Bhagavad-gītā 2.2
Nuestras emociones son una gran parte de lo que somos, pero no lo son todo de nosotros. Somos más grandes que nuestras emociones actuales, la mayoría de las cuales se relacionan con nuestro caparazón material externo, no con nuestro núcleo espiritual.
Al comienzo del Bhagavad-gītā, Arjuna se siente abrumado emocionalmente. Kṛṣṇa responde (2.02) reprochándole haber sucumbido a la debilidad del corazón. Si un maestro realiza una actuación pésima, tal lapsus es poco característico e indigno. Similar, indica Kṛṣṇa, es la pusilanimidad de Arjuna, siendo un célebre arquero-guerrero. Kṛṣṇa subraya lo insano de esas emociones señalando sus consecuencias: le condenarán a la ignominia en esta vida y a la desgracia en la otra. Para ayudar a fundamentar las concepciones y emociones de Arjuna en la verdad espiritual, Kṛṣṇa pronuncia el mensaje del Gītā. Su visión filosófica del mundo crea una base estable que capacita a Arjuna para pensar con claridad y actuar con inteligencia.
Que el Gītā nos inste a subordinar nuestras emociones no significa que debamos rechazarlas por completo: necesitamos utilizar la inteligencia superior para cultivar emociones que nos eleven en lugar de dejarnos llevar por emociones degradantes. Las emociones pueden y deben informar nuestra decisión, contribuyendo a nuestro proceso de toma de decisiones, para que no sucumbamos a la dureza de corazón. Pero las emociones por sí solas no deberían conformar ese proceso, no sea que sucumbamos al sentimentalismo.
La conclusión del Gītā demuestra cómo podemos cultivar emociones más elevadas: Kṛṣṇa expresa su intenso afecto por Arjuna (18.64). Tales expresiones pretenden despertar emociones recíprocas en Arjuna, canalizando así la energía de las emociones en el proyecto de elevar su conciencia e inspirarle hacia un sabio curso de acción.
Meditando en el infalible Kṛṣṇa, en Su amor inquebrantable por nosotros, nosotros también podemos energizar nuestros esfuerzos espirituales con poder emocional. Aun así, puede que no seamos capaces de desencadenar esas emociones que nos eleven de forma consistente, por lo que necesitamos basar nuestras decisiones en la visión del mundo filosóficamente fundamentada del Gītā.
La Suprema Personalidad de Dios dijo: Mi querido Arjuna, ¿cómo te han aparecido estas impurezas? No son propias en absoluto de un hombre que conoce el valor de la vida, y no conducen a los planetas superiores, sino a la infamia. – Bhagavad-gītā 2.2
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