El verdadero yo está más allá de los jeans y los genes


Bhagavad-gītā 2.25

Influidos por nuestra cultura superficial, a menudo evaluamos a los demás basándonos en lo externo. También podemos evaluarnos a nosotros mismos, imaginando, por ejemplo, que sólo somos adorables cuando llevamos jeans llamativos.
Si una cultura vincula nuestra autoestima a algo tan periférico y cambiante y perdible como un vestido, entonces ¿cuánto valor está ofreciendo realmente a nuestro yo?
Muy poco.
Estimamos un yo en la sombra que un cambio de modas o de fortuna puede distorsionar o destruir.
No es de extrañar que la autoestima sea tan escasa hoy en día. Estimamos un yo-sombra que un cambio de moda o de fortuna puede distorsionar o destruir.
Algunos estimamos otro yo-sombra: nuestra sangre. Puede que dejemos que nuestra dinastía de nacimiento determine nuestra autoestima. O puede que la cultura nos vincule a nuestro nacimiento, como lamentablemente ocurre en la India, consciente de las castas, y en Estados Unidos, consciente del color de la piel.
Hoy en día rechazamos tal discriminación, pero sin darnos cuenta nos aferramos a la falsa identificación corporal subyacente. El materialismo científico, la filosofía predominante hoy en día, vincula nuestra identidad a los genes. Pero los gemelos monocigóticos - gemelos que nacen del mismo cigoto con genes idénticos - tienen personalidades distintas. Como su educación es muy similar, sus diferencias significativas tampoco pueden atribuirse al entorno. Está claro que la esencia de nuestra personalidad es transgenética.
He aquí un ejercicio de reflexión para comprenderlo. Supongamos que descubrimos que nuestros padres nos adoptaron de una familia desconocida. ¿Cambiaría eso lo que somos en esencia? Claro, cambiaría muchas cosas de nosotros, pero no nos cambiaría.
Nuestro núcleo -la persona más allá de los jeans y los genes- es el alma. El Bhagavad-gītā (2.25) declara que el alma es indestructible. Como almas, somos partes queridas de Kṛṣṇa. Él siempre nos ha amado, incluso cuando no teníamos jeans ni genes. Y siempre nos amará, tengamos o no tengamos lo que tengamos. Cuando basamos nuestra autoestima en nuestro vínculo amoroso con Él, entonces nuestra autoestima se vuelve, como nuestro yo, indestructible.
Se dice que el alma es invisible, inconcebible e inmutable. Sabiendo esto, no debes afligirte por el cuerpo. - Bhagavad-gītā 2.25

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