32. Prabhupāda nunca se quejó ni redujo su prédica


Śrīla Prabhupāda era extremadamente tolerante en cuanto a incomodidades físicas. Una mañana, mientras Prabhupāda residía en el templo de Rādhā-Dāmodara (en Vṛndāvana), el devoto que estaba haciendo la cama de Prabhupāda encontró una muela bajo la almohada de Prabhupāda. Se había desprendido y Prabhupāda lo había puesto bajo la almohada sin decirle nada a nadie.
Poco después contrajo una infección muy mala en la pierna. Se había hecho una herida en uno de los dedos del pie y este se había infectado. La infección se extendió y la pierna de Śrīla Prabhupāda se puso roja e hinchada hasta la mitad de la pantorrilla. Prabhupāda mandó que le hicieran una cataplasma de hojas de nīm, cúrcuma y aceite de mostaza, y él mismo se lo vendó con hojas de banana. Finalmente, la infección comenzó a bajar después de cinco días. Aunque debe haber sido muy doloroso Prabhupāda nunca se quejó ni redujo su prédica y en público apenas siquiera cojeaba, para que nadie supiera que estaba sufriendo.

Entrevista con Yamunā-devī dāsī

En mayo de 1977 Śrīla Prabhupāda viajó a Hrisikesh para recuperar su salud. En su grupo estaban Tamāla Kṛṣṇa Goswami, Trivikrama Swami y Pramāṇa Swami, quienes lo acompañaron al otro lado del Ganges en una lancha de motor hasta el Svarga Āśrama. (Ese Svarga Āśrama era un hostal regentado por el Sr. D. P. Mandelia y se decía que era el mejor en Hrisikesh.) A su llegada Prabhupāda les pidió a los devotos que le comprasen algunos kacaurīs y jallebīs, y los comió con gran deleite. Luego pidió que le trajeran agua del centro del río. Hubo algo de retraso en conseguir vasijas de barro así que Tamāla Kṛṣṇa Goswami tomó un termo, nadó hasta el centro del río y regresó a Prabhupāda con la botella llena de agua.
Prabhupāda estaba tomando su masaje pero cuando Tamāla Kṛṣṇa llegó con el termo goteando, Prabhupāda inmediatamente bebió el agua clara y fresca del Ganges. Inmediatamente eructó, y dijo que ese eructo significaba que su estómago había aceptado el agua. Prabhupāda hizo que los devotos llenaran baldes con agua del Ganges y los pusieran al sol para que se calentaran para su baño.
Varios días más tarde Caitya-guru dāsa llegó desde Chandigarh con una caja llena de buenas frutas: mangos, cerezas, ciruelas, manzanas y lichīs (frutas de cáscara roja que cuando se pelan semejan una uva blancuzca gigante, con una sola semilla negra). Cuando Prabhupāda vio los lichīs, inmediatamente quiso saborearlos. Dijo que cuando él era niño, su padre siempre tenía lichīs colgando de la pared y que él siempre se los pedía.

Diario de Tamāla Kṛṣṇa Goswami

Llegando en una ocasión a Māyāpura, Prabhupāda entró a sus habitaciones, se reclinó en su asiento y se relajó con las piernas sobre su mesa. Luego bebió un vaso de agua. —Ah, agua de Māyāpura —dijo. Luego relató que Māyāpura es el reino espiritual y vivir y morir en Māyāpura es lo mismo. Dijo que si tú vives en Māyāpura, estás viviendo en el mundo espiritual, y que si mueres en Māyāpura vas de regreso al mundo espiritual.


Entrevista con Jayapatākā Swami

1 comentario:

  1. el caso es que el ladrón se sintió atraído más por KRSNA que por sus joyas.... la personalidad y la gloria de Dios pudo mas que la codicia del ladrón quien se convirtió en devoto... qué privilegio el del ladrón....

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