Kṛṣṇa es nuestra fuente no cronológicamente, sino ontológicamente


Bhagavad-gītā 2.12

Algunas personas preguntan: “Si las almas somos eternas, como lo es Kṛṣṇa, entonces, ¿cómo puede ser Él nuestra fuente?”.

 

El mismo Bhagavad-gītā presenta ambos puntos de vista antes de reconciliarlos. Primero, el Gītā (2.12 ) pone la eternidad de todas las almas y Kṛṣṇa en pie de igualdad. Pero luego (10.08) ensalza como sabios a aquellos que entienden que Kṛṣṇa es la fuente de todo. Más tarde, (15.07) reconcilia al informar que todas las almas son eternamente partes de Kṛṣṇa, partes que sufren cuando pretenden ser totalidades bajo el hechizo de la mente. Este verso señala el sentido en el que Kṛṣṇa es nuestra fuente: no cronológico, sino ontológico; no en la secuencia de origen, sino en el estado de subordinación.

 

El tiempo, tal como lo entendemos aquí en el mundo material, no existe en el mundo espiritual; ese mundo es eterno sin creación o destrucción de cosas como las que suceden aquí. Entonces Kṛṣṇa no es nuestra fuente en el sentido de que existió primero y luego nos creó.

 

Pero la ausencia de creación en el mundo espiritual no significa que las cosas existan en un estado de inmovilidad perpetuamente congelado. No, hay un dinamismo excitante y gratificante en nuestra interacción amorosa con Kṛṣṇa. Para darnos una idea de la relación que subyace a este dinamismo, las Escrituras se refieren metafóricamente a Él como nuestra fuente. Este uso pretende recordarnos nuestro papel como partes suyas y unirnos así a su extático juego amoroso.

 

Además, en la existencia material, Kṛṣṇa es literalmente también nuestra fuente. El Gītā14.04 ) indica que Él es el padre que da la semilla, que inyecta almas en el útero de la naturaleza material, en el que se manifiestan todos los seres vivos.

 

Al comprender cuidadosamente nuestra relación con Kṛṣṇa, podemos saborear gradualmente la vida eterna.

 

Nunca hubo un tiempo en el que Yo no existiera, ni tú, ni todos estos reyes; y en el futuro, ninguno de nosotros dejará de existir. - Bhagavad-gītā 2.12


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