Śrīla Prabhupāda era extremadamente tolerante en cuanto a incomodidades
físicas. Una mañana, mientras Prabhupāda residía en el templo de Rādhā-Dāmodara
(en Vṛndāvana), el devoto que estaba haciendo la cama de Prabhupāda encontró
una muela bajo la almohada de Prabhupāda. Se había desprendido y Prabhupāda lo
había puesto bajo la almohada sin decirle nada a nadie.
Poco después contrajo una infección muy mala en la pierna. Se había
hecho una herida en uno de los dedos del pie y este se había infectado. La
infección se extendió y la pierna de Śrīla Prabhupāda se puso roja e hinchada
hasta la mitad de la pantorrilla. Prabhupāda mandó que le hicieran una
cataplasma de hojas de nīm, cúrcuma y
aceite de mostaza, y él mismo se lo vendó con hojas de banana. Finalmente, la
infección comenzó a bajar después de cinco días. Aunque debe haber sido muy
doloroso Prabhupāda nunca se quejó ni redujo su prédica y en público apenas
siquiera cojeaba, para que nadie supiera que estaba sufriendo.
Entrevista
con Yamunā-devī dāsī
En mayo de 1977 Śrīla Prabhupāda viajó a Hrisikesh para recuperar su
salud. En su grupo estaban Tamāla Kṛṣṇa Goswami, Trivikrama Swami y Pramāṇa
Swami, quienes lo acompañaron al otro lado del Ganges en una lancha de motor
hasta el Svarga Āśrama. (Ese Svarga Āśrama era un hostal regentado por el Sr.
D. P. Mandelia y se decía que era el mejor en Hrisikesh.) A su llegada Prabhupāda
les pidió a los devotos que le comprasen algunos kacaurīs y jallebīs, y
los comió con gran deleite. Luego pidió que le trajeran agua del centro del
río. Hubo algo de retraso en conseguir vasijas de barro así que Tamāla Kṛṣṇa
Goswami tomó un termo, nadó hasta el centro del río y regresó a Prabhupāda con
la botella llena de agua.
Prabhupāda estaba tomando su masaje pero cuando Tamāla Kṛṣṇa llegó con
el termo goteando, Prabhupāda inmediatamente bebió el agua clara y fresca del
Ganges. Inmediatamente eructó, y dijo que ese eructo significaba que su
estómago había aceptado el agua. Prabhupāda hizo que los devotos llenaran
baldes con agua del Ganges y los pusieran al sol para que se calentaran para su
baño.
Varios días más tarde Caitya-guru dāsa llegó desde Chandigarh con una
caja llena de buenas frutas: mangos, cerezas, ciruelas, manzanas y lichīs (frutas de cáscara roja que
cuando se pelan semejan una uva blancuzca gigante, con una sola semilla negra).
Cuando Prabhupāda vio los lichīs,
inmediatamente quiso saborearlos. Dijo que cuando él era niño, su padre siempre
tenía lichīs colgando de la pared y
que él siempre se los pedía.
Diario de
Tamāla Kṛṣṇa Goswami
Llegando en una ocasión a Māyāpura, Prabhupāda entró a sus habitaciones,
se reclinó en su asiento y se relajó con las piernas sobre su mesa. Luego bebió
un vaso de agua. —Ah, agua de Māyāpura —dijo. Luego relató que Māyāpura es el
reino espiritual y vivir y morir en Māyāpura es lo mismo. Dijo que si tú vives
en Māyāpura, estás viviendo en el mundo espiritual, y que si mueres en Māyāpura
vas de regreso al mundo espiritual.
Entrevista
con Jayapatākā Swami
el caso es que el ladrón se sintió atraído más por KRSNA que por sus joyas.... la personalidad y la gloria de Dios pudo mas que la codicia del ladrón quien se convirtió en devoto... qué privilegio el del ladrón....
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