Bhagavad-gītā 2.25
Una característica definitoria del alma es su indestructibilidad. El Bhagavad-gītā, al enumerar las formas en que el alma está más allá de la destrucción, afirma específicamente que está más allá de la desecación (2.25).
Sin embargo, en el curso de nuestra vida espiritual, podemos pasar por fases estériles; podemos encontrar nuestras prácticas devocionales sin jugo y sin alegría. En términos de realidad objetiva, el alma nunca puede secarse. Sin embargo, en términos de sentimiento subjetivo, podemos sentirnos como si nuestra alma estuviera seca, como si viviéramos en un desierto interior, desesperados por encontrar un poco de agua que nos salve la vida, algún atisbo de felicidad espiritual superior. En tales casos, el uso metafórico "Mi alma se ha secado" describe vívidamente los sentimientos de los buscadores.
Utilizando ese lenguaje metafórico, el Bhagavad-gītā afirma que quienes adoptan visiones ateas del mundo destruyen su alma (16.09); y que la lujuria, la ira y la codicia son los destructores del alma (16.21). Estos usos metafóricos se refieren a dos grandes peligros espirituales: las dudas y los deseos. Las dudas inducidas por cosmovisiones anti devocionales como el ateísmo y los deseos desencadenados en forma de lujuria, ira y avaricia – ambos nos matan espiritualmente.
Ambos tipos de afirmaciones sobre la naturaleza del alma -su indestructibilidad literal y su destructibilidad metafórica- son importantes. Cuando sentimos miedo al oír noticias de destrucción y muerte mundanas, podemos encontrar seguridad interior meditando sobre nuestra indestructibilidad espiritual. Cuando nos sintamos tentados por ideologías anti devocionales, como el ateísmo, o por pasiones anti devocionales, como la lujuria, la ira o la codicia, podemos controlarnos meditando en su destructibilidad espiritual.
Desde un punto de vista más positivo, si nos centramos en la práctica constante del bhakti, podemos quedar absortos en Kṛṣṇa. Cuando los pensamientos sobre Él -Sus glorias, Su servicio, Su dulzura- inundan y fertilizan el desierto de nuestro corazón, saboreamos los frutos eternamente maduros del amor puro por Krisna.
Se dice que el alma es invisible, inconcebible e inmutable. Sabiendo esto, no debes afligirte por el cuerpo. - Bhagavad-gītā 2.25
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