Supongamos que viajamos en un avión volando sobre un hermoso paisaje natural. Un amigo sentado a nuestro lado está viendo una película y nos pide que la veamos también. Podemos ver la película y perdernos el paisaje, o podemos hacer que se unan a nosotros para disfrutar del paisaje.
Durante el viaje de nuestra vida, nuestra mente es como ese amigo que nos distrae; a menudo queda atrapado en su propia corriente de pensamientos. Mientras que la película exterior puede ser agradable, la película de la mente, incluso si comienza siendo excitante, termina volviéndose aburrida o incluso angustiosa.
¿Cómo podemos dejar de ver la película de la mente? Entendiendo que cada momento puede ofrecernos experiencias mucho más ricas si aprendemos a vivirlo en conciencia espiritual. El Bhagavad-gītā explica que somos almas, partes del todo atractivo supremo, Kṛṣṇa. Todo lo atractivo manifiesta sólo una chispa de Su esplendor (10.41). Cualesquiera que sean las cosas que le faltan a nuestra mente, esas cosas pueden ofrecernos, en el mejor de los casos, una gota de placer. Pero Kṛṣṇa puede ofrecernos un océano de placer - es más atractivo que el paisaje natural más hermoso. Y podemos conectarnos con Él practicando bhakti-yoga y espiritualizando toda nuestra vida.
Consideremos la experiencia ordinaria de beber agua. El Gītāafirma que Kṛṣṇa es el sabor del agua (7.8). Al entrenar nuestra conciencia para apreciar esta verdad, podemos saborear cómo se manifiesta en esta actividad que calma la sed, mejora la salud y sustenta la vida. Mediante un entrenamiento similar de la conciencia, podemos percibir toda nuestra vida como impregnada de la presencia divina, porque Kṛṣṇa es el hilo subyacente de la verdad en todo (7.7).
Cuando nos esforzamos así por volvernos conscientes de Kṛṣṇa, nuestra mente gradualmente dejará de anhelar y quejarse de las cosas de su mundo imaginario, y saborearemos cada vez más su sublime presencia.
Piénsalo:
1. ¿Cómo nos distrae la mente?
2. ¿Cómo podemos espiritualizar nuestras experiencias diarias?
3. ¿Cómo podemos saborear constantemente la presencia de Kṛṣṇa?
¡Oh, hijo de Kuntī!, Yo soy el sabor del agua, la luz del Sol y de la Luna, la sílaba oṁ de los mantras védicos; Yo soy el sonido del éter y la habilidad del hombre. – Bhagavad-gītā 7.8
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