio cuenta de que los sentidos y la conciencia de
Prabhupāda eran completamente trascendentales al mundo material.
Entrevista con Hari-vilāsa dāsa
Las primeras
tres gotas en esta sección muestran a Prabhupāda como el benevolente padre
espiritual que quiere estar seguro de que sus niños tengan suficiente comida y
bebida. Este es Prabhupāda en el espíritu de «come más, come más», que él
introdujo en el primer templo de ISKCON, en el local de la Segunda Avenida 26
de Nueva York. Los devotos que participaron en esos pasatiempos —Trivikrama
Swami, Sarveśvarī-devī dāsī y Nandarāṇī-devī dāsī— parecían estar dispuestos a
ser tan renunciados como fuera posible, comer un número mínimo de capātīs, pasar sin leche si fuera
necesario, y darles a sus niños cualquier cosa que Prabhupāda les ordenase. Los
discípulos estaban en el espíritu del estudiante que no pide más comida sino
que espera la orden del maestro espiritual. Cuando fueron instruidos por Śrīla
Prabhupāda para que se cuidasen y tomasen suficiente prasāda, los devotos respondieron con un aumento de
amor por Śrīla Prabhupāda que iba más allá de los límites de su placer de poder
comer más. No es el permiso de comer más, sino la atención personal que Prabhupāda
daba a sus necesidades lo que les hace recordar estas instrucciones como
gotitas de néctar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario