No huyas del dolor, aprende de él


Bhagavad-gītā 2.1

Cuando nos enfrentamos a una situación dolorosa, a menudo tendemos a huir de ella. Tal carrera puede ser inteligente cuando el dolor es innecesario y evitable, como cuando accidentalmente ponemos nuestra mano en el fuego. Pero cuando el dolor es esencial e inevitable, huir de él suele empeorar las cosas. En cambio, si tratamos de aprender de él, el dolor puede impulsarnos a crecer internamente e incluso externamente.
Al comienzo del Bhagavad-gītā, Arjuna enfrentó un dolor inminente en la forma de participar en una guerra fratricida. El dolor era tan desgarrador que lo hizo llorar a él, un modelo de virilidad kṣatriyaendurecido por la batalla (2.1). Cuando estaba así afligido, estuvo tentado de huir del dolor renunciando al mundo.
Pero en lugar de caer en esa tentación de huir, buscó aprender del dolor buscando la guía de Kṛṣṇa (2.7). Ese afán por aprender llevó a la elevación de su conciencia al nivel espiritual, en donde entendió que su identidad no era frágil y material sino indestructible y espiritual. Además, entendió que su verdadera felicidad no dependía del destino de la guerra, sino de la fe de su corazón en la omni-benevolencia del Señor, de quien era una parte amada. Alentado por este conocimiento, enfrentó el dolor con determinación mediante su absorción en la determinación devocional y logró un éxito sin precedentes.
De manera similar, cuando nos enfrentamos al dolor, en lugar de huir de él con resentimiento o inquietud, podemos optar por aprender de él buscando la guía de Kṛṣṇa a través de la sabiduría del Gītā. Entonces, al buscar refugio en su recuerdo, también podemos darnos cuenta de la indestructibilidad de nuestro núcleo espiritual y la inagotabilidad de su amor. Estando así tranquilos y rejuvenecidos, podemos enfrentar el dolor con gracia, sabiduría y determinación, creciendo a través de él hacia una ganancia total.
Sañjaya dijo: Al ver a Arjuna lleno de compasión, con el ánimo decaído y los ojos colmados de lágrimas, Madhusūdana, Kṛṣṇa, se dirigió a él con las siguientes palabras. – Bhagavad-gītā 2.1

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